El segmento de empresas de transporte turístico está experimentando una reactivación más lenta que otros sectores de esa área de negocios debido, en parte, a que el viajero local recurre a hoteles, tours, alimentación y demás encadenamientos, mientras la derrama hacia servicios de traslado es menor. Son dependientes del ingreso de grandes cantidades de extranjeros, que aún no ocurre.
La reducción de sus actividades es tal que el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) decidió mantener la cantidad de permisos existentes hasta por un año, en lugar de habilitar nuevas opciones para acreditación de más transportistas. Pero el sector está inconforme y durante la semana del 30 de noviembre comenzaron a manifestarse frente al Consejo de Transporte Público (CTP).
Gustavo Alvarado, director de Gestión Turística del ICT, explicó que los vehículos de transporte turístico requieren un registro previo para obtener el Permiso de Transporte Turístico (PTT), que otorga el CTP. Esto permite a las autoridades contar con un listado de todas las empresas o servicios de carácter individual con unidades que operan el transporte de turismo: en total son 1.944.
Pero el trámite solicita requisitos que los transportistas dicen no estar en capacidad de cumplir, particularmente los relacionados con pagos a la Caja Costarricense de Seguro Social, primas de las pólizas de seguro para riesgos del trabajo y el marchamo, entre otros.
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Desafíos
El ICT y el CTP han simplificado trámites y renovado los permisos, para facilitar el regreso de las empresas a la actividad, con impacto limitado en los resultados de las empresas.
“Ya están habilitados para operar al 100%, pero la reactivación va lentamente. Con la apertura de fronteras podemos esperar mayor dinámica o necesidad del servicio. En esto hay, como sector, dinámicas que van más lento que otras, por ejemplo, una parte de toda esta flotilla se dedicaba al turismo de cruceros. Esa situación no está activa, es complejo y pasarán bastantes meses para ver un crucero lleno en nuestras costas”, comentó Alvarado.
Incluso entre quienes se dedican al transporte de turistas que ingresan por vía aérea, las condiciones son distintas: hay diferentes niveles de articulación con el resto del sector, y su reactivación depende de cómo se esté moviendo el turismo en la zona donde operan o cómo estén funcionando los hoteles y agencias con los que tienen alianzas.
La Asociación de Transportistas de Turismo (Asotranstur) agrupa a 67 empresas, la mayoría con entre 2 y 5 vehículos. Leonel Cervantes, vocero del grupo, calificó la situación operativa como “crítica”.
“Hay muchos transportistas que están viendo cómo pagan marchamo. La mayoría de empresas son pequeñas, empresas familiares, no hemos podido hacer frente a los pagos. Muchos han perdido sus unidades porque la gran mayoría de prórrogas con las instituciones financieras se vencieron”, señaló Cervantes.
Las empresas del sector operan con una mezcla de unidades propias y vehículos financiados o en leasing, pues parte de sus estándares de servicio al cliente incluyen mantener los vehículos con mejor desempeño mecánico y estético, lo cual obliga a hacer recambios constantes.
Las organizaciones más grandes o con respaldo de una operación compleja, suelen encontrar mejores condiciones para negociar financiamiento con ese fin.
Este es el caso de Cielo Azul, cuya flotilla de 50 vehículos incluye unidades en leasing. María José Céspedes Gamboa, gerente general, explicó que han recibido “alguna ayuda” de parte de los bancos privados y del sistema bancario nacional, por lo tanto, han tomado la oportunidad para ser solidarios con proveedores y colaboradores.
“Seguimos vigentes a pesar de la estructura tan grande de nuestra empresa y aun conservamos todo nuestro parque automotor que ronda en 50 vehículos de todo tipo de tamaño para movilizar de 1 a 52 personas, esperanzados en una pronta reactivación de nuestro subsector transporte de turismo”, enfatizó.
Alvarado, del ICT, reconoció que las peticiones relacionadas con temas de crédito son generalizadas en el sector turístico, a pesar de que tuvo un tratamiento especial durante los periodos de restricciones más duras.
“Es uno de los temas más complejos y más delicados, y se da en todas las zonas del país”, subrayó.
Asotranstur también resiente el otorgamiento de permisos ocasionales para vehículos que originalmente se dedicaban a otras labores, como transporte de estudiantes. Entre sus peticiones al Ministerio de Transporte está la eliminación de algunas autorizaciones extraordinarias y la limitación de otras, con el argumento de que la poca demanda se reduce aún más en las condiciones actuales.
A la baja
El sector tampoco puede apostar por la reactivación orgánica de la actividad turística, pues incluso para la temporada alta y con un interés creciente de las aerolíneas por volver al país, las proyecciones son reservadas.
El ICT informó de que, tras la apertura total de fronteras el 1° de noviembre, la proyección de asientos disponibles para viajar hacia Costa Rica para diciembre es de 299.822, mientras que en octubre se registraron poco más de 37.379 mil asientos disponibles.
La mejora es evidente, sin embargo, en comparación con el 2019, en diciembre ingresaron al país vía aérea 326.922 personas, y en octubre lo hicieron 185.599. La brecha de recuperación está abierta.
Para Asontranstur, la crisis se traducirá en una reducción interanual de ingresos de entre 30% y 40%. Cielo Azul explicó que sus proyecciones también son bajas, pues aún los viajeros internacionales sienten poca confianza para viajar.
Datos de la firma Euromonitor International señalan que aquellos viajeros que se animen a salir de sus países, buscarán opciones de transporte ecoamigables o con planes de sostebilidad, seguras y preferiblemente de empresas locales de sus lugares de destino. A este nuevo panorama deben apostar las empresas turísticas para comenzar el camino hacia la reactivación.