“Su reservación es de $5.781 (casi ȼ3.000.000), con impuestos y tasas incluidas”. De entrada al leer ese precio se podría intuir que corresponde a una reserva de unas vacaciones fuera del país, pero no. Eso es lo que cuesta hospedarse dos noches en el hotel Hacienda AltaGracia, ubicado en Pérez Zeledón.
Al revisar el sitio web de la propiedad se encontraron esos precios para las noches del 28 y 29 de enero de este año. Y ese es uno de los precios más bajos para quedarse en este hotel. Hay alternativas de alojamiento de hasta los $9.625 por noche.
¿Qué incluyen estas tarifas? Para empezar, la de este hotel en particular se trata de una habitación tipo suite, con un área de casi 112 metros cuadrados, equipada con dos camas queen, con capacidad para cuatro personas. El monto de la reserva contempla todos los tiempos de alimentación, bebidas no alcohólicas, conserje personal y actividades del resort. De igual forma, están incluidos los traslados aéreos compartidos de ida y vuelta para dos personas por habitación desde San José hasta el hotel.
A kilómetros de ahí, en la Península de Papagayo, se encuentra el hotel Four Seasons, uno de los pioneros en el segmento de hotelería de lujo en el país. Hospedarse allí tiene un costo desde los $2.590 hasta los $30.500 por noche, todo depende del tipo de habitación, la temporada y la cantidad de personas.
Estos son dos ejemplos de hoteles en el segmento de lujo en Costa Rica, una alternativa de hospedaje que ha crecido en los últimos años. Pero a estos hoteles no solo los caracteriza el precio, hay varios factores que los colocan en un nivel superior.
Cambio de concepto
El concepto de lujo, definido por la Real Academia Española como “abundancia en comodidades y objetos suntuosos”, fue durante mucho tiempo aplicado literalmente en la industria hotelera. Esto se traducía en habitaciones equipadas con comodidades de la más alta calidad y el alto precio de la estancia.
Después de la pandemia, el concepto se ha transformado y ahora el lujo se percibe a través de la exclusividad. El huésped de alto poder adquisitivo busca experiencias al alcance de pocos.
“Los conceptos de lujo y ultralujo se basan en temas de privacidad y accesibilidad, desde cómo se llega a la propiedad, qué tanta privacidad voy a tener en el espacio, cuáles actividades son exclusivas para mí como huésped y para nadie más. Pasa también por cómo se crean esas experiencias desde cero y que sean de impacto. Esto lleva un trabajo bastante grande y por supuesto una inversión muchísimo mayor en temas de personal, de equipo y de espacios dentro de la propiedad”, explicó Jonathan Rojas, gerente de mercadeo de Nayara Resorts.
Ubicación privilegiada y más
Un elemento distintivo de los hoteles de lujo es su ubicación estratégica. Estas propiedades suelen construirse en sitios privilegiados, ya sea en la costa o en las montañas, siempre cerca de atractivos turísticos y en Costa Rica no es la excepción. Además, la exclusividad de estos hoteles se refuerza con la forma de acceder a ellos: generalmente a través de medios de transporte privados, como jets o embarcaciones, lo que refleja el perfil de sus huéspedes.
Por otra parte, la cantidad de personal que se requiere para atender a un huésped de lujo es distinta a la que se da en una estancia tradicional. Según los estándares internacionales se requieren al menos tres colaboradores por habitación y también un concierge a tiempo completo para atender pedidos especiales de los huéspedes. De igual manera hay que tener en cuenta personal de seguridad, mantenimiento y encargados de actividades, entre otros.
En esa misma línea, un hotel de lujo se caracteriza por su gastronomía de alto nivel, donde destaca la cocina de autor y preparaciones costarricenses, con el objetivo de acercar al turista con la cultura nacional por medio de diversos platillos.
Volviendo a las habitaciones, los acabados y los materiales que se encuentran son de primera calidad, asegurando lujo pero también confort.
“Un hotel de lujo típicamente tendrá algunas características que lo convierten en tal, por ejemplo habitaciones más espaciosas; colchones, equipamiento de cama, decoración y amoblamiento interior de alto perfil; amenidades de alta calidad como jabonería, aromatizantes, etc. También tienen áreas públicas diseñadas para ser parte del concepto de lujo: jardines o pasillos diseñados y bien mantenidos; espacios para descanso y esparcimiento; servicios de spa y similares; gimnasio espacioso y con equipamiento moderno; más de un restaurante y con nivel culinario alto”, explicó Gustavo Segura, CEO de Memorable Travel Group y exministro de Turismo.
Segura agregó que entre más altos los costos, tanto de construcción, como de operación, más altos serán los precios que necesariamente se deben cobrar para recuperar esas inversiones en plazos razonables. “En hotelería un plazo razonable para recuperar la inversión es entre cuatro y cinco años, y luego se empiezan a obtener las rentabilidades deseadas”, indicó.
¿Son exclusivos para extranjeros?
No cabe duda de que al ver los precios promedio de hospedarse en hoteles de este tipo se podría pensar que no están al alcance de la mayoría de costarricenses y consecuentemente, apuntan más al público extranjero. Sin embargo, en este tipo de hoteles se hospeda quien pueda pagarlo, independientemente de su nacionalidad.
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De hecho, muchos de estos hoteles aprovechan la llamada temporada verde (entre mayo y octubre), donde la afluencia de extranjeros disminuye y apuestan por paquetes y opciones especiales para atraer al público local.
“En nuestro compromiso por atender al mercado nacional y garantizar una experiencia de lujo para el costarricense, hemos implementado tarifas y paquetes especiales, como el W Escape y el W Escape All Inclusive, con interesantes inclusiones y diseñado para que más costarricenses disfruten de una experiencia inigualable”, dijo Ana Carolina Peraza, gerente de Mercadeo de W Costa Rica.
Crece la oferta en 2025
Este es un año importante para el sector hotelero y especialmente para el segmento de lujo. En la primera mitad del 2025 está contemplada la apertura de dos nuevos hoteles en Guanacaste, específicamente en Papagayo.
El primero de ellos es el Waldorf Astoria, de la cadena Hilton, el cual tendrá 188 habitaciones, así como residencias y apartamentos en torre. La inversión estimada de todo el complejo es de $200 millones en un espacio de 70.000 metros cuadrados.
“Este proyecto no solo amplía la capacidad hotelera de lujo en la zona, sino que también contribuye a diversificar la oferta con un enfoque claro en sostenibilidad, diseño innovador y experiencias auténticas. Los turistas internacionales que buscan una combinación de naturaleza, lujo y compromiso ambiental encontrarán en Costa Rica, y especialmente en Guanacaste, un destino único”, explicó Alberto Badilla, gerente general de Garnier & Garnier, desarrollador del proyecto.
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Por otro lado, también en los meses venideros está prevista la apertura de un hotel de lujo superior de la cadena Marriott International, específicamente se trata de Nekajui, a Ritz Carlton Reserve un complejo de 107 habitaciones y residencias privadas, cuyos precios iniciaban en los $3 millones.
Además sigue en pie el desarrollo del proyecto One & Only, también en la zona de Papagayo, anunciado en 2021, como un complejo de ultralujo único en la región.