El turismo costarricense tiene seis meses de capa caída. Los indicadores oficiales del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) muestran que desde setiembre pasado se registra un descenso interanual en la cantidad de extranjeros que visitan nuestro país por la vía aérea y la situación ya empieza a encender las alarmas en el sector.
La caída se da principalmente para los visitantes que vienen de Norteamérica y Europa. De hecho, en la medición más reciente (con datos de febrero), solo Centroamérica y Suramérica mostraron crecimiento en la visitación.
Factores como el comportamiento del precio del dólar, los problemas en la infraestructura y hasta la creciente ola de homicidios e inseguridad que atraviesa Costa Rica, han sido señalados como parte de los responsables en esta coyuntura. Recientemente, las autoridades del ICT han mencionado otro elemento: las aerolíneas están ofreciendo menos asientos para volar a Costa Rica.
El pasado 12 de marzo, el ministro del ramo, William Rodríguez, dijo en conferencia de prensa que aerolíneas como American Airlines, la reducción fue de un 15% y en Alaska de un 41%, mientras que en mercados como Denver y Washington registraron reducciones del 100% y New York un 23% y además subrayó que la afectación se daba en los aeropuertos Juan Santamaría y Daniel Oduber.
¿A qué se debe esta situación? ¿Es temporal o las aerolíneas ya no quieren volar a Costa Rica? El Financiero conversó con Hermes Navarro, Jefe de Atracción de Inversiones y Líneas Aéreas para entender mejor la situación.
¿Cuáles son las causas que hay detrás de de esta situación y cómo ha afectado precisamente el flujo de visitantes que están llegando al país?
Las aerolíneas de Europa y de Estados Unidos metieron mucha capacidad en el 2023 a Costa Rica y era un destino seguro para meter más asientos en un momento en que otros destinos no estaban funcionando tan bien. ¿Qué pasó en el 2024? Bueno, se juntaron muchísimas cosas desde un punto de vista tanto técnico como de competencia.
Muchas aerolíneas preveían que iban a recibir nuevos aviones tanto de Airbus como de Boeing en el 2024, entonces algunas retiraron aviones que ya tenían viejos o que eran poco eficientes porque gastaban más combustible, eran más caros de general, pero hubo problemas técnicos con las entregas y además se dio la huelga de operadores de Boeing. Aunque hasta el día de hoy solamente se están entregando los aviones Airbus, eso no cubre todas las operaciones de las diferentes líneas aéreas, entonces empezaron a reacomodar todas sus flotas para poder seguir abriendo nuevas rutas y además responder a la apertura de aquellos destinos que ya poco a poco empezaron a operar después de los años de la pandemia.
Entonces, no hay suficientes aviones para todos los destinos, hemos visto un reacomodo que se traduce en que efectivamente hemos tenido menos asientos.

¿En algún momento consideraron que el crecimiento de 2023 era complicado que se pudiera repetir en el 2024 e incluso este año?
Habíamos previsto toda esta problemática que generó Boeing a la mayoría de las líneas aéreas y sucedió lo que se podría decir que es una tormenta perfecta porque al mismo tiempo que tuvimos los problemas de Boeing de no entrega de aviones y de falta de equipos, se nos viene el problema de los motores Pratt & Whitney, que provocó que algunas líneas aéreas tuvieran que parquear los aviones y enviar los motores de esos aviones a reparación a la empresa porque estaban dando fallas.
Entonces, eso provocó que algunas líneas aéreas incluyendo Spirit, Viva o Volaris, tengan aviones parqueados, porque la entrega de los motores podría durar entre uno o dos años o más dependiendo de qué tan rápido lo hagan.
Estamos hablando como digo yo de una tormenta perfecta porque las empresas están sin aviones, con los que tenían parqueados, teniendo que abrir rutas desde Estados Unidos hacia Asia, hacia Europa porque vienen abriendo mercado, hay más competencia, entonces pues hay un reacomodo lógico del tema de asientos.
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Partiendo de toda esta tormenta perfecta que usted menciona, ¿cómo han sido las negociaciones o los acercamientos con las aerolíneas para evitar un mayor impacto negativo en el tráfico de pasajeros?
Lo que nos han dicho las aerolíneas es que más bien Costa Rica se ha visto protegida de alguna forma por el gran éxito que tiene el destino y por la buena ocupación que tienen los aviones hoy en día hacia Costa Rica, tanto de Estados Unidos, de Canadá como de Europa.
Inclusive lo que nos han dicho las aerolíneas es: “si tuviera los aviones los pondría para Costa Rica porque el destino funciona muy bien, se vende muy bien, pero no tengo los aviones”. Esto lo hemos conversado con la mayoría de las líneas aéreas de Estados Unidos y nos han dicho lo mismo.

¿Hay alguna fecha prevista para que las entrega de los aviones ya se pueda ir normalizando y retomar el ritmo que se tuvo en el 2023?
Estamos hablando casi que todas las semanas con alguna línea aérea, ya este año algunas van a recibir un avión, aunque parezca mentira, de 20 que pidieron van a recibir, uno, otras aerolíneas recibirán dos.
Pero las aerolíneas nos dicen lo mismo: es que no es solo Costa Rica, está el norte de África, el mercado interno de Europa y el mercado interno de Estados Unidos con presión de meter más capacidad y más destinos o aumentando capacidad según va creciendo la disponibilidad.
Sí vemos una disminución de asientos, pero claramente responde a un a un reacomodo natural de las líneas aéreas.
El ministro decía que hubo cierto efecto provocado por las elecciones presidenciales de noviembre ¿Cómo se mueve la decisión del viajero previo a un evento como una elección presidencial en Estados Unidos?
Todo elemento atípico siempre crea en una parte de la población un sentimiento de prevención, no voy a decir de miedo, pero de expectativa de qué va a pasar el día después. Esa expectativa, si las cosas siguen de una forma u otra, pudo haber tenido un efecto en el viajero y que dijera “voy a dar un tiempo a ver cómo evoluciona la situación, si vamos a tener restricciones” y esa situación también la estamos viendo en Europa.
Hay un sentimiento de los europeos de expectativa, pero de si va a haber una escalada militar más grande y en la pasada feria de ITB en Alemania nos decían que la gente joven todavía podría responder a viajar, pero la gente más vieja, especialmente la gente que vivió en época de guerra o que recuerda las historias de la época, se acuerda de que en las guerras faltan cosas, faltan alimentos, falta combustible, entonces hay un sentimiento también de expectativa en Europa sobre el futuro político y esto puede poner freno a su decisión de gastar dinero en ocio.
En resumen, ¿lo que estamos viendo es una combinación de factores coyunturales que están mermando la llegada de turistas? ¿no es que el destino se ha deteriorado ni el afecto por viajar acá se ha perdido?
La esperanza que tenemos es que las situaciones que han causado lo que estamos viviendo desde finales del año pasado y este mismo año se normalicen, es decir, que haya una tranquilidad política económica a nivel mundial y que podamos seguir creciendo. Por supuesto, tanto la empresa Airbus como Boeing empiecen a entregar los nuevos aviones para que las líneas aéreas tengan más capacidad de meter aviones a diferentes destinos y cruzando los dedos para que entreguen los motores a las líneas aéreas que tienen varados los aviones.
¿Esta situación cambia de alguna manera las estrategias de promoción de Costa Rica con las aerolíneas?
Todas las aerolíneas el mensaje que me dan es que siguen creyendo muchísimo en Costa Rica como destino, siguen creyendo que es un destino en el que hay que meter más capacidad. Algunas incluso sufren por no tener un avión adicional para meter en el país.
Le puedo decir con toda claridad que no he visto en ninguna reunión con líneas aéreas a finales del año pasado y este año ninguna actitud de decir, “no tengo ganas de volar a Costa Rica” o “me da miedo”, eso eso nunca lo he escuchado.
Lo que veo es que Costa Rica siempre tiene oportunidad de crecer y que lo que necesitamos es un empujoncito de los factores externos que nos están golpeando en estos últimos meses.
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¿Qué novedades ha habido con mercados como Escandinavia, Italia, Portugal y Sudamérica, algunos de los mercados a los que desde hace algún tiempo el ICT tiene en la mira?
En ese momento tenemos tres grandes metas a nivel la atracción de líneas aéreas. La primera es fortalecer las rutas que hoy en día tenemos. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, que si una línea aérea me está volando tres veces por semana, seguir insistiendo para que vuele cinco y tal vez el próximo año vuele todos los días. La segunda es buscar más destinos en nuestros principales mercados como Estados Unidos, Canadá, México, otros destinos a los que podamos volar de forma directa y después están los nuevos destinos a buscar, seguimos en negociaciones con la línea aérea que se llama SAS, pues son negociaciones que están todavía en un nivel muy primario, para un vuelo de un país escandinavo.
Estamos en negociaciones, eso sí, más avanzadas con la línea aérea italiana Ita, para un vuelo directo San José - Roma y negociamos de manera primaria con una línea aérea para volar desde Lisboa.
Y con Suramérica creo que estamos bastante bien y ahí lo que tenemos que hacer, es tratar de aumentar la capacidad de la línea aérea que ya nos sirven desde Sudamérica. También hay que repetir lo que siempre he dicho, tratando de explicar a la gente que técnicamente y por volumen de pasajeros hay destinos a los cuales no podemos apuntar porque no tiene ningún sentido una operación como Medio Oriente, Asia, el sur de África, no tiene mayor sentido buscar operaciones de ahí porque técnicamente no puede suceder, es muy costoso.