Este mes se presentó a nivel mundial el Índice de Progreso Social, que estudia el desempeño de una muestra de 50 países de acuerdo a 52 indicadores que se basan en su totalidad en medidas sociales y ambientales que incluyen las necesidades humanas básicas así como elementos de bienestar y oportunidad.
El índice fue realizado por The Social Progress Imperative, una iniciativa que cuenta con la colaboración de Michael Porter, economistas del M.I.T y el apoyo de organizaciones internacionales en emprendimiento social, negocios y filantropía como Deloitte, CISCO, la Fundación AVINA y la Fundación Skoll entre otros.
Según el Índice, Suecia es el país con mayor avance social a nivel global, seguido por el Reino Unido y Suiza en el tercer lugar. Por América Latina y el Caribe, los tres países mejor calificados fueron Costa Rica, Chile y Argentina.
Es interesante analizar los resultados de este índice pues van disipando el mito de que los indicadores económicos son, en última instancia, la mejor forma de medir el bienestar de un país.
Los resultados del índice muestran que “casi todos los países más ricos obtuvieron malos resultados en el componente de sostenibilidad del ecosistema”. También muestra que “aunque el crecimiento económico se correlaciona ampliamente con el progreso social, hay casos en que esto no aplica”. Por ejemplo, Costa Rica (#12) tiene un mejor desempeño que Sudáfrica (#39) a pesar de tener un PIB semejante.
Esto sugiere que los indicadores de crecimiento económico no nos cuentan la historia completa sobre el progreso de un país. Aunque un mayor ingreso pueda llevar a un mayor estándar de vida, lo cierto es que se puede obtener un nivel alto de progreso social con un nivel de ingreso relativamente modesto; de ahí la importancia de utilizar esta información para la toma de decisiones.