Universidades públicas, empresas y centros de investigación han redireccionado y agilizado sus esfuerzos en pro de la búsqueda de soluciones para enfrentar el impacto del COVID-19 en personal de salud, comercio, turismo y poblaciones de riesgo, entre otros sectores.
La categoría de salud ha sido una de las más beneficiadas, pues la mayoría de las propuestas giran en torno a la protección del personal médico, posibles tratamientos de la enfermedad y planes para mitigar la afectación del coronavirus en los pacientes hospitalizados.
La Universidad de Costa Rica (UCR) y el Tecnológico de Costa Rica (TEC) fueron unas de las principales instituciones en pisar el acelerador para brindarle alternativas de protección al personal hospitalario. Ambas desarrollaron una careta protectora para médicos, enfermeros y otro personal que atiende a pacientes con COVID-19.
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Para las caretas, el TEC consideró elementos que faciliten la manufactura y el acceso al material, siempre enfocándose en el objetivo principal del dispositivo: proteger el rostro del especialista.
Con el fin de evitar el desabastecimiento de gabachas en la Caja Costarricense del Seguro Social, un grupo interdisciplinario del TEC se ha encargado de analizar diferentes propuestas de telas y materiales alternativos como plásticos para la fabricación de gabachas desechables.
La UCR, trabaja también en la elaboración de protectores faciales mediante impresoras 3D.
Ante la pandemia un grupo de profesionales de la UCR desarrolló un prototipo de respirador asistido de bajo costo que denominaron Respira UCR.
Asimismo, ambas instituciones ofrecieron sus laboratorios para procesar pruebas de COVID-19.
Como parte de esta suma de esfuerzos en materia de salud, la Zona Franca Coyol, en Alajuela, donó al Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) 5.000 kits de diagnóstico para la detección de COVID-19 y un Sistema M2000 Realtime, el cual es un instrumento que permite efectuar hasta 96 pruebas simultáneas en una misma plataforma con una mínima manipulación sin generar contaminación cruzada.
Múltiples soluciones
El Tecnológico de Costa Rica, creó un espacio colaborativo llamado Design Jam el cual, es apoyado por la asociación costarricense de Ingeniería Industrial y el TecEmprende Lab. Este reúne a estudiantes y profesionales de diferentes áreas para crear propuestas concretas de apoyo a múltiples áreas, como educación, comercio, turismo y adultos mayores.
“Obtuvimos soluciones en diferentes categorías. Actualmente estamos en la fase de coordinación de acciones con entidades del Gobierno, empresas privadas, organizaciones y demás, para hacer una especie de networking con el fin de que aquellos que deseen seguir con el proyecto tengan la posibilidad de hacerlo”, comentó Xinia Varela, miembro del equipo coordinador y profesora de la Escuela de Diseño Industrial.
La Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (AUGE-UCR) también lanzó una convocatoria para crear soluciones en las áreas de acceso y gestión de información pública, logística, hardware, movilidad y sistemas de alerta.
Quienes estén interesados de darle continuidad a su proyecto contarán con el apoyo de AUGE en la fase de desarrollo.
En cuanto a empleabilidad, el Centro de Convenciones de Costa Rica abrió una plataforma de capacitación en línea para quienes se hayan quedado sin empleo.
La iniciativa es gratuita y tiene como objetivo mantener al talento humano actualizado, capacitado y formado para cuando llegue la etapa de reactivación económica.
Posibles tratamientos
La Caja Costarricense del Seguro Social y el Instituto Clodomiro Picado, con el apoyo de la Universidad de Costa Rica y el Ministerio de Salud, trabajan en tres posibles tratamientos contra el COVID-19
La primera opción es plasma convaleciente. Consiste en tomar sangre de un paciente que ya está recuperado para fraccionar del plasma la parte donde se encuentran los anticuerpos liberados del virus y luego realizar una transfusión de este plasma a un paciente con COVID-19 activo en su organismo.
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El segundo posible tratamiento también involucra la sangre de un paciente recuperado. En este caso se purifican los anticuerpos para estandarizar la potencia del poder neutralizador del virus y se le inyecta a un paciente enfermo.
El tercer tratamiento se utiliza actualmente en el Instituto Clodomiro Picado en la generación y producción de sueros antiofídicos, solo que en vez de generar anticuerpos contra el veneno de una serpiente se generan anticuerpos contra proteínas del virus.