La generación Z es tendencia en TikTok, y no por bailes o tutoriales, sino por temas de trabajo. Estos veinteañeros llevaron a las redes sociales el concepto de quiet quitting o renuncia silenciosa, práctica en la que se rehúsan a avanzar con su desempeño profesional dentro de la empresa donde laboran, es decir se oponen a la denominada “milla extra”.
Los vídeos con anécdotas y consejos acumulan millones de visitas y el mensaje es uno: concentrar su tiempo en las actividades que realizan fuera de la oficina y limitar las tareas laborales a lo estrictamente necesario.
Otra de las frases que suelen pronunciarse en los vídeos es sobre la necesidad de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, además que ven de manera negativa las horas extras.
Es decir, la cultura de las generaciones anteriores que proclamaban ‘dar la milla extra’ está atravesando una ruptura con una nueva generación que marca límites, con la salvedad de que la generación Z no incurre en una falta al trabajo porque están cumpliendo con lo establecido en el contrato.
¿Por qué renuncia silenciosa?
Si bien este tipo de trabajadores no buscan explícitamente que los despidan, muestran todas las características para no formar parte del equipo que necesita miembros ‘comprometidos’. Esta tendencia va en contra de la cultura de mejorar, capacitarse y alcanzar nuevas metas en el trabajo para ascender.
Para Cristina Cubero, consultora en talento y transformación organizacional, estas actitudes son una señal que dan los jóvenes a los empleadores para que se den cuenta que no les están dando herramientas para desarrollarse y por lo tanto no están felices.
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Según análisis hechos por Cubero a compañías, entre un 30% y 35% de la población en las empresas costarricenses no están trabajando por un vínculo con el propósito organizacional, sino porque necesitan un salario para terminar los estudios o cubrir otras necesidades; pero carecen de un ligamen emocional con la compañía.
Este comportamiento se da en todo el mundo. Los resultados de una encuesta hecha por la firma estadounidense Gallup reflejó que en dicho país un 54% de los millennials que nacieron a finales de los ochenta junto a la generación Z se consideraron no comprometidas; esa condición los convierte en personas propensas a trabajar pasivamente.
Los resultados de Gallup arrojaron que solo el 24% de los estadounidenses pensó que sus jefes tenían en mente lo mejor para ellos.
Esa población manifestó que se presentarán al trabajo y harán lo necesario, pero no más.
Bajo el concepto de ‘renuncia silenciosa’ hay un enfrentamiento de ideas donde el patrono pensaría que el colaborador realiza lo mínimo establecido, mientras que los jóvenes defienden que cumplen con lo pactado y que el trabajo no merece ser todo en su vida.
“Es un gran replantamiento”, dijo Ranjay Gulati de la Escuela de Negocios de Harvard al medio The Guardian.
¿Hay motivos de despido por hacer ‘renuncia silenciosa’?
“En realidad el empleado solamente está obligado, ya sea laboral o contractualmente, a lo que está estipulado en el contrato. Entonces, si se cumplen a cabalidad las labores no hay razón para sancionar al trabajador”, aclaró Daniel Valverde, especialista en derecho laboral de la firma Ecija.
Sin embargo, si al patrono no le funciona la dinámica de trabajo de sus colaboradores que apelan a la ‘renuncia silenciosa’ puede hacer mediciones de rendimiento y calificar el desempeño de su personal. Con esto tendría un criterio para clasificar a quienes tienen un rendimiento apenas aceptale y de esa manera tomar una decisión respecto a si ejecuta un despido o decide conservar al personal.
En Costa Rica se aplica el principio de libre despido, pero es importante aclarar que esa libertad no puede alimentarse de actos discriminatorios. El artículo 85 inciso d del Código de Trabajo menciona que ‘la propia voluntad del patrono’ es una de las causas que terminan con el contrato de trabajo sin responsabilidad para el trabajador y sin que extingan los derechos de este.
¿Cómo evitar las ‘renuncias silenciosas’ en el equipo de trabajo?
El personal que se limita a hacer lo necesario no es algo nuevo en temas laborales, pero sí algo que hasta hace poco se discute abiertamente.
Medios como The Wall Street Journal informan sobre casos de personas que no pertenecen a la generación Z, pero que se indentifican con la tendencia. Indican que hay personas mayores de 40 años que consideran que por mucho tiempo han trabajado bajo el concepto que hoy es un fenómeno en redes.
Las empresas deben replantear las actividades y propósitos que tienen establecidos con esos jóvenes y analizar si realmente reaccionan y les gusta ese nuevo entorno.
Esta ola es distinta a ‘la gran renuncia’ que se dio a raíz de la pandemia, donde trabajadores inconformes abandonaron sus trabajos por las condiciones de bajos salarios y poca oportunidad de crecimiento.
La ‘renuncia silenciosa’ no significa que van a ejecutar la renuncia o que están disconformes con el salario, pero sí muestra que la deficiencia del equipo es la falta de proactividad. Es una alerta para que la compañía haga ajustes y genere interés en ir más allá.
“Los jóvenes dicen que necesitan vivir su propósito independientemente si es o no es el de la compañía. Necesitan que les permitan espacios flexibles y cuando eso no pasa tienen dos opciones: saltar a un nuevo empleo o aplicar la renuncia silenciosa, es decir, ‘si no me contribuye a mi desarrollo, yo no tengo por qué contribuir a su empresa’ “, explicó Cubero.
De acuerdo a Cubero, con la desvinculación que se empieza a desarrollar se pueden dar dos resultados: el despido o que la persona que recurre a esa práctica logre ubicarse en un área que le genere mayor interés.