Si bien es cierto que la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) puede transformar la eficiencia e innovación empresarial, también introduce serias preocupaciones en materia de ciberseguridad. En este artículo se abordarán las estrategias y mejores prácticas que las organizaciones pueden adoptar para mitigar los riesgos y protegerse eficazmente en esta nueva era tecnológica.
Para mitigar los riesgos de seguridad de la información inherentes a la IAG, es necesario introducir buenas prácticas en el desarrollo de soluciones basadas en esta tecnología, tales como:
Gestión de datos y privacidad: Anonimizar los datos personales es fundamental para proteger la privacidad y reducir el riesgo en caso de una filtración de datos. Por otro lado, es fundamental utilizar datos sintéticos en lugar de reales para entrenar modelos de Inteligencia Artificial (IA), minimizando el riesgo de exposición de información sensible.
Evaluación y mitigación de sesgos: Se deben realizar evaluaciones regulares para detectar y mitigar sesgos en los modelos de IA, asegurando que los datos de entrenamiento sean diversos y representativos. También se deben incorporar revisiones y validaciones humanas en el ciclo de vida del modelo para identificar y corregir posibles sesgos y alucinaciones.
Desarrollo seguro de software: Es necesario integrar pruebas de seguridad en el ciclo de vida del desarrollo del software (SDLC) para identificar y corregir vulnerabilidades antes de desplegarlo. Además, se deben realizar revisiones de código para detectar posibles vulnerabilidades y garantizar las mejores prácticas de seguridad.
¿Cómo protegerse?
Para protegerse de las ciberamenazas asociadas al uso de la IAG, tales como deepfakes, malware polimórfico y phishing avanzado, las compañías deben adoptar una combinación de medidas tecnológicas, basadas en procesos y organizacionales.
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A continuación, algunos ejemplos de las medidas a implementar:
Tecnologías de detección y prevención
- Sistemas de detección de deepfakes: Utilizar herramientas que puedan identificar contenido manipulado en audio, video e imágenes.
- Antivirus y antimalware avanzados: Implementar soluciones de seguridad que utilicen inteligencia artificial y aprendizaje automático para detectar y bloquear malware polimórfico y otras amenazas avanzadas.
- Filtros de correo electrónico: Es importante utilizar filtros avanzados que puedan identificar y bloquear correos de phishing sofisticados.
Tecnologías de autenticación y control de acceso
- Autenticación multifactor (MFA): Implementar este sistema de verificación para todas las cuentas críticas y acceso a sistemas sensibles es fundamental para reducir la probabilidad de compromisos, debido a la suplantación de identidad.
- Gestión de identidades y accesos (IAM): Se recomienda utilizar este tipo de sistemas para asegurar que solo el personal autorizado tenga acceso a acciones privilegiadas, datos y recursos sensibles.
Capacidades de monitoreo y respuesta a incidentes
- Monitoreo continuo: Se deben implementar sistemas de monitoreo en tiempo real para detectar actividades sospechosas y responder rápidamente a posibles incidentes de seguridad.
- Centro de operaciones de seguridad (SOC): Se recomienda establecer o tercerizar un SOC para coordinar la detección, análisis y respuesta a incidentes de ciberseguridad.
- Procedimientos de respuesta a incidentes: Es vital establecer procedimientos claros para la respuesta a incidentes de ciberseguridad, incluyendo la identificación, contención, erradicación y recuperación.
Adicionalmente, hay controles tradicionales a considerar, tales como:
- Desarrollar políticas de seguridad de la información que aborden el uso de IA y los riesgos asociados.
- Llevar a cabo evaluaciones regulares de vulnerabilidades para identificar y mitigar posibles debilidades en los sistemas y redes.
- Implementar programas de formación y concienciación sobre ciberseguridad para todos los colaboradores, con un enfoque especial en identificar y manejar amenazas como phishing y deepfakes.
- Realizar ejercicios de simulación de phishing y otros tipos de ataques para evaluar y mejorar la respuesta de los colaboradores.
- Implementar auditorías periódicas de seguridad para evaluar la efectividad de las medidas de protección y ejecutar planes de acción, según las necesidades de la organización.
- Participar en grupos y foros de la comunidad sobre temas de ciberseguridad para compartir información sobre amenazas emergentes y buenas prácticas.
Adoptando estas buenas prácticas, las compañías pueden fortalecer su postura de seguridad y reducir significativamente los riesgos asociados con el uso de la IAG.
Balance entre beneficios y riesgos
A continuación, se presentan estrategias clave para que las empresas puedan equilibrar los beneficios de la IAG con la necesidad de mitigar riesgos de ciberseguridad.
Antes de implementar soluciones basadas en IAG, es crucial realizar un análisis exhaustivo de los beneficios y riesgos potenciales. Este análisis debe considerar el impacto de la adopción de esta tecnología en las diferentes áreas del negocio, y priorizar las que pueden tener impacto positivo y las que presentan los riesgos más altos. Una evaluación bien estructurada permitirá una toma de decisiones informada y una implementación más segura y efectiva.
Posteriormente, hay que fomentar la colaboración entre el negocio, los departamentos de tecnologías de la información (TI), seguridad de la información y operaciones. Mantener una comunicación abierta sobre los riesgos y las medidas de mitigación ayuda a garantizar que todos los stakeholders estén alineados y comprometidos con la seguridad. La transparencia en la gestión de riesgos permite una respuesta más rápida y eficaz ante posibles incidentes.
Ahora bien, la gestión de riesgos es un proceso continuo. Por lo tanto, durante y después de la implementación de las soluciones, se deben realizar auditorías de seguridad periódicas para identificar y abordar nuevas vulnerabilidades. Mantenerse al día con las últimas innovaciones en ciberseguridad y ajustar las estrategias de mitigación es esencial para protegerse contra amenazas emergentes. Un enfoque proactivo y dinámico en la gestión de riesgos permitirá a las empresas innovar de manera segura.
El equilibrio entre los beneficios y los riesgos de la IAG es fundamental para el éxito a largo plazo. Al adoptar un enfoque proactivo y bien informado, las empresas pueden maximizar las oportunidades de negocio mientras minimizan las amenazas de ciberseguridad. Este equilibrio permitirá a las organizaciones innovar de manera segura y sostenible, asegurando su competitividad en la economía digital.
Con una gestión adecuada, la IAG puede ser un motor de innovación segura que impulse el crecimiento y la competitividad empresarial. Preparar a las empresas para enfrentar futuros desafíos y aprovechar nuevas oportunidades en el ámbito de la IA y la ciberseguridad es vital. Al hacerlo, las organizaciones estarán mejor posicionadas para prosperar en la economía digital.
El autor es socio de Tecnología y Transformación en Deloitte SLATAM.