La cadena de restaurantes Mandarina Tropical Juice Bar, cuyo primer local fue instalado en playa Tamarindo, Guanacaste en el 2004, se ha planteado un agresivo plan de expansión con miras a operar 20 locales propios y 10 franquiciados al 2015.
Como parte de ese proceso, su propietario Niesen Riascos, anunció a EF los planes de abrir nuevos restaurantes en Curridabat (diciembre próximo) y City Mall Alajuela (abril del 2014).
Además, el empresario contó que se encuentra en negociaciones avanzadas para invertir en puntos ubicados en Liberia y en el Valle Central. La idea es inaugurar estos antes de que finalice este año.
Si todo sale como lo planeado, Riascos tiene la expectativa de hacer crecer sus ventas en un 15%. En el 2012, esa cifra llegó al 10%.
Asimismo, prevé expandir el modelo de franquicia que hasta el momento funciona solo en uno (Mall San Pedro) de los 12 locales que opera la marca en el país.
Cada punto de venta de Mandarina ocupa en promedio un espacio de 30 metros cuadrados, una inversión mínima de $50.000 y la colaboración de 5 empleados.
En cuanto a su menú, aunque empezó como una venta de frutas y granizados, hoy la operación se enfoca en productos de alimentación balanceada como smoothies, jugos funcionales, sandwiches, ensaladas, burritos, cafe, granizados y yogur natural.
Riascos, de origen colombiano y su esposa que inmigró desde Ucrania, llegaron al país hace 12 años e invirtieron unos $1.000 en su primer local. Hoy, la pareja maneja dos restaurantes en Tamarindo y también está presente en otras playas del Pacífico como Jacó y el Coco.
"La idea era atender el creciente mercado de turistas de la zona con una propuesta saludable, tropical y refrescante. En el momento fue algo muy innovador", comenta Riascos.
Paseo de las Flores, Lincoln Plaza, Paseo Metrópoli y Plaza Tempo son los centros comerciales donde opera Mandarina. La expansión del concepto ha sido tal que la marca opera incluso en un gimnasio (Skorpio, en San Pablo de Heredia) y en las cercanías de la UCR y la Universidad Nacional.
El crecimiento de Mandarina se une a otros anunciados en la competida industria de las comidas saludables con marcas como La Oliva Verde, especialista en pletillos meditarráneos.
Esta última ya cerró contratos para abrir restaurantes bajo ese formato en America Free Zone, en Heredia, Torres Paseo Colón y Rohrmoser. Además, está en negociaciones para llegar a Alajuela, San Pedro, San José y La Sabana, según dijo su gerente Antonio Yglesias a este semanario.
En este caso un un local de food court (45 m²) requiere una inversión mínima de $70.000 y uno independiente (100 m²), $90.000.