El cese de operaciones de Nature Air del mercado (enero del 2018) generó condiciones favorables para que Sansa elevará sus ventas de vuelos domésticos.
Sansa se convirtió en la única empresa en operar con horarios establecidos y regulares, compartiendo la pista únicamente con poco más de 20 firmas de servicios ocasionales (chárteres).
No obstante, los días de cielos despejados no duraron mucho pues, el pasado 24 de julio, Aerobell comenzó a ofrecer vuelos itinerados y Skyway está en trámite de autorización.
Esto pese a que otras empresas, como Prestige Wings y Helijet, consideran que en el país no existen las condiciones adecuadas para operar con horarios establecidos.
Según datos de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) en el 2017 se movilizaron 289.474 personas, vía aérea, dentro del territorio nacional.
Aerobell confirma que operar con horarios no tiene una mayor explicación que la de haber detectado un faltante en la oferta.
Esta compañía incursiona en el modelo de vuelos regulares teniendo una buena posición dentro del mercado local. Los datos de la DGAC muestran que fue la tercer empresa con más traslados durante el 2017, solo por detrás de Sansa y Nature Air.
Siendo así, apostaron inicialmente por conectar regularmente a San José (desde el Aeropuerto Tobiás Bolaños) con siete lugares turísticos: Tortuguero, Tamarindo, Tambor, Quepos, Bahía Drake, La Fortuna y Puerto Jiménez.
La oferta sería ampliada en