Definir cuándo es momento de renunciar a un trabajo puede ser complicado. Suele confundirse cuando se atraviesa una desmotivación circunstancial o cuando realmente la situación se convierte insostenible.
Estar en busca de un mejor salario, tener el deseo de crecer profesionalmente y aspirar con mejores condiciones laborales, suelen ser las principales razones por las cuales un colaborador decide renunciar.
La más reciente encuesta regional “Miedos y Esperanza de la fuerza laboral 2023″ de PwC Interamericas publicada en agosto pasado indicó que el 55% de las personas ven probable que cambien de trabajo en los próximos 12 meses. A diferencia del año pasado en donde la cifra era uno de cada tres trabajadores que buscaban cambiar de trabajo.
“El estrés financiero es una realidad, tanto a nivel global como en nuestra región. Este tipo de estrés debilita al colaborador física y emocionalmente, pero también es un problema a nivel de la compañía, pues un trabajador en esta circunstancias es más propenso a bajar su productividad”, señaló Jorge De Mezerville, director de talento de PwC Costa Rica.
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Existen situaciones que pueden alertar al trabajador que está pasando por la etapa en la que es momento de buscar otros rumbos profesionales y según Karina López, gerente país de ManpowerGroup Costa Rica, las principales señales son:
- Reconocer que existe una baja en la productividad.
- Tener una menor disposición a comprometerse a objetivos a largo plazo de la organización.
- Experimentar desinterés o insatisfacción en las tareas que realiza.
- No prestar atención a reuniones de equipo o evitar relacionarse con los demás compañeros en actividades del equipo.
- Tienen síndrome del desgaste laboral o burnout.
- Solicitan mayores permisos para ausentarse en horas laborales.
Existen formas de evitar llegar a situaciones extremas en las cuales la salud física y mental del trabajador se vean afectadas, y hacer un análisis previo de qué es lo que está ocurriendo a nivel laboral es relevante.
Por ejemplo, elaborar una lista con las prioridades laborales y asignar un puntaje del 0 al 10, donde 0 no afecta y 10 es la máxima afectación, puede ayudar a visualizar cuál es el estado real de satisfacción que existe en el trabajo, aconsejó Ana Vindas, psicóloga de Clínica Herrera Amighetti del Hospital Metropolitano.
“Es importante enfrentar los miedos, y preguntarse siempre: ¿qué es lo peor que podría pasar?”, añadió.
Evaluar qué es lo que está mal, hablar con el jefe, supervisor, o departamento de Recursos Humanos de los problemas que está pasando, e incluso buscar ayuda psicológica para gestionar esas emociones son parte de las acciones que sirven para controlar el estrés laboral.
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¿Se puede negociar un despido?
Cuando se tiene la seguridad de ya no querer el trabajo actual, además de renunciar también existe la posibilidad de negociar un despido, pero es una práctica en la que debe tomarse en cuenta diferentes consideraciones.
“Va a depender de la voluntad del patrono de ejercer su potestad de libre despido, voluntad que igual resulta de una solicitud de un trabajador y no de un análisis interno del caso. Dado que se trata de un despido, el patrono debe conocer que al aceptar tendrá que hacer pago de la liquidación laboral total que corresponda para estos casos”, explicó Guillermo Vargas, abogado de EY Law.
Asimismo, para el trabajador constará que fue despedido, que aún si se presentó por solicitud de él esto no modifica el tipo de terminación laboral ejecutado.
En este tipo de casos se puede valorar proceder mediante lo que se conoce como un mutuo acuerdo. Bajo esta figura ambas partes presentan un margen de negociación en cuanto a los extremos a cancelar, con excepción de los rubros irrenunciables como vacaciones y aguinaldo.
En búsqueda de un nuevo trabajo
En el caso de que ya se haya tomado la decisión de renunciar una recomendación es enlistar las condiciones ideales con las que deberá contar el nuevo puesto de trabajo; ya que, de no hacerlo, podría acabar en una vacante similar y continuar sintiéndose estancado.
Parte de las preguntas necesarias son: ¿quiero un puesto con más responsabilidades?, ¿el salario necesariamente debe ser más alto que el actual?, ¿estaré dispuesto a aceptar horarios más rígidos de los que tengo en este momento?, ¿aceptaré un empleo que esté más lejos de mi casa?
El siguiente paso es iniciar con la búsqueda de ese nuevo trabajo, y si decide hacerla mientras se encuentra en el actual empleo debe tomar en cuenta:
- Confidencialidad. En una organización la primera persona que tiene que saber que cambiará de trabajo es su jefe. Evite que sus compañeros lo sepan antes que él para evitar rumores. Tómelo además como una oportunidad para decirle los motivos, agradecer por la comprensión y la posición alcanzada en la compañía.
- Evite realizar búsquedas en horario laboral. Nunca use el tiempo de la empresa para enviar currículums, atender entrevistas o devolver llamadas a algún posible reclutador. Todo esto lo debe hacer durante su tiempo libre u horas de almuerzo.
- No use los recursos de la empresa. No emplee el correo electrónico corporativo como forma de contacto. Tampoco use el equipo de la empresa para visitar sitios de empleo o para imprimir hojas de vida.
- Cuidado con las redes sociales. Si aún no le ha informado a su compañía actual sobre la renuncia, no publique estados como: “en búsqueda de oportunidades laborales” en redes sociales. Recuerde que la primera persona en la organización que debe conocer su decisión debe ser su supervisor.
- Mantenga su compromiso. Evite la actitud de “ya me voy”. Cuide el nivel de productividad y profesionalismo, por ética y marca personal.
- Cumpla con el preaviso. Si la nueva empresa contratante le pide que se incorpore lo antes posible, es importante que pueda negociar con su actual compañía, por ejemplo, si debe reducir los días de preaviso, utilice las vacaciones acumuladas para estos fines. Siempre es preferible que cumpla por completo el preaviso. Recuerde que, si deja a la empresa sin colaborar con una transición adecuada, podría cerrarse las puertas en un futuro.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Si las organizaciones no mantienen la motivación de sus equipos, no tendrán la productividad ni resultados deseados.
Para que las compañías puedan identificar cuáles son las personas que ya no se muestran interesadas en laborar es importante definir el grado de satisfacción de los colaboradores, conocer bien el perfil generacional de la compañía para así hacer estrategias y planes de retención acordes con lo que su planilla quiere.
“En el caso de las jefaturas, cuando un colaborador demuestra desánimo con su empleo, es importante abordar la situación de manera personalizada. Recomendamos al empleador programar una reunión privada con el colaborador para escucharlo”, recomendó ManpowerGroup.
En esa conversación se deben buscar las causas de la desmotivación y así tomar un abordaje adecuado buscándole una solución. Se podría valorarse hacer ajustes en la carga de trabajo, cambios en las responsabilidades, oportunidades de desarrollo, o resolución de conflictos laborales.
En caso de que el colaborador esté anuente a continuar en la empresa, es importante que el empleador le realice un seguimiento para evaluar el progreso y si es necesario ajustar las estrategias.