Mickey Mouse, el personaje más icónico del imperio de Disney, es ahora de dominio público bajo la legislación de los Estados Unidos. Si bien no se trata de su versión más icónica —la de pantalones rojos y guantes todavía sigue protegida—, la pérdida de los derechos de autor del ratón es todo un hito para la historia (y negocio) del entretenimiento.
Le explicamos qué significa esto.
¿Qué es el dominio público?
Que una obra caiga en dominio significa, de una manera simplificada, que ya no tiene un dueño. “Es toda aquella obra que haya tenido un derecho de autor previo y exclusivo y que pierde esa exclusividad para pasar a ser de todos”, explica Benjamín Gutiérrez, socio director de la firma BG&A Abogados Corporativos.
Esto no significa, sin embargo, que la obra deje de tener un autor, ese siempre va a tener que ser reconocido —en el caso particular de Mickey Mouse— a Walt Disney, ya que la autoría es irrenunciable, a diferencia de los derechos comerciales.
Gutiérrez explica que, en el caso particular de esta versión de Mickey, lo que su caída al dominio público significa, en términos prácticos, es que ya Disney no podrá alegar plagio cuando un tercero utilice este ratón como inspiración para nuevas obras.
¿Por qué cayó en dominio público?
El debut de Mickey (y Minnie) Mouse se dio en 1928 en el cortometraje Steamboat Willie. Su diseño era un poco diferente al que hoy normalmente asociamos: estaba completamente en blanco y negro, no tenía guantes y andaba un sobrero. Al cumplir 95 años de existencia, dicha obra entró este 1.º de enero oficialmente en el dominio público bajo la legislación estadounidense.
Ver a Mickey en el dominio público, aunque sea este versión más primitiva, es algo que por mucho tiempo no se creyó posible, en especial por las extensiones a los derechos de autor que se han hecho en los últimos 40 años y que han empujado a casi un siglo el tiempo que este ratón estuvo protegido.
Incluso por mucho tiempo se le llamó a estás reformas como las actas de protección de Mickey Mouse en los Estados Unidos. Originalmente el ratón hubiese caído en el dominio público en 1984, sin embargo las reformas extendieron ese periodo. La más reciente ocurrió en 1998, cuando la mascota de Walt Disney estaba a solo seis años de ingresar al dominio público, pero se extendió el escudo por 20 años más.
La idea detrás de que los derechos de autor expiren es evitar que demasiadas generaciones exploten comercialmente una obra. “Lo que se hace es tratar de proteger precisamente al autor y no darle beneficios patrimoniales a los herederos o al Estado”, explica Gutiérrez.
Además funciona como una especie de regalo para la humanidad. De hecho, gran parte del imperio de Disney se forjó sobre obras de dominio público: películas como Alicia en el país de las maravillas, La Bella durmiente, Cenicienta, Pinocho, El Jorobado de Notre Dame y decenas más fueron posibles gracias a que ya no estaban protegidas por los derechos de autor.
¿Cómo funciona en Costa Rica?
Si bien Gutiérrez dice que el mundo ha avanzado en tener reglas de propiedad intelectual lo más unificadas posibles, pequeños detalles pueden cambiar dependiendo de cada país.
En Costa Rica, por ejemplo, las creaciones caen en dominio público después de 70 años de la muerte del autor, según está establecido en el artículo 56 de la Ley sobre Derechos de Autor y Derechos Conexos de 1984. Es decir, quienes hereden los derechos de autor de las obras pueden seguir explotándolas por ese periodo después de que el autor fallece.
Bajo esa norma costarricense, León Weinstok, director de la firma BLP en Costa Rica y experto en propiedad intelectual, explica que representantes de Disney podrían alegar que Mickey no está en el dominio público territorial de Costa Rica, pues Walt Disney falleció en 1966, hace 58 años.
Además, el nombre del autor nunca podrá suprimirse cuando se trate de publicaciones o reproducciones de obras en dominio público, tampoco pueden hacerse interpolaciones sin una distinción entre el texto original y las modificaciones o adiciones editoriales.
¿Qué se puede y qué no se puede hacer?
Lo particular del caso de Mickey es que como creación cayó en dominio público, mas no como marca. Esto complica el hecho de utilizar la imagen calcada del ratón para, por ejemplo, vender una camiseta, puesto que esta podría causar la falsa impresión de que es un producto aprobado o propiedad de Disney.
“Se puede utilizar como base para temas artísticos, no se le podría dar un uso comercial siempre y cuando esté protegida como marca. Por ejemplo, podría usarse como pasó con el caso de Winnie Pooh, en el que se hizo una película con otro enfoque totalmente diferente, no para niños. Eso se podría hacer porque ya no se necesitan esos derechos (los que tenía originalmente) y se hace una nueva obra con nuevos derechos de autor”, explica Weinstock.
El caso al que hace referencia el abogado es el de Winnie Pooh: Blood and Honey, una película que aprovechó la caída del oso amarillo al dominio público en 2022 para hacer una reimaginación de Winnie Pooh como un asesino. De hecho, apenas Mickey entró en el dominio público en este 2024, una productora estadounidense anunció que haría una película de terror basada en el ratón: Mickey’s Mouse Trap.
“Esa derivación sí puedo hacerla, puedo explotarla y nadie puede impedirla”, agrega Gutiérrez
El cuidado que hay que tener con esas variaciones es que ese nuevo diseño no genere un riesgo de confusión o asociación con las marcas protegidas de Disney. Aunque el ratón en Estados Unidos esté en dominio público, la marca sigue registrada a nombre de Disney y ese derecho no ha expirado, así que aún protege la asociación comercial y la identidad de Mickey Mouse en términos de productos y servicios.
También hay que tomar en cuenta que la versión que cayó en el dominio público estadounidense es la del cortometraje Steamboat Willie. Es decir, todas las demás versiones posteriores de Mickey siguen protegidas por los derechos de autor y para ellas Disney todavía puede alegar plagio.
Por ejemplo, el diseño de Mickey de El Aprendiz de Brujo —en el que lleva una túnica roja y un sombrero de mago— es de 1940, así que sigue fuera del dominio público. Si una persona altera el diseño del ratón de Steamboat Willie y se llega a parecer demasiado al de El Aprendiz de Brujo, Disney tiene herramientas para denunciar por infracción a los derechos de autor.
¿Pueden las marcas caer en dominio público?
Aquí Weinstok dice que hay que tener cuidado a la hora de diferenciar los derechos de autor de una obra con los derechos comerciales de una marca. “Una marca busca identificar una denominación con el origen empresarial de un producto o servicio. Las marcas (en Costa Rica) se protegen en el Registro de Propiedad Industrial por un plazo de diez años renovables de forma indefinida, entonces una marca, mientras se vaya renovando, nunca va a entrar en el dominio público”, menciona el experto en propiedad intelectual.