La sede de la universidad estadounidense Texas Tech es un edificio de seis pisos en Avenida Escazú. Este caso es el más reciente de una tendencia: la unión entre universidades locales y centros comerciales o de negocios en Costa Rica.
Expertos en valor inmobiliario de firmas como Cushman & Wakefield y Colliers, han recomendado a los malles que combatan la desocupación buscando alianzas con organizaciones o instituciones educativas. Así el espacio sigue generando ganancias, mantiene su valor y aporta un flujo de visitantes “cautivos” que podrían aprovechar el resto de la oferta.
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En el caso de las universidades, esta sociedad tiene sentido por diferentes razones y responde a las particularidades de la estrategia de cada una. Sin embargo, la ubicación estratégica de los espacios de comercio suele ser el atractivo principal a la hora de decidirse por abrir aulas en un mall.
Cinco casas de enseñanza afirmaron a EF que la ubicación de las infraestructuras comerciales aporta valor a su oferta académica, mientras que los servicios e infraestructura complementaria aumentan el atractivo de estos espacios.
Se trata de Lead University, ubicada en Plaza Rohrmoser, la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit), con operación en Plaza Tempo; la Univesidad Fidélitas, con su centro de posgrados ubicado en el Centro Empresarial Sigma, la Universidad San Marcos, que acaba de anunciar una alianza con City Mall y la mencionada Texas Tech. También la Universidad Técnica Nacional ubicó una sede en un centro comercial en Liberia, Guanacaste.
Bien ubicados
Las universidades agregan visitantes pero también se benefician del tráfico de los centros comerciales y de oficinas. Los centros educativos se benefician de los estudios de mercado hechos por los desarrolladores y valoran el aumento en su alcance que les genera estar expuestos a los consumidores.
Lead University tomó un segmento del segundo nivel de Plaza Rohrmoser con la estrategia de crecer dentro de la infraestructura. Isabel Arrea, coordinadora de mercadeo de la universidad, afirma que la ubicación céntrica es clave para la operación, por su cercanía relativa con puntos de referencia como La Sabana y el aeropuerto Juan Santamaría.
También enlista en los beneficios la existencia de múltiples medios de transporte para llegar la Plaza Rohrmoser y hace mención especial a la plaza de estacionamientos, como valor agregado al campus.
En los casos de Ulacit y Universidad Fidélitas, el atractivo inicial fue la pertinencia, pues la apuesta del complejo huésped era convertirse en centro empresarial. Esta realidad cambió en plaza Tempo y se mantuvo en Sigma.
El cambio de condiciones y la transformación de Tempo en un centro gastronómico resultó conveniente para Ulacit y ahí mantiene sus operaciones del oeste, valorando las otras ventajas de operar en un espacio comercial.
Alejandra Quirós, rectora asociada de relaciones externas de Ulacit, afirmó que la intención inicial era crear alianzas estratégicas con las compañías vecinas para desarrollar su talento humano. Este objetivo salió de los planes y cedió su puesto al segundo punto de la estrategia original: atraer adultos trabajadores que se encontraran desarrollando su carrera en centros corporativos y empresariales del oeste.
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Esa es la actividad que mantienen hasta hoy, con resultados tan positivos como para quedarse y aprovechar la reconversión de Tempo.
Por su parte, con Sigma consolidado como Business Center, el centro de posgrados de Fidélitas también valora la ubicación y facilidades de operación que le permite el espacio comercial.
Mario Miño, vicepresidente de operaciones de Fidelitas afirma que mantienen los centros de oficinas como una opción valiosa para futuros planes de crecimiento y diversificación.
Todo al alcance
La Universidad San Marcos aspira a que la visitación de City Mall se traduzca en más estudiantes para sus carreras, particularmente en las opciones virtuales. Sus estudios de mercado mostraron al centro comercial más grande del país como la mejor ventana para dar información en Alajuela sobre su oferta educativa. Esta operación abrió el 23 de febrero.
En el caso de Texas Tech, el concepto es brindar una experiencia de “vida estudiantil” según se entiende en Estados Unidos, donde ir a la universidad implica la exposición a múltiples opciones académicas pero también de entretenimiento, gastronomía y creación de comunidad.
Jack Bimrose, director administrativo de Texas Tech University Costa Rica, afirmó que a Avenida Escazú le faltaba una oferta de estudios universitarios y a la universidad le pareció que su rol sería estratégico para ellos también.
“Tenemos todos los elementos de un campos y su vida estudiantil, sin tener que construir en un área separada, aislada”, explicó.
La infraestructura tiene 95% de avance y su inauguración está prevista para mayo de 2018.