La exposición más grande dedicada hasta ahora al chino Ai Weiwei se inaugura este jueves en Berlín. En ella no participa el multifacético artista y disidente porque el gobierno le impide viajar al extranjero desde abril de 2011, cuando fue detenido y encarcelado durante 81 días.
Una de las atracciones de la exposición es, justamente, la reconstitución en tamaño natural de la celda en la cual el artista estuvo internado.
El visitante puede ver la cama, la mesa y el baño de la celda en la cual había dos guardianes en permanencia y estaba iluminada las 24 horas del día.
Además, entre las obras expuestas figuran con conjunto de mil taburetes de madera (utilizados por los campesinos desde la dinastía Ming (1368-1644), ubicados como pixeles y una rueda de bicicleta gigante.
Otras obras o perfomances son más políticas, como la escultura de las islas Senkaku, administradas por los japoneses, pero que los chinos reivindican bajo el nombre de Diaoyu.
Sin embargo, el objeto preferido de la exposición es el hecho de que no tenga derecho a participar. "Es una obra de arte en si misma", dijo recientemente Ai Weiwei .
"¿Cuántas exposiciones hay en el mundo en la que el expositor está ausente porque no tiene derecho?", agregó.
En Alemania "los amigos de Ai Weiwei ", esencialmente personalidades del mundo artístico, exhortaron recientemente a la canciller Angela Merkel a que intercediera ante el gobierno chino para que el artista fuera autorizado a viajar.
Sin embargo, ni siquiera la visita que presidente chino Xi Jinping efectuó la semana pasada a Alemania permitió desbloquear la situación.
El artista de 56 años es considerado como uno de los artistas contemporáneos más importantes de China.
Ninguna de las obras exhibidas en Berlín han podido ser expuestas en China, donde Ai Weiwei está prohibido.