Corporación Yanber anunció la decisión de iniciar el cierre de su planta de producción en Costa Rica a partir de este 1 de junio, una medida que afectará a 91 personas.
Las regulaciones financieras que afectaron la obtención de nuevas líneas de crédito, la exposición mediática de la mala situación de Yanber en el pasado y los altos costos de producir en el país (como el precio de la electricidad y los costos laborales), fueron elementos que afectaron el giro de negocio.
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El inicio del cierre de la planta de manufactura en Costa Rica se da 28 meses después de que la compañía quedara en nuevas manos (una administración liderada por el empresario Francis Durman). Los actuales dueños asumieron el control de la empresa al quedar en firme un convenio preventivo entre los propietarios anteriores y sus acreedores.
En marzo pasado, Durman detalló en una entrevista con EF que las publicaciones y la investigación llevada a cabo por una comisión legislativa que indagaba el otorgamiento de créditos bancarios, afectó la reputación local de la compañía.
"Compañías que nos estaban comprando producto, nos decían, ‘con esto que estoy viendo, mejor prefiero buscar otro suplidor y cuando ustedes logren aclarar esas cosas y si todavía están vivos, les vuelvo a comprar’, dijo el empresario en esa oportunidad.
Según un comunicado de prensa enviado este 1° de junio, quienes lideran actualmente la corporación hicieron múltiples intentos para mantener abierta la planta de producción en suelo costarricense, pero al final no lo lograron,
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A lo largo de los últimos dos años, la nueva administración impulsó mejoras en los procesos de producción, realizó ajustes internos administrativos y financieros, optimizó sus líneas de productos y renovó sus estrategias de mercadeo y ventas.
También abrió la subsidiaria de Yanber Brasil, fortaleció la operación en Panamá y Colombia, así como, cerró operaciones en el exterior que eran inoperantes.
Aunado a esto realizó una auditoría externa para conocer la situación real de la empresa y sus subsidiarias, siendo que la compañía estaba peor de lo que se pensaba cuando se aprobó dicho convenio preventivo de acreedores.
Antes de acogerse al convenio, en 2015, con el fin de evitar la quiebra y buscar una solución para pagar sus deudas, Yanber acarreaba un compendio de malas decisiones administrativas.
Estas se relacionan con la utilización de doble contabilidad, planilla oculta, facturación fantasma, entre otras anomalías, que decantaron en el proceso concursal.
Las decisiones provacaron que su anterior dueño, Samuel Yankelewitz, cediera sus acciones a un fideicomiso y finalmente dejó el control de la compañía. Actualmente cumple con arresto domiciliario ya que el Ministerio Público lo investiga por supuestos delitos de estafa contra los bancos por un aparente monto de ¢13.700 millones.
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"Lograr el crecimiento en estos meses sin apoyo financiero no ha sido fácil, y aunque el objetivo inicial de hacer de Yanber una industria nacional rentable, con tecnología de punta, y que siguiera siendo el soporte de las familias de los cientos de colaboradores fue el objetivo siempre; no obstante, llegó el momento de tomar decisiones por duras que sean", explicó Durman.
Corporación Yanber fue fundada en la década de los cincuenta.