Con la declaración de emergencia nacional en marzo, la cancelación de citas médicas se acercó a 8 de cada 10 y obligó a una adopción general y rápida de procesos para atención digital en la medicina, pública y privada.
Este fenómeno afectó a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), pero también a la red de proveedores de servicios médicos privados, desde especialistas independientes hasta grandes centros de salud: el 80% de suspensiones y cancelaciones lo registró la plataforma Huli, un sistema que reúne especialistas de todos los campos de las ciencias de la salud.
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En un hospital privado, como la Clínica Bíblica, se contabilizaron 11.000 cancelaciones en marzo. Centros como el Cima debieron invertir hasta $150.000 en licencias, programas y capacitación y búsqueda de soluciones conjuntas para pacientes, especialistas de planta y los profesionales que alquilan espacios de las torres médicas.
Todavía hoy se registra una baja global en la consulta. En el hospital La Católica esta reducción oscila entre 25% y 35% de su operación prepandemia.
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La presión sobre el sector ha sido tan fuerte que la Cámara Costarricense de la Salud, representante de diferentes segmentos de la medicina privada, asumió la transformación digital como una de sus prioridades.
Acelerador
La ampliación en las opciones y modalidades de atención ya había comenzado en algunos centros médicos, aunque con diferentes niveles de relevancia. La crisis por COVID-19 aceleró el proceso, y está provocando la creación de un estandar para la oferta, mediante modificaciones permanentes de la logística y la administración de las consultas y servicios.
Massimo Manzi, director ejecutivo de la Cámara, explicó que este proceso de transformación del ecosistema de salud puede trascender las necesidades inmediatas, planteadas por la coyuntura de pandemia, para impulsar un mayor y mejor acceso general a la salud.
Datos de esta Cámara señalan que el país ya presenta tendencias generales de adopción de la telemedicina. Algunas son:
- La mayor parte de la recepción positiva corresponde al área metropolitana: en las provincias menos del 5% de los pacientes han accedido a recibir consultas por medio de telemedicina.
- Las clínicas de especialidades han registrado un comportamiento de baja utilización, pues en esos casos el paciente suele preferir una consulta presencial.
- En hospitales más grandes la utilización, sobre todo para emergencias y consultas generales, ha sido mucho mayor –con niveles de crecimiento exponenciales en los últimos meses– debido a que estas opciones prácticamente no estaban disponibles antes de la pandemia.
Uno de estos casos de implementación acelerada es el del hospital Clínica Bíblica. El doctor Jose Enrique Camacho, jefe de Academia y Servicios Externos, explicó que no hubo inversión inicial, pues en realidad ya tenían los recursos, pero se encontraban ociosos.
“Contábamos con licenciamiento de Office 365, lo que se hizo fue disponerlo a nuestros médicos para utilizar Microsoft Teams como herramienta para brindar el servicio de telemedicina. Se implementó el cobro a través del servicio de Compra Click del BAC y establecimos un grupo de apoyo multidisciplinario (Centro de contacto, TI, recepción) para acompañar al paciente durante todo el proceso previo y durante la consulta, tipo concierge”, relató.
En otros centros médicos y plataformas sí resultó necesaria la inversión inmediata en programas informáticos, equipos tecnológicos y capacitación, además de ajustes operativos. Huli, por ejemplo, desembolsó $160.000 y ahora ofrece a los médicos hasta tres meses de uso gratuito de herramientas para la virtualización.
Alejandro Vega, vocero de la plataforma, explicó que los pacientes sienten temor, pero también los médicos temen exponerse al contagio.
“Huli entendió rápidamente la necesidad de los médicos de mantener sus consultas operativas y la de los pacientes de seguir accediendo a salud de formas alternativas”, dijo Vega.
Algunas de las acciones implementadas fueron:
-Programas de apoyo a médicos para acceso a las herramientas, sin costo.
-Lanzamiento de la videoconsulta para apoyar la gestión remota.
-Invitación a los médicos a habilitar la modalidad de videoconsulta y visita a domicilio.
Tras su lanzamiento y adopción en marzo, el crecimiento de la consulta virtual en Huli, de las primeras dos semanas de abril y las primeras dos semanas de agosto fue de 207%.
El crecimiento de la virtualidad es la norma en los centros consultados. El doctor Oscar Sánchez, gerente de Servicios Médicos del Hospital La Católica, aseguró que en marzo asignaron 600 citas virtuales, tras una inversión de ¢10 millones. Ya en agosto duplicaron esa cifra.
Federico Portuguez, gerente de Informática del Hospital CIMA, relató que llegaron a experimentar cancelaciones y citas pospuestas de hasta un 40% del total de operación, y tras la inversión en licencias, capaciación y logística, la consulta virtual ahora crece a un ritmo de 35%.
Sin embargo, el vocero del CIMA llamó la atención sobre la brecha de adopción que aún existe y la necesidad de trabajar desde diferentes áreas para obtener máximo provecho de los cambios.
