La prisa por apoderarse de los lucrativos repertorios atemporales de los gigantes de la música continúa: el grupo estadounidense Warner Music anunció el lunes 3 de enero, que había comprado los derechos de toda la obra musical del difunto rockero británico David Bowie, el último acto de una fuerte tendencia impulsada por el streaming y la pandemia de la COVID-19.
Según la propia compañía discográfica, Warner Chappell Music (WMC) adquirió de los herederos de Bowie todos los derechos sobre toda la obra musical del “Duque Blanco”, aunque no reveló los términos financieros del acuerdo.
Sin embargo, la publicación especializada Variety asegura que superó los $250 millones.
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“Estamos inmensamente orgullosos de haber sido elegidos como custodios del patrimonio de David Bowie, un catálogo de los más revolucionarios, influyentes y perdurables de la historia de la música”, subrayó Guy Moot, titular de la empresa en un comunicado.
Warner Chappell Musicha se hizo entonces de un catálogo excepcional que incluye 27 álbumes: abarca desde el primer disco “David Bowie” (1967) hasta la obra póstuma “Toy”, lanzada en noviembre de 2021.
El trato abarca a cientos de canciones que atraviesan las seis décadas de carrera de Bowie, entre las cuales rotundos éxitos ya históricos como “Space Oddity”, “Changes”, “Life on Mars?” y “Heroes” y otros de singular suceso como “Ashes to Ashes”, “Rebel Rebel” o “Let’s Dance”.
“Estas no son solo canciones increíbles, sino hitos que han cambiado para siempre el curso de la música moderna”, subrayó Moot.
Con este acuerdo, se supone que Warner —una de las tres grandes “majors” mundiales junto con Sony y Universal— recibirá derechos por cada transmisión o uso entero o parcial de una pista de Bowie en una plataforma de transmisión en línea, en una película, televisión, radio o en un anuncio publicitario.
El anuncio fue realizado a días de cumplirse 75 años del nacimiento de David Bowie, el 8 de enero, y casi seis años después de su muerte, el 10 de enero de 2016 tras una larga batalla contra el cáncer.
Bowie fue el precursor del glam-rock, creador de un universo artístico más allá de lo musical, con sus personajes como Major Tom y Ziggy Stardust, lo que le valió también el apodo de “Camaléon del Rock”, para convertirse en uno de los músicos más influyentes del siglo XX.
Este acuerdo sobre la obra de Bowie se suma a una ola de otras grandes transacciones que marcaron a la industria musical en los últimos tiempos y que refieren a grandes celebridades del rock.
En diciembre pasado, ‘The Boss’ (El Jefe) Bruce Springsteen, anunció la venta a Sony de su catálogo de canciones por unos $500 millones, y en octubre, la también estadounidense Tina Turner, de 81 años, vendió sus derechos musicales al grupo alemán BMG.
Durante el año pasado, fue Bob Dylan, de 80 años, quien vendió su catálogo musical a Universal Music por un estimado de $300 millones. Mientras que Stevie Nicks, ex cantante de Fleetwood Mac, hizo lo mismo con una parte mayoritaria del catálogo de la banda estadounidense.
Otros que vendieron los derechos sobre sus composiciones fueron Paul Simon y Neil Young.
Después de una fase difícil durante la década de 2000, la industria de la música despegó de nuevo con la revolución del streaming, una importante fuente de ingresos para los propietarios de catálogos. Anteriormente el dominio exclusivo era de algunas discográficas importantes, pero el sector ahora está apoyado en fondos de inversión como Hipgnosis.
“Canciones de extraordinario éxito y con impacto cultural producen flujos de ingresos fiables y de largo plazo y por tanto, son activos muy lucrativos”, escribió en un informe reciente de ese fondo uno de sus fundadores, Merck Mercuriadis, exmanager del cantante británico Elton John.
Hipgnosis afirma poseer 146 catálogos, incluidos los de Red Hot Chili Peppers y parte del trabajo de Neil Young adquirido en 2021, o un equivalente a más de 65.000 canciones, por un valor que estima en más de $2.550 millones.
También, Hipgnosis ve perspectivas de ingresos en plataformas más nuevas como TikTok o Roblox.
Pero esta ola de ventas de los catálogos renombrados y el abandono de derechos de autor a empresas tentadas por la especulación no es unánime. Taylor Swift, una de las cantantes pop más populares de Estados Unidos, ha tenido un éxito rotundo con nuevas versiones de dos de sus viejos álbumes, luego de prometer volver a grabar los primeros seis discos para poder controlar sus derechos de autoría.