Costa Rica ha emergido como un referente en América Latina en atracción de inversión extranjera directa (IED), consolidando su reputación como un país que conjuga talento local con las demandas de una economía globalizada. Gracias al esfuerzo continuo de instituciones como la agencia Cinde, la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) y el Ministerio de Comercio Exterioor (Comex) el país ha logrado atraer a cerca de 600 empresas multinacionales bajo el régimen de zonas francas.
Desde el año 2020 lo producido en zonas francas aporta a las arcas del estado cerca del 15% del producto interno bruto (PIB), 250.000 puestos de trabajo y hasta un 60% del total de exportaciones, donde la manufactura de dispositivos médicos lleva la delantera. Este enorme impacto social y económico representan un privilegio, pero al mismo tiempo un desafío que debe conducir a Costa Rica a un “repensar” su manera de actuar para no perder competitividad.
Cinde y Procomer de la mano con Comex han jugado roles protagónicos en la promoción del país como un destino atractivo para la inversión extranjera. Estas instituciones han trabajado de manera incansable para posicionar a Costa Rica como un líder en sectores como tecnología, ciencias de la vida, manufactura avanzada y servicios compartidos, sectores todos que en este 2025 proyectan un crecimiento en la contratación de talento en el país.
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Nuestro modelo de régimen de zonas francas ofrece incentivos fiscales atractivos a empresas extranjeras a cambio de la generación de empleo y transferencia de conocimiento. Costa Rica ha sido exitosa en atraer a gigantes como Intel, Amazon, Microsoft, Edwards Lifesciences, Johnson & Johnson, IBM, Kyndryl, Boston Consulting Group, Western Union, Kimberly Clak, Baxter, Boston Scientific y Databricks entre otras grandes organizaciones. Además, el énfasis en sostenibilidad, estabilidad política y una fuerza laboral altamente educada ha reforzado la competitividad del país.
Cuando se lanza la pregunta, ¿por qué Costa Rica? Casi al unísono, sus respuestas denotan el trabajo de décadas, como lo han sido nuestro sistema educativo, que ha producido una fuerza laboral altamente calificada. Universidades públicas y privadas han trabajado en colaboración con el sector empresarial en desarrollar programas académicos alineados con las necesidades del mercado laboral.
El dominio del inglés, así como de otros idiomas como portugués y francés, es otra ventaja competitiva del talento costarricense. Además, programas técnicos y vocacionales, como los ofrecidos por el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), han contribuido a cerrar brechas de habilidades y a formar profesionales en sectores específicos como manufactura avanzada y tecnología de la información.
En un contexto global donde la inteligencia artificial (IA) y la automatización están eliminando empleos de baja complejidad, Costa Rica también debe poner las luces en promover la educación continua y el “reskilling” y “upskilling” necesarios para preparar a su fuerza laboral para los empleos del futuro. Este enfoque siempre asegurará que el talento local siga siendo competitivo en un mercado global cada vez más demandante.
Y a pesar de que Costa Rica ha logrado grandes avances y puede visualizarse como la nación líder en la atracción de inversiones, también enfrenta retos significativos. Uno de los principales es la incertidumbre política y económica global. Las políticas proteccionistas de gobiernos como el de Donald Trump en Estados Unidos han generado preocupación en la región. Estas políticas podrían alterar las cadenas de suministro globales y dificultar el comercio y la inversión, sin necesidad de otra pandemia.
Además, la competencia de otros países en América Latina, como México, Colombia y Chile, también representa un desafío. Estos países han implementado sus propios incentivos para atraer inversión extranjera y cuentan con ventajas como una mayor población y acceso a mercados más grandes. Igualmente, ya estamos observando como el crecimiento acelerado de la tecnología y la IA podría llevar a la obsolescencia a ciertas posiciones laborales. Esto subraya la importancia de mantener un enfoque en la educación y el desarrollo de habilidades tecnológicas avanzadas.
En nuestra opinión, para que Costa Rica mantenga su ventaja competitiva y siga atrayendo multinacionales, es crucial implementar estrategias que capitalicen sus fortalezas mientras abordan los desafíos actuales.
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1. Fortalecimiento de la educación técnica y digital
En un mundo cada vez más digitalizado, la educación técnica y en tecnologías de la información debe ser una prioridad. Costa Rica debe continuar invirtiendo en programas que desarrollen habilidades en áreas como inteligencia artificial, análisis de datos y ciberseguridad. Además, fomentar alianzas entre universidades, el INA y empresas privadas para diseñar currículos relevantes puede garantizar que el talento local esté preparado para las demandas del mercado global.
2. Promoción de la diversificación de sectores
Si bien hemos tenido éxito en sectores como tecnología y ciencias de la vida, es importante diversificar su economía hacia áreas emergentes como energías renovables, economía circular y turismo sostenible. Esta diversificación no solo ampliará las oportunidades de inversión, sino que también protegerá al país de riesgos asociados con la dependencia de pocos sectores. Necesitamos atraer más centros de investigación y desarrollo que acompañen las estrategias de empresas foráneas ya establecidas utilizando nuestro “semillero” costarricense.
3. Mejorar la infraestructura y simplificar la burocracia
La infraestructura de transporte, energía y telecomunicaciones (redes 5G) debe modernizarse para atraer aún más empresas extranjeras. Además, simplificar los procesos burocráticos para la apertura y operación de negocios puede reducir costos y aumentar la competitividad del país. Esto incluye la digitalización de trámites y la creación de plataformas únicas de acceso para inversionistas. A pesar de que algunas mejoras ahora son más visibles, no debemos descansar hasta minimizar los tiempos en la tramitología. Igualmente, la autorización de las jornadas de trabajo 4x3 representa un avance significativo en la modernización del mercado laboral. Este modelo, que permite a los trabajadores laborar cuatro días a la semana y disfrutar de tres consecutivos de descanso, ofrece una serie de beneficios tanto para las empresas como para los empleados, aunque no todas las empresas ni sectores son viables para tal marco de trabajo.
Con estrategias que fortalezcan la educación técnica, diversifiquen los sectores económicos y mejoren la infraestructura, Costa Rica está bien posicionada para seguir liderando en la región. En un mundo cada vez más interconectado y tecnológico, la combinación de experiencia global y talento local es la clave para construir un futuro próspero y sostenible.
El autor es socio director de Recluta Talenthunter.