“La percepción es que (la telemedicina) va a seguir creciendo, sin embargo, aún hay mucho trabajo por desarrollar en este campo. Todavía vemos que los pacientes tienen más afinidad por la consulta en persona”, opinó Portuguez.
Una de las áreas claves para lograr esa implementación completa es la academia, que debe incluir cambios desde las herramientas para el proceso de enseñanza. La tecnología cotidiana ha sido aliada emergente en países como Argentina, donde los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la privada Universidad Abierta Interamericana (UAI), dejaron de recibir clases presenciales en marzo. Se calcula que las graduaciones de los estudiantes más avanzados se retrasarán al menos un año.
El médico y profesor Mario Grossmann comparte lo que considera un proceso de “aprendizaje mundial” en la atención de la pandemia. Durante sus guardias en el hospital Interzonal de Ezeiza imparte clases virtuales limitadas.
“Les paso por whatsapp las placas radiológicas, me filmo haciendo punciones o les muestro cómo hago una biopsia”, enumeró Grossman.
En Costa Rica ya se está apostando por la inversión en sistemas tecnológicos específicos para la enseñanza. Por ejemplo, la universidad Hispanoamericana adquirió en agosto de 2020 un expediente digital con el fin de desarrollar habilidades para el ejercicio diario de profesiones de ciencias de la salud desde un entorno tecnológico.
Marco Urbina, director general de la universidad, afirmó que habrá un uso intensivo de este recurso en los próximos meses.
“Estos sistemas de información serán parte de su quehacer diario en la práctica profesional. Permiten la realización de consultas virtuales y de teleconsultas (telemedicina), creándose más de 50 pacientes virtuales para todas las especialidades médicas que se abordan en los planes de estudio de Medicina y Enfermería”, explicó Urbina.
¿Hacia dónde va?
La tendencia mundial es hacia la generalización de los servicios virtuales en todos los campos de ciencias de la salud, por esto se espera que los cambios aplicados hasta ahora en Costa Rica se mantengan y se fortalezcan con el tiempo. (Vea: Fenómeno global)
En la CCSS, por ejemplo, ya tienen un rumbo definido para las consultas virtuales: mediante su departamento de comunicación explicaron que pretenden su fortalecimiento para brindar seguimiento a los pacientes con COVID-19, así como a sus contactos. También se utilizarán con énfasis en la continuidad de la atención de pacientes con enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, enfermos con dolor crónico, entre otros casos). Además, están valorando la incorporación de nuevas modalidades en el uso, como monitoreo remoto de pacientes y telemedicina en hospitalización.
En Huli se espera que la tendencia de crecimiento actual se mantenga al menos durante los próximos seis meses, pues a mediano plazo la videoconsulta ya sería uno de los mecanismos usuales. Su proyección es que al menos el 20% de las consultas totales se hará con esta modalidad, aún después de la pandemia.
La virtualización debería generalizarse hacia diferentes áreas de la salud, como Nutrición y Psicología. En la universidad Hispanoamericana adquirieron equipo para la medición de respuestas psicofisiológicas, a partir de la aprobación por la atención en línea de pacientes por el Colegio de Profesionales en Psicología. Para el tercer cuatrimestre de 2020, darán inicio a la asistencia psicológica mediante teleconsultas.
Durante el segundo cuatrimestre 2020 el servicio de la Clínica de Nutrición migró a la modalidad virtual con la adquisición de la licencia de un software especializado para la consulta nutricional.
Ambos servicios ofrecen consultas gratuitas que ampliarán la base de usuarios sensibilizados a la experiencia de atención virtual y sus resultados.
Y en el futuro cercano, los avances en otros campos de la tecnología e innovación podrían dar paso a nuevos niveles de individualización de la consulta remota.
“La utilización de tecnologías tales como el estudio del genoma, la inteligencia artificial, van a permitir el desarrollo de una mayor ‘personalización’ de la medicina, haciendo que cada paciente pueda recibir la mejor solución terapéutica para su caso específico”, proyectó Manzi, de la Cámara de la Salud.
La pandemia obligó al sector salud a acelerar, y los cambios dan señales de que serán permanentes.
Fenómeno global |
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Datos sobre la relevancia de la telemedicina en el mundo: |
-El mercado mundial de la telemedicina fue valorado en unos $45.000 millones en 2019 y se espera que crezca a una tasa del 19.3% entre 2020 y 2026, llegando a un volumen de $175.000 millones en 2026. -La teleconsulta representa mundialmente un 40% del mercado total de telemedicina (la cual también incluye áreas como telediagnóstico, teledocencia, telemonitoreo, telerobótica, telegestión), porcentaje que está creciendo debido al número de personas que están en cuarentena debido a la pandemia por COVID-19. -La salud mental representó un 15% del mercado global, porcentaje que está creciendo exponencialmente debido al impacto de la pandemia en el estado físico y mental de la población. |
Fuente: Cámara Costarricense de la Salud |