Nespresso lanzará cápsulas de café compostables el próximo año para responder a los competidores que intentan penetrar en el lucrativo mercado de las máquinas de café caseras con alternativas cada vez más ecológicas.
Una de las marcas bandera del gigante alimentario suizo Nestlé, Nespresso introducirá “en Francia y Suiza en 2023″ unas cápsulas con base de papel que pueden ser compostadas en casa y lo expandirá a otros mercados en 2024, dijo su director ejecutivo, Guillaume Le Cunff a la AFP.
Como en las cápsulas anunciadas este mes por Nescafé Dolce Gusto, otra marca de Nestlé, una fina capa de biopolímero compostable dentro del papel sellará el café para mantenerlo fresco.
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Le Cunff explicó que las nuevas cápsulas de Nespresso pueden ser usadas en las máquinas existentes, pero no reemplazarán las actuales de aluminio sino que ofrecerán una "alternativa" para aquellos que quieran compostarlas en vez de enviarlas a puntos de reciclaje o devolverlas a la tienda.
"Es un complemento. El objetivo es ofrecer la elección", dijo.
Hicieron falta tres años de investigación y hasta 28 prototipos para dar con el modelo adecuado.
"Tuvimos que crear cafés que funcionaran con este embalaje. Mientras los ingenieros trabajaban en el paquete, nuestros expertos cafeteros desarrollaban nuevos cafés, trabajando el tostado y el molido", explicó el director ejecutivo.
Con 6.400 millones de francos suizos ($6.450 millones) de ventas en 2021, Nespresso es la segunda marca de café del mundo por detrás de Nescafé y la primera en el mercado de Europa Occidental, según los investigadores de mercado Euromonitor International.
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"Nespresso continúa como líder en el segmento de café por porciones. Sin embargo, hay más competición", dijo a la AFP Jon Cox, analista de la industria en la empresa de servicios financieros Kepler Cheuvreux.
Otras marcas como la estadounidense Keurig ya recorrieron la senda de las cápsulas compostables.
Y en septiembre, la mayor empresa suiza de distribución, Migros, presentó unas bolas de café comprimido 100% compostables cubiertas por una fina capa hecha de alga.
La cadena de supermercados lanzó sus cápsulas Coffee B, que necesitan su propia máquina, en Suiza y Francia, uno de los principales mercados de Nespresso, y las llevará a Alemania el próximo año.
La firma remarcó argumentos ambientales, asegurando que las cápsulas tradicionales de aluminio generan 100.000 toneladas de residuos anuales, de las que la mayoría termina sin reciclarse.
Lanzadas en 1986, las cápsulas Nespresso revolucionaron el consumo de café en Europa al permitir que preparar un café espresso en casa.
El éxito llevó a marcas rivales a intentar sacar provecho y desencadenó batallas judiciales para intentar que otras empresas produjeran cápsulas que encajaran en las máquinas Nespresso.
Ahora, los grupos ecologistas siguen con cautela esta nueva batalla por el mercado compostable.
Para Florian Kasser, experto de consumo y economía circular en Greenpeace Suiza, estas alternativas son "un pequeño paso adelante".
No obstante, "el problema con estas innovaciones es que dan la impresión de que podemos consumir café sin ningún tipo de inconveniente ambiental", apuntó a la AFP.
Para Kasser, esta es la "dirección equivocada". Como la carne o los lácteos, el café es un producto "con muy mala huella económica" con lo que sería mejor "reducir el consumo", afirmó.
Larissa Copello, de la ONG Zero Waste, dijo que los consumidores pueden inferir que "si se composta en el patio trasero, entonces se degrada en el campo también" y fomentar el lanzamiento de basura.
Le Cunff aseguró que Nespresso formará un grupo de interés que reúna a organismos públicos, compañías, oenegés y recolectores de residuos para mejorar el conocimiento del público sobre el compostaje.