La tecnología de imágenes digitales ha cambiado el quehacer de todos los sectores productivos, incluido el de la industria de cine costarricense: en década y media, la producción cinematográfica local pasó de ser una excepción cara –como fue Asesinato en el meneo en 2001– a ofrecer títulos costarricenses de todo tipo, con cierta regularidad.
De hecho, en 2015 está previsto el estreno de 10 filmes nacionales, con lo que se convertirá en el año con mayor cantidad de nuevas producciones costarricenses en cartelera, en la historia.
El sector está en crecimiento y la directora del fondo Cinergia, María Lourdes Cortés; el productor Marcos Blanco; los directores Paz Fábrega y Miguel Gómez, y el presidente de la empresa Cine Red, Mario Araya, explicaron que la reducción en los costos de filmación es el principal motor del cine local.
Sin embargo, hacer cine sigue siendo costoso. El cambio tecnológico se acompaña de otros factores claves para el aumento en la producción local: el éxito de los productos –algunos en festivales y otros en taquilla local– y la participación creciente de marcas patrocinadoras.
Estos tres pilares, más un posible aumento en los fondos disponibles para la producción mediante la promulgación de una nueva ley, son considerados como fundamentales por los involucrados, con el fin de que la industria se consolide.
¿Qué cambió?
“En las variaciones técnicas importantes está la decisión de filmar en película –lo que implica procesos de laboratorios, edición y colorizaciones más complejas y que no se hacen en Costa Rica– o grabar en disco duro con cámaras digitales que permiten un proceso más ágil y barato, que ya se puede hacer casi todo aquí”, comenta Mario Araya.
Araya es director y productor audiovisual, además preside Cine Red, una de las compañías que se dedica al alquiler de equipos y a la venta de servicios para la producción local.
Este sector es ya una subindustria en el país. El Centro Costarricense de Producción Cinematográfica enlista, en su página de Internet ( www.centrodecine.go.cr ), las empresas dedicadas al sector audiovisual, según su área de especialización.
Al cierre de edición, el directorio alcanzaba las 70 empresas que ofertan servicios para todo el proceso, desde casting hasta la posproducción.
Según Araya, el alquiler de un equipo básico para grabación (una cámara digital de alta resolución, lentes, luces, equipo de audio, generador eléctrico) comienza a partir de $2.500 por día.
Atractivas
Las producciones nacionales se van abriendo camino unas a otras gracias a los reconocimientos en festivales internacionales (como los recibidos por Viaje , de Fábrega) y a los éxitos comerciales de filmes como los más recientes de Gómez: Italia 90 y particularmente Maikol Yordan de viaje perdido.
Este último alcanzó seis meses en cartelera y 770.000 espectadores, la mayor cantidad para cualquier largometraje, nacional o extranjero, en la historia del país.
“Después de propuestas que han traído buenos resultados, como El cielo rojo , Gestación , El regreso , que han encontrado un público que se identifica, era cuestión de tiempo que sucediera lo que pasó con Maikol Yordan : que una película costarricense realmente calara en el público masivo e irrumpiera en la cultura popular”, opina Gómez.
Las dos cintas siguen los pasos de trabajos de Esteban Ramírez (en Gestación ) y Hernán Jiménez (con El regreso ) de incorporar marcas patrocinadoras.
En el caso de Viaje y otras películas de Fábrega, los fondos han provenido de concursos, festivales y otros reconocimientos, que ayudan a visibilizar el trabajo audiovisual costarricense.
“Estoy buscando cómo trabajar en una escala pequeña, pero con participación de coproductores. De alguna manera, encontrar un punto medio entre la mecánica de Agua fría de mar , mi primera película, que fue una coproducción bastante compleja, y un presupuesto grande, y Viaje , que fue el extremo opuesto”, relata Fábrega.
Sostenibilidad
¿Se puede mantener el ritmo que muestra hoy la industria local? Los entrevistados creen que se debe aspirar al crecimiento, aunque dependa de factores fuera de su control.
Marcos Blanco, socio de la productora Al Filo de la Navaja, subraya la importancia del aporte privado y público en la consolidación del sector.
“Necesitamos más empresas productoras de películas y de promoción que, de forma seria y responsable, incursionen en esta industria. Además, el apoyo de las marcas en el patrocinio de películas es fundamental, así como el apoyo del Estado con una legislación adecuada que respalda y promueva la producción cinematográfica nacional como parte de la imagen del país”, subraya.
Para Fábrega, además de promover la variedad en la oferta, hace falta crear espacios y métodos para distribuir películas pequeñas y que, así, estas no deban competir por las salas en los mismos términos que las comerciales. “Que puedan conectar con su público sin tener campañas de promoción masivas, porque creo que hay películas que sí tienen un público local al cual no están logrando llegar”, señala.
María Lourdes Cortés considera que, en este momento, la industria depende en exceso de las posibilidades de cada realizador y es más enfática en la responsabilidad estatal para su consolidación. “Solo con una ley de cine podemos hablar de una cinematografía sostenible”, asegura.