Grupo Médicas, la casa matriz de Emergencias Médicas, anunció su primer cambio de gerente general en 24 años de existencia: el fundador, Carlos Monge Zúñiga, se acogerá a su retiro tras liderar una reestructuración de la empresa hace año y medio.
Esos cambios los aplicó el grupo de inversionistas costarricenses denominado 823. Consistieron varios ajustes, desde un nuevo nombre hasta la diversificación en servicios y productos.
EF habló con Monge sobre el proceso de transformación y sus expectativas para el nuevo gerente, Carlos Solís Hidalgo, quien ocupará su puesto a partir del lunes 3 de febrero. Anteriormente, Solís Hidalgo tuvo puestos de liderazgo en Seguros del Magisterio y BN Seguros.
Entre las preocupaciones del ejecutivo saliente está el aumento de ambulancias privadas y cómo este fenómeno puede impactar la credibilidad y el desempeño del sector (el Ministerio de Salud tiene 541 ambulancias privadas registradas, pero no a las empresas que ofrecen los servicios).
Sin embargo, Monge aseguró que el país ha vivido un cambio cultural en su relación con la medicina privada, los servicios complementarios y los seguros médicos, como respuesta a la saturación de las plataformas públicas y a una mayor conciencia sobre la salud preventiva.
¿La diversificación de la empresa, que se consolidó hace poco más de un año, era parte de su plan de salida?
En realidad fue gracias al cambio de socios, en aquel momento, que se facilitó la tarea. Yo ya casi veía que se me iba a quedar pendiente.
Eran ideas que no nacieron en un día, estaban desde que empezamos, pero ni el país podía, ni nosotros habíamos encontrado el modo. Pero bueno, dichosamente, con el fortalecimiento que se dio en la sociedad empresarial, se dio la oportunidad.
¿Al momento de ese cambio, cuál era su visión para el futuro de la empresa?
Antes del cambio yo dejé de usar lo que la gente llama “atención prehospitalaria”. Ese concepto no funcionaba porque es “yo le voy a atender, para que usted siempre vaya al hospital”. Entonces eso es un taxi. Para mí, el tema es ocuparse de la atención extrahospitalaria, la que puede hacer que los hospitales no pasen abarrotados. Esa es la que realmente lleva la atención que le corresponde a cada uno, en el nivel que le corresponde.
El segundo tema es que no deberíamos estar todos enfocados en el Gran Área Metropolitana.
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¿Grupo Médicas está preparado para el cambio de liderazgo?
Hace rato. Esto lleva años, entonces fuimos estructurando las gerencias, para que sean fuertes, así como la parte operativa, que es lo más delicado. Se ha estructurado de manera que podemos cubrir eventos, como los toros de Pedregal, con un equipo permanente y con nivel médico, sin que se afectara la atención de otras actividades, como reuniones de empresas en diciembre y asuntos similares.
Y las mejoras en tecnología también son clave. Ahora la comunicación no es por radio ¿para qué decirle a una ambulancia que llegue aquí o allá? Todo es por tablet, con sistemas de computación que ven quién está llamando y le pasan información directo a la unidad de atención que ya sabe a dónde va.
Lo que suceda durante la atención tiene que ir a dar a una base y a un expediente: esas son las cosas que hay que incorporar y dichosamente la empresa en esto tomó decisiones. Ha sido una inversión muy grande en sistemas, y así seguirá, porque nunca estamos contentos con el que hay. Yo vivo inconforme y espero que la empresa siga con esa inconformidad para toda la vida.
¿Cuál será el rol que asumirá en la empresa tras su salida de la gerencia general?
Me quedo en la junta directiva y continúo con mi participación en el negocio.
¿Cómo es el nuevo CEO de Grupo Médicas?
A don Carlos (Solís) lo veo –de alguna manera– como era yo cuando tenía cuarenta y pico de años. Él ya ha ocupado gerencias como por 20 años y tiene lo que yo no tengo ahora, que en su momento tal vez yo era avanzado y ahora no: una maestría del Incae y experiencia en Estados Unidos. Es de la nueva generación, pero de gente que asume con un gran sentido humano también. Él fue gerente del sector de seguros, de ahí viene, y su selección es el resultado de un proceso muy lento y cuidadoso, para escoger al sucesor.
¿Cuál se espera que sea el principal aporte del señor Solís?
Que refresque la estrategia que tenemos, con nuevas ideas, con una adaptación al medio. Uno no puede ser eterno, yo he postergado otras cosas en mi vida, cumplo 65 años en marzo. Hay que dejar al “hijo” caminar de otra mano.
¿Cuáles son los principales retos para la empresa en este momento?
Hay una proliferación de servicios médicos que puede ser positiva si se da en orden. Si los hospitales hacen una oferta variada, eso es positivo para el país. Se vuelve riesgoso cuando no hay rectoría adecuada del sector. Es como la cirugía plástica: es bueno para la población que haya cirujanos plásticos, pero es malo que quienes no lo son, entren a eso y generen confusión y riesgos.
¿Qué papel juega en su negocio el envejecimiento de la población?
En noviembre abrimos un nuevo paquete de servicios que se llama Senior Plus y está diseñado exclusivamente para ese segmento. Esto contempla situaciones que nunca habríamos considerado antes, como que si una persona requiere una cama, una silla de ruedas, una andadera durante un mes, tiene derecho a esto como parte de su plan. Ahora lo vemos así: el adulto mayor requiere servicios y rehabilitación. También contempla exámenes de laboratorio específicos para mayor edad. Cuando sacamos un plan como este yo sentí: esta fue mi última criatura, hasta aquí llegué. Seguro que estoy preparando el plan para mí mismo (ríe).
Entonces, la mejora en la salud de la gente mayor abre oportunidades de negocio…
Es lo que digo: un país que mantiene a su población viva por más tiempo, más tiempo tiene clientela para todos. Una población sana es lo mejor que puede tener un país, porque es un grupo de gente productiva en todo sentido.
¿Ha cambiado la relación de la gente con los servicios de salud privados?
Sí, la gente comprende que los sistemas de salud se van sobrecargando y ya le dan prioridad a los planes privados. No es que antes no había recursos, es que ya la familia ha aprendido que tiene que darle prioridad a la salud. Imagínese que cuando empezamos, había gente de centros comerciales que no veía la necesidad de tener un servicio que atendiera emergencias, y usted hoy no ve un centro comercial que cuando abre no piense en quién va a atender a sus clientes si pasa algo. Eso es cultura, y me siento muy orgulloso de haberle aportado al país en ese sentido.
¿En qué dirección le gustaría ver caminar a Grupo Médicas?
Por eso me salgo, porque ya lo que viene sería mucho trabajo: yo creo que la empresa debe ir para otros países.
¿A qué se va a dedicar usted ahora?
Ya escribí un libro y estoy trabajando en el segundo. Esas cosas son sueños de uno y hay que dedicarles el tiempo que necesitan.
Además, siempre me ha interesado la capacitación para equipos de ventas, desde el año 74. Estoy ligado a un grupo al que últimamente no he podido atender, pero cubre toda Centroamérica y la idea es retomarlo. Ya en marzo tengo mi primer curso en Honduras.