Anytime Fitness proyectaba que en el 2016 estuvieran operando dos de los al menos 20 gimnasios que se establecerían en Costa Rica en un plazo de siete años.
Mientras que DineEquity anunció, en marzo del 2017, que planeaba la apertura de al menos 10 restaurantes de la marca IHOP en el territorio costarricense.
Ambos planes empresariales no han prosperado.
Los planes –a veces muy optimistas– de estas y otras franquicias internacionales, como La Borra del Café o Buffalo Wild Wings (B-Dubs), han sido frustrados por la falta de inversionistas, las condiciones del mercado y hasta por dudas legales.
En el primero de los obstáculos destaca el tema de costos debido a que se ha dado un creciente interés por parte de los inversionistas hacia conceptos de montos más bajos.
Son más quienes pueden invertir $20.000 o $30.000 en una microfranquicia (a través de ahorros, créditos o con el apoyo familiar) que los que desembolsan más de $150.000 o $200.000, rango promedio de inversión de una franquicia.
Por ejemplo, abrir un punto de venta de La Borra del Café puede superar los $180.000 o establecer un local de Anytime Fitness puede alcanzar hasta los $400.000.
Las marcas tampoco han logrado dar con inversionistas que cumplan con las características que buscan.
"Ha sido más complicado el poder abrir ahí (Costa Rica) de lo que habíamos pensado. La realidad es que decidimos abrir a través de una franquicia maestra y lamentablemente no hemos encontrado a una empresa que pudiera estar interesada en las condiciones de expansión para ofrecer el producto como creemos que el mercado lo pudiera llegar a requerir", explicó León Reffreger, director general de La Borra del Café.
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Esa empresa mexicana pretende estrechar su mano con una compañía que tenga conocimiento en la industria de alimentos y bebidas, que conozca las particularidades de servicio al consumidor final, que esté involucrado en el proceso de atención y servicio al cliente.
Asimismo, que tenga la capacidad económica para ejecutar el proceso de expansión de la marca en Costa Rica, el cual incluye la apertura de al menos tres puntos de venta en un plazo de dos años.
Una posible saturación del mercado podría estar jugando también en contra del establecimiento de franquicias como IHOP o B-Dubs.
Representantes de ambas marcas tuvieron más de 20 reuniones con socios potenciales, pero a pesar de que hubo un interés inicial de casi la mitad de ellos, no lograron avanzar con ninguno.
Los representantes de IHOP y B-Dubs, planean esperar un tiempo para regresar al país y tener nuevas conversaciones con los operadores. Si en esa nueva ocasión no tienen éxito, lo tomarán como que en Costa Rica no hay mercado para esas marcas.
Además de la falta de inversionistas y las condiciones del mercado, un vacío legal también puede poner en duda el establecimiento de negocios extranjeros, tal y como sucede con Anytime Fitness (cadena de gimnasios que da el servicio las 24 horas los siete días de la semana).
"No hay un país que tenga regulación específica para operar gimnasios como la que existe en Costa Rica, pero en esta no se muestra un impedimento para operar las 24 horas, pero tampoco existe un visto bueno por escrito. Entonces es como que existe un vacío legal que solo en Costa Rica se da porque ellos tienen 3.000 gimnasios en el mundo", explicó Karol Fallas, directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Franquicias (Cenaf).
De no superar dichas dificultades, la lista de franquicias internacionales interesadas en el país, pero que no logran concretar su planes, puede llegar a ser aún más grande.
El año pasado mostraron interés firmas como Llaollao (franquicia española de heladerías especializada en yogur helado, granizados y batidos), Zingara (marca mexicana que ofrece trajes de baño, ropa de playa, prendas de ejercicio y accesorios) y Wings Army (restaurante mexicano de alitas de pollo).
Jonathan Sibaja, socio director de Red Expansión Estratégica, explicó que actualmente cuesta encontrar inversionistas interesados en franquicias internacionales, pero que aún siguen apareciendo interesados en marcas reconocidas y con una trayectoria exitosa en otros mercados.
Eso significa que el peso de las marcas se vuelve cada vez más importante para desembolsar dinero. Que tan reconocidas y posicionadas están, es un factor de gran relevancia a la hora de invertir.
Un ejemplo de esto es Starbucks. Premium Restaurants of America -empresa que maneja los derechos de la marca en Centroamérica desde 2010- anunció el inicio de operaciones en Costa Rica en febrero del 2012, estreno su primer punto de venta (ubicado en Avenida Escazú) en junio de ese año y prevén cerrar este año con 15 establecimientos.
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Otras marcas no corren con la misma suerte y del todo no logran consolidarse en el mercado nacional. La cadena de pizzerías, con origen español, Telepizza externó la intención de ingresar -por segunda ocasión- a Costa Rica en el 2013, pero no prosperó en ese momento ni lo hará.
En mayo pasado, la firma española firmó un acuerdo con Pizza Hut en el que se establece que convertirá progresivamente sus establecimientos en la región a locales de la cadena estadounidense y será el nuevo franquiciado master por lo que deberá supervisar a todos los franquiciados de Pizza Hut de Latinoamérica (menos Brasil) y Caribe.
Jorge Gutiérrez, gerente general de Pizza Hut Costa Rica, aclaró que por el momento estos cambios no afectarán a la operación local.
Queda claro que las franquicias internacionales tienen interés en iniciar operaciones en Costa Rica. Sin embargo, sus ambiciosos planes de expansión distan de las posibilidades de inversión existentes en las manos de los costarricenses y hasta de inversionistas regionales.