La sabiduría de las madres es difícil de discutir: muchas personas comparten anécdotas de momentos claves en su vida que les demostraron cuánta razón había detrás de los consejos maternales. Por eso, en EF consultamos a cinco gerentes ¿cuál de los consejos que le daba su mamá en la niñez aplica hoy en su trabajo?
De acuerdo con investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, “los efectos de una relación temprana madre-hijo de mala calidad, si bien no son irreparables (...) generan la incógnita de la actualización de potencialidades que quedan en situación de riesgo”, es decir, con una buena relación se puede alcanzar mucho más. Por supuesto que el desarrollo de la personalidad tiene que ver con la mamá, el papá, o las personas encargadas, pero en el marco de la celebración del Día de las madres, rescatamos los aportes de ellas en estas historias de éxito.
Así aprendieron
Dos de las enseñanzas que comparten los gerentes se concentran en la relación del individuo con los demás.
“Desde que me convertí en padre mi madre siempre me ha dado un muy buen consejo, mantenerme en constante comunicación. El mismo me ha servido en el día a día, sea con nuestros clientes en diversos países, como en la familia, la sociedad en general. Muchas cosas, planes o sueños se caen justamente por no existir una debida administración de las prioridades, entre ellas la comunicación”, asegura Miguel López, gerente de la empresa de recursos humanos Recluta Talenthunter.
“Más que con palabras, con su ejemplo, mi mamá me enseñó que todas las personas tienen una historia por dentro y que, antes de juzgar, es importante entender esto, para comprender por qué actúan como actúan. Tratar de ver a mis compañeros, socios, clientes, jefes, como seres humanos integrales me ayuda a identificar cómo puedo agregarles valor, construir mejores relaciones y obtener mejores resultados”, explica Sylvia Alvarado, Corporate Affairs Manager, CAM & Caribbean y CSR HUB Manager, Ancam, de Mondelez International (antes Kraft Foods).
Otros dos casos tienen más que ver con la valoración personal y el compromiso íntimo con uno mismo.
“Mami siempre nos dijo que con el valor del trabajo y la confianza podemos alcanzar lo que nos proponemos si realmente lo queremos, recuerdo en especial que constantemente nos decía el dicho ‘El perezoso y el mezquino anda dos veces el camino’ para recordarnos hacer las cosas bien desde el principio”, relata Tania Jiménez, gerente de productos de depósito en Scotiabank.
Por su parte, Gerardo Corrales, gerente general del BAC San José, asegura que “el consejo maternal más importante que he tenido desde mi niñez es la importancia de los valores, el esfuerzo, la dedicación, la educación como una forma de salir de la mediocridad y dar lo máximo que se pueda para alcanzar las metas que uno se propone. A su vez, la veneración a la Virgen del Rescate de Ujarrás y a Dios como guías espirituales”.
Con mamá en la oficina
Un caso particular es el de Hortensia Beeche Michaud, gerente de recursos humanos de Financiera Desyfin, el negocio familiar que comenzó con su esposo Silvio Lacayo Lacayo y en el que hoy sus hijos ocupan tres gerencias.
“Mi madre siempre me inculcó valores morales esenciales para la vida del ser humano como: respeto, orden, disciplina, confianza y decir siempre la verdad ante cualquier situación. Estos mismos valores los aplicamos todos los días en nuestra empresa familiar, ya que son parte de la base de nuestra organización”, asegura Hortensia.
Su hija, Alexandra Lacayo Beeche, socia accionista de la Financiera, respalda la afirmación de la madre y repite esos valores fundamentales. “El que más me ha servido en mi vida es el de la confianza en mí misma, para siempre lograr todos mis objetivos y saber que con esfuerzo y dedicación todos los sueños se pueden realizar”, asegura.
Silvio Lacayo Beeche, actual gerente general de la empresa, señala que de su madre “siempre recibimos enseñanzas y ejemplo, como el amor por la familia, la unión familiar como base primordial del éxito de las buenas relaciones con los demás, el espíritu emprendedor y trabajador que nos inculcó desde chiquitos –con un negocio pequeño que tenía de panadería– y lo más importante, siempre mantener a Dios como eje fundamenta”.
Para su rutina laboral, Silvio considera que la enseñanza número uno es “el mutuo respeto en nuestras labores, el ser emprendedores en lo que hacemos en Desyfin, trabajar con amor y respeto por los que colaboran en la organización, ser muy esforzados y luchadores para salir adelante ante momentos adversos que toda organización tiene”.
Manfred Lacayo Beeche, Gerente Financiero, opina que “nuestra mamá siempre nos enseñó a ser personas muy trabajadoras, honradas y a cumplir con el deber, que de niños y adolescentes era hacer las tareas antes de salir a jugar, y nos recalcó la importancia de estudiar para llegar a ser profesionales con cargos importantes en alguna empresa reconocida. Lo más curioso de todo, es que terminamos todos juntos en Grupo Desyfin”.
Por último, para Mauricio Lacayo Beeche, Gerente de Operaciones de Desyfin, es difícil elegir un único consejo como enseñanza principal.
“Creo que cada recomendación que me ha dado mi madre la he aplicado y la seguiré poniendo en práctica en algún otro momento que sea necesario en la empresa”, asegura.
Las respuestas son variadas pero comparten los principios básicos de la convivencia: comunicación, respeto, empatía, confianza ¿Cuántas futuras estrategias gerenciales exitosas tendrán sus bases en esas lecciones?