La 82ª edición del Salón del Automóvil de París (Mondial de l'Automobile) ha puesto sobre la mesa la reinvención continua del automóvil con una avalancha de nueva tecnología y una firme apuesta por el híbrido enchufable, sin renunciar al eléctrico puro, y todo bajo el denominador común de la reducción de emisiones.
La reinvención del automóvil queda patente en el centenar de novedades mundiales presentadas en este Salón, uno de los grandes del calendario mundial, en un ambiente optimista desde el punto de vista económico, al percibirse una clara recuperación del mercado europeo, aunque no a la velocidad esperada.
Carlos Goshn, presidente de la Alianza Renault-Nissan, sitúa el mercado europeo en volúmenes un 20 % menores a los registrados en 2007, antes de la crisis, y vaticina una recuperación lenta, en contraste con el avance experimentado por el mercado de Estados Unidos.
En el Salón de París, que hoy celebra su primera jornada dedicada a los medios de comunicación, el ambiente ha estado ensombrecido por la amenaza de una pérdida de competitividad de la industria europea si Bruselas sigue adelante con sus pretensiones de reducir aun más el objetivo de emisiones, fijado en 95 gramos de CO2 por kilómetro en el año 2020.
El presidente del primer fabricante europeo, el grupo Volkswagen, Martin Winterkorn, ha lanzado una seria advertencia a Bruselas. Si se impone una nueva reducción, se va a poner en peligro la competitividad de la industria europea del automóvil.
La industria del automóvil está comprometida con la reducción de emisiones, han coincidido los ejecutivos del sector en París, pero piden una decisión equilibrada a Bruselas que tenga en cuenta el impacto que produce en la industria europea del automóvil, que ha de competir con el resto del mundo.
Al margen de las grandes estrategias de mercado, en esa edición del Salón de París se puede observar la deriva de las tendencias. Las marcas, al contrario de lo que ocurría las últimas décadas, distancian sus estilos, de modo que el diseño y la personalización adquieren fuerza, al menos en un mercado "maduro" como el europeo, cuyos compradores buscan automóviles diferentes al tradicional.
En propulsiones, la tendencia está directamente relacionada con la reducción de emisiones, haciendo acto de presencia masiva la arquitectura híbrida enchufable, los carburantes alternativos y una reducción ("downsizing") de los motores en cilindros y cubicajes.
Honda y BMW son los destacados en este apartado en el Salón del Automóvil de París y especialmente el fabricante japonés, con un nuevo motor diesel de 1,6 litros y 160 caballos de potencia, asociado a una transmisión automática de 9 velocidades.
En híbridos ha sorprendido la nueva línea de negocio abierta por Renault, al presentar su primer híbrido enchufable, el "eolab" , una tecnología que va a implantar en algunos modelos de la marca sin dejar de lado su apuesta por los vehículos cien por cien eléctricos.
Más sorprendente aún es el cambio exhibido por Lamborghini, al presentar un deportivo híbrido enchufable, el Asterion, movido por un motor V10 y tres eléctricos, que suman 910 caballos de potencia. Asterion es una figura de la mitología griega mitad hombre y mitad toro, de forma que la marca italiana mantiene su relación con el mundo taurino, su símbolo de marca.
Este Lamborghini responde a la estrategia "top down" , de arriba hacia abajo, en la electrificación del automóvil tradicional, de la misma forma que lo están haciendo Porsche, que en París ha presentado su tercer híbrido enchufable Cayenne e-Hybrid, o BMW, que después de su avanzado i8 baja a un terreno más convencional haciendo la hibridación del modelo X5.
En la avalancha híbrida "plug in" es destacado el papel del grupo PSA Peugeot Citroen y su particular apuesta por una hibridación a base de aire comprimido. Peugeot presenta el sistema a bordo de un 208 y Citroen lo hace en el C4 Cactus Airflow 2l, prototipo derivado del Cactus fabricado en Madrid, y ambos con un consumo por debajo de 2 litros.