El “problema” de un pequeño empresario resultó ser la solución de un gigante empresarial.
Farmacias La Bomba quería más locales pero no contaba con recursos, mientras que Cuestamoras (al mando de distribuidora Cefa y de la cadena Fischel) pretendía más participación en el mercado nacional.
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Siendo así, en febrero pasado, anunciaron que habían estrechado sus manos. Una decisión que dejaba al conglomerado empresarial con un 22% del mercado, según datos de Cuestamoras.
Este es uno de los cambios que se dieron en los últimos dos años dentro de la industria de medicamentos costarricense, la cual pasa por una época de bonanza.
Del 2012 al 2016 subió la cantidad de fabricantes de medicamentos de uso humano, así como de quienes los venden al por mayor y al detalle.
También crecieron las importaciones, tanto en volumen como en valor económico y, aunque las exportaciones decrecieron en número, sí aumentaron en monto.
Para julio pasado, el mercado farmacéutico total en Costa Rica era de $529 millones, según datos de la firma consultora IMS (suministrados por la productora y distribuidora nacional Infarma).
Nótese que el presupuesto destinado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para adquirir medicamentos este año, creció en $4 millones, respecto al 2016 ,y alcanza $207 millones.
Diversos actores de esta industria vislumbran un futuro positivo gracias a que las personas son más conscientes de cuidar su salud y existe un aumento en la expectativa de vida.
Otro elemento que da impulso es el aumento de enfermedades crónicas y del cáncer en el país.
Eso sí, las empresas son enfáticas en que vendrá una competencia más fuerte y la posible consolidación y desaparición de actores.
Los movimientosCuestamoras –firma que tiene inversiones en urbanismo, energía y hotelería– creó su unidad de negocios en salud cuando compró Cefa-Fischel en el 2015.
En ese momento, la compra incluyó las acciones de Cefa que tenía la farmacéutica chilena Socofar, las sociedades Cefa Central Farmacéutica, Farmacias Eos, Laboratorios Internacionales Labin, Farmacia Fischel y la Corporación Cefa Nicaragua; todas distribuidoras al por mayor y al detalle de medicamentos.
“Nos llena de entusiasmo operar negocios orientados a brindar la mejor experiencia de compra al cliente, asegurando salud y bienestar para los costarricenses", resaltó el presidente ejecutivo de Cuestamoras, Manuel Zúñiga, en su momento.
La compañía esperó menos de dos años para dar su siguiente paso: la adquisición de Farmacias La Bomba, fundada en el 2013 y caracterizada por un modelo de negocio de bajo costo que le permite ofrecer medicamentos a precios más accesibles.
Al anunciar la compra, el fundador de esa cadena, Melixánder Abarca, indicó que mantenían un plan de expansión, pero que no tenían la capacidad necesaria para crecer más.
“Nosotros siempre hemos tenido un plan de crecimiento. Pero la capacidad que tiene Cuestamoras, su estructura y organización, no es comparada con lo que nosotros podemos aportar”, señaló.
¿Se aceleró la expansión? En febrero pasado tenían 14 establecimientos dentro de la Gran Área Metropolitana (GAM) y ahora tiene 24 puntos, pero algunos corresponden a reconversiones de puntos de venta que operaban como Fischel.
A estas compras se sumaron otras: Farmacias Santa Lucía se dejó tres Farmacias Centro y 15 Farmacias Chavarría.
Con estos movimientos, la firma –que dio sus primeros pasos en Alajuela– logró incursionar en zonas de alta densidad poblacional como Desamparados, Guadalupe, Coronado y Curridabat.
Estas adquisiciones significaron para Santa Lucía posicionarse más en el mercado.
“La firma no solo logró mantenerse de pie frente a competidores de un alto perfil que cuentan con capital extranjero, sino que ha podido posicionarse entre los primeros lugares a nivel nacional”, destacó la gerenta de Mercadeo, Astrid Lorenzo.
La adquisición de Farmacias La Bomba, Farmacias Chavarría y Farmacias Centro requiere la aprobación de la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) del Ministerio de Economía, Industria y Comercio.
EF intentó conocer cómo avanzan dichos procesos de validación y cómo esta unidad garantizará que, ante estos movimientos, se mantenga un ambiente de competitividad en el negocio, pero no hubo respuesta.
Los números
Más allá de estos movimientos empresariales, varios números confirman que estamos ante un mercado muy dinámico.
Según datos de la Dirección General de Tributación, la cantidad de fabricantes de productos farmacéuticos, sustancias químicas y productos botánicos pasó de 30 en el 2012 a 42 en el 2016.
Asimismo, la cifra de contribuyentes que se dedican a la venta al por mayor de equipo médico, accesorios, medicamentos y demás productos farmacéuticos aumentó un 48% en cuatro años.
Por otra parte, las exportaciones de medicamentos de uso humano pasaron de 4.758 toneladas en el 2012 a 4.695 en el 2016, para una caída del 1%. No obstante, el valor de esas exportaciones creció un 97% en el periodo.
Según datos de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), los cinco principales destinos son Panamá, Colombia, Guatemala, Honduras y, finalmente, Nicaragua.Del otro lado, las importaciones tuvieron un crecimiento del 16%, pasando de 7.005 toneladas en el 2012 a 10.016 en el 2016 . El aumento en el valor fue del 45%.
Los principales cinco países de donde se traen medicamentos son México, Colombia, El Salvador, India y Guatemala.
Otro elemento por considerar es la caída en los decomisos por la Policía de Control Fiscal. Por ejemplo, en el 2012 se decomisaron 40.336 unidades, y en el 2016 fueron 38.871.
Álvaro Soto, presidente subregional de Roche America Latina, explicó que existe una mayor demanda de servicios de salud debido a que la pirámide poblacional en Costa Rica está cambiando y la expectativa de vida es mayor.
“Tenemos un incremento importante en enfermedades crónicas como son las cardiovasculares, el cáncer, enfermedades del sistema nervioso central o neurodegenerativas. El cáncer, por ejemplo, es la segunda causa de muerte en el país y se espera que para el 2035 el número de pacientes se duplique”, agregó Soto.
Roche estableció en suelo tico su centro de servicios y distribución que atiende a 23 países de la región. Su portafolio está conformado por más de 25 medicamentos de varias áreas terapéuticas.
Susana Vásquez, directora de Asuntos Corporativos y Legales de Stein Corp, indicó que la industria nacional ha realizado grandes esfuerzos por mantenerse vigente y elevar sus estándares de calidad, y de ampliar la gama de ofertas de productos enfocados en atención de enfermedades prevalentes.
Esta compañía produce y comercializa casi 100 productos para el sector privado y 80 para el mercado hospitalario, con los que atienden áreas de cardiología y gastroenterología.
El subgerente de Infarma, Antonio Acuña, explicó que el mercado farmacéutico ha venido creciendo muy poco (pese a que en su caso el aumento en las ventas fue de 10% anual promedio en los últimos cinco años).
“No es que salen personas enfermas de todo lado, somos los mismos; tiene que ver con la tasa de crecimiento, va quedando gente mayor que son los crónicos, entonces hay que usar productos para ese tipo de personas; la pirámide se va invertir”, añadió.
Infarma produce y distribuye alrededor de 60 productos, mayormente de la parte broncopulmonar.
En el caso de Cefa, que es representante de más de 200 laboratorios y más de 20 casas comerciales, registran un crecimiento similar al comportamiento del mercado nacional.
“El uso de medicamentos es una necesidad de todos los costarricenses y estamos incesantemente aplicando nuestras mejores prácticas para hacer cada día más accesibles dichos medicamentos a toda la población”, indicó Gustavo Camacho, director general de Cuestamoras Salud.
Otra cifra que muestra un aumento es la de farmacias. Al cierre del 2012 se registraban ante el Colegio de Farmacéuticos de Costa Rica (Colfar) 989 puntos de venta; mientras que a finales del año pasado ya eran 1.096 (11% más).
Durante este año parece que se mantendrá la tendencia pues, con corte al 12 de octubre pasado, ya el colegio reportaba 1.174, de las que 753 eran independientes y 421 pertenecían a cadenas.
En este último grupo, las cinco marcas que tienen más presencia en el mercado nacional son Walmart, Sucre, Fischel, Don Gerardo, y La Bomba.
Mariela Pachecho, coordinadora de Asuntos Corporativos de Walmart, manifestó que existe una tendencia del consumidor a cuidarse más y a estar pendientes de su salud, lo cual conlleva un mayor grado de conciencia del cuidado preventivo y, también, seguir los tratamientos de acuerdo a las indicaciones médicas.
Mientras que el gerente general de Farmavalue, Fabrizio Asole, explicó que la época de bonanza ya ha sido superada por lo menos en la parte retail , y se va hacia un mercado de cadenas, competencia de precio y consecuentes reducciones de márgenes.
“Por ejemplo, todos los incrementos de precios de los laboratorios y proveedores, que rodean en un 3%-4% promedio desde el inicio del año, no han sido reflejados al cliente final, si no que han sido absorbidos por las cadenas”, argumentó el gerente general.
Con miras al futuro
Asole, de Farmavalue, indicó que en los próximos tres años se puede esperar la consolidación de las cadenas y, además, considerando el tamaño y tipo de mercado de Costa Rica, es posible que algún jugador de las “grandes ligas” ( del norte o sur de América) esté interesado en ingresar.
El vocero de Cuestamoras, por su parte, dijo que prevé que habrá algunas consolidaciones de mercado en la venta al detalle que permitan volúmenes de compra para acceder a mejores precios de laboratorios, pero también, un continuo crecimiento de farmacias independientes en el rol local y con atención personalizada.
Aunado a esto surgen diversos retos para la industria farmacéutica costarricense.
“El mercado farmacéutico es un mercado altamente competitivo, por lo que es sumamente relevante contar con elementos de diferenciación enfocados en aspectos como: la calidad de los procesos productivos, y la calidad y seguridad de los productos y los servicios ofrecidos por las empresas, así como, la accesibilidad para el paciente en perspectiva de costo”, mencionó Susana Vásquez, de Stein Corp.
Finalmente, el vocero de Roche puntualizó que uno de los retos es el acceso a la innovación, pues el desarrollo de nuevos medicamentos o tecnologías de salud, tiene sentido únicamente si están disponibles para los pacientes que más los necesitan.
También agregó que deben desarrollarse sistemas de información que permitan una mejor toma de decisiones.
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“Para que las autoridades de salud puedan tomar decisiones más informadas, debemos tener sistemas de información que nos permitan no solo obtener información oportuna de los resultados de tratamiento de cada paciente, si no también, determinar claramente las necesidades que cada institución prestadora de salud tiene “, mencionó Soto.
Sin duda ante este panorama, positivo (para la mayoría), queda espacio para que más grandes firmas estrechen manos con pequeños empresarios.