Las empresas que brindan servicios de seguridad han tenido que lidiar con temas como el ausentismo debido a los diagnósticos de COVID-19; así como enfrentarse al reto de impulsar tecnologías y herramientas digitales para asegurar la continuidad del negocio desde que la pandemia llegó a suelo costarricense.
Por la naturaleza del servicio y conforme avanzaba la pandemia las compañías comenzaron a experimentar un incremento de casos positivos dentro de sus negocios, lo que provocó una salida importante de varios trabajadores a cuarentena inmediata —casi 15 días fuera de las labores—.
Mario Vargas, gerente general de Eulen Seguridad —empresa que opera en Costa Rica y es parte de la multinacional de origen español Grupo Eulen— explicó que el ausentismo es muy crítico en el caso de las empresas de seguridad, ya que los puestos no son reemplazables completamente.
Puestos críticos de seguridad como en los aeropuertos, en un centro de abastecimiento de insumos médicos o una empresa financiera, donde los oficiales tienen que tener un conocimiento especializado para dar el servicio, no son tan fáciles de reemplazar.
“Por ejemplo, en el aeropuerto los oficiales deben estar certificados con entrenamientos especiales que dan ciertos organismos de seguridad internacional, regidos por la aviación civil internacional, y que si el personal no cuenta con esos certificados, pues no pueden cubrir un puesto”, dijo Vargas.
Por esto, desde el inicio de la crisis la compañía trató de anticipar estos riesgos, permitiéndoles tomar ciertas acciones para hacer frente al impacto.
Lograron crear un “plan de entrenamiento cruzado” entre diferentes oficiales, entrenando a más personas para tener una capacidad extra de personal, y así que, ante la eventualidad de experimentar un foco de contagio que les provocara la salida de trabajadores, pudieran responder y mantener el funcionamiento.
Asimismo, recurrieron a backups o reemplazos identificados, es decir, contar con ciertas personas que podrían contratar de forma temporal para cubrir puestos especializados. El escenario anterior es en caso de que el personal fijo sea insuficiente para cubrir la demanda.
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El impulso a los recursos tecnológicos
Vargas expresó que, además del entrenamiento de los oficiales para los puestos de riesgo, y tener personas identificadas para contratar en caso de bajas por enfermedad; en sus oficinas cuentan con centros de monitoreo de alto nivel tecnológico y con un departamento de inteligencia, que les ayuda a enterarse de eventuales amenazas a la seguridad de sus clientes, para poder reaccionar.
Asimismo, brindan soluciones en el tema de ciberseguridad, en acceso a redes de información y datos sensibles de las empresas.
“Tenemos un centro especializado en Madrid, España —casa matriz de la compañía— donde tenemos operaciones 24/7, y a través de un software especial podemos monitorear los intentos de intrusión y de jaqueo que puedan sufrir las redes de los clientes. Es uno de los servicios que estamos impulsando”, dijo el representante de Eulen.
Por su parte, Fernando Morales, gerente general de Grupo Global Seguridad, explicó que ellos han mantenido sus operaciones a través de la utilización de la tecnología.
“Nos estamos mudando a la modalidad virtual y electrónica. Nuestro enfoque es utilizar las herramientas tecnológicas para facilitar el trabajo de nuestros colaboradores”, dijo Morales.
Además, el Grupo tiene claro que seguir a flote es su reto importante, ya que cada día que pasa, el mercado se vuelve más competitivo, lo que los obliga a adaptarse.
Las empresas recalcan que también tuvieron que acomodarse a entender los protocolos de bioseguridad, las prácticas, los cuidados, las necesidades de cada empresa; así como a educar a los oficiales para que ellos los cumplieran y que también, ayudaran a los clientes a la prevención de algún contagio.
Los clientes
Pese a los cierres, las restricciones, y la desocupación de locales; los centros comerciales y las tiendas, aseguraron que el servicio de seguridad para proteger y vigilar sus espacios no se vio afectado drásticamente, y que más bien, hasta invirtieron en recursos para reforzar la vigilancia.
Julieta Bonilla, vocera de Multicentro y del Grupo de Centros Comerciales (CECO), que reúne a diez complejos, explicó que la seguridad es un rubro que pertenece a la cuota condominal —un presupuesto anual— que deben pagar todos los locales que están dentro del centro comercial, y que también comprende servicios de agua, luz y limpieza.
El pago de este rubro es obligatorio, y aún cuando el local esté desocupado, el dueño tiene que hacerse cargo de ese monto.
“Los presupuestos condominales que son el manejo de áreas comunes de los centros comerciales nunca van a bajar porque alguien los tiene que pagar. Los centros comerciales no se afectan en ese sentido; por eso siempre se mantienen igual de iluminados, igual de limpios, igual de cuidados”, explicó Bonilla.
Asimismo, la vocera aseguró que los inquilinos siempre estuvieron anuentes a seguir pagando la cuota condominal completa, ya que tienen el conocimiento de que el centro comercial está resguardado y que su tienda se mantiene segura.
Por otra parte, donde sí existió una disminución leve de personal fue al momento de los cierres ante las restricciones impuestas por el Ministerio de Salud. Para ese momento se requirieron menos oficiales de seguridad en los centros comerciales.
Sin embargo, la seguridad perimetral y el monitoreo durante las 24 horas nunca se detuvo. En el caso de Multicentro, invirtieron en sistemas de cámaras de vigilancia más sofisticadas.
Por su parte, Federico Baltodano, director de Lincoln Plaza, dijo que los costos de operación de todo el periodo anterior se mantuvieron sin cambios y en especial el de seguridad.
“Hubo algunas oportunidades de disminuir algunos puestos por tecnología, como las cámaras y el monitoreo remoto. Pero en su mayoría la cantidad de puestos de seguridad no se pueden mover, porque uno no puede arriesgar la seguridad de un centro comercial. En ese sentido, fue un costo que tuvimos que absorber”, expresó Baltodano.