El segundo accidente fatal en el que se ve involucrado un Boeing 737 MAX ha renovado las preocupaciones de seguridad sobre el valioso nuevo modelo de avión, lo que podría marcar el destino de Boeing durante varios años.
El 737 Max es la versión más reciente del 737, el avión de mayor venta en la historia. Desde su presentación en 2017, Boeing ha entregado más de 350 de estas aeronaves, en distintas versiones y tamaños.
Decenas de aerolíneas de todo el mundo optaron por esta aeronave debido a su eficiencia en el consumo de combustible y su uso para vuelos en distancias cortas y medianas.
Boeing ha recibido más de 5.000 órdenes para distintas versiones del Max, y representan la mayor porción de los casi 5.900 aviones de la compañía cuyas entregas siguen pendientes. El precio de la aeronave va de los $100 a los $135 millones, aunque por lo general las aerolíneas reciben grandes descuentos.
El avión sufrió su primer accidente fatal en octubre pasado, cuando un 737 Max 8 operado por Lion Air se desplomó al Mar de Java, matando a las 189 personas a bordo. Sin embargo, Boeing se recuperó sin que hubiera un efecto aparente en las nuevas órdenes.
Sin embargo, el segundo accidente letal de un Max 8 el domingo en Etiopía, en el que murieron las 157 personas a bordo, podría ser mucho más perjudicial en caso de que los investigadores atribuyan la responsabilidad al diseño de Boeing o de que las aerolíneas y los pasajeros pierdan confianza en la aeronave.
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Aerolíneas de Etiopía, México, China e Indonesia ya han suspendido sus vuelos con el Max 8, así como la Cayman Airways, del Caribe; Comair, de Sudáfrica; y Royal Air Maroc, de Marruecos.
Pese a ello, no existen señales visibles de que el influyente regulador estadounidense, la Administración Federal de Aviación (FAA por sus iniciales en inglés) , vaya a hacer lo mismo.
La secretaria de Transporte Elaine Chao dijo que su departamento, que incluye a la FAA, está “muy preocupada” y dando seguimiento a los desarrollos en torno al accidente del domingo. Chao dijo que se reunió con el administrador interino de la FAA, Dan Elwell, para discutir la situación y analizar opciones. No dijo si la agencia estaba sopesando suspender el uso de esos aviones.
Es poco usual que las autoridades asuman la postura de suspender el uso de las aeronaves, y depende de cada país fijar los parámetros para que los aviones puedan operar y la manera en que se les brinda mantenimiento, dijo Todd Curtis, analista de seguridad de aviación que dirige la Fundación Airsafe.com.
En el último gran retiro que ordenó la FAA, la agencia ordenó la suspensión de vuelos del Boeing 787 en 2013, después de varios casos de sobrecalentamiento de las baterías de iones de litio. El avión era relativamente nuevo en ese momento y United fue la única aerolínea estadounidense afectada, con seis aeronaves.
Al atardecer del lunes 11 de marzo, la FAA emitió un comunicado en el que dijo que aunque otros han señalado similitudes entre los accidentes de Indonesia y Etiopía, la agencia no.
“Esta investigación apenas ha comenzado, y a la fecha no hemos recibido datos que den pie a alguna conclusión o a alguna medida”, señaló la FAA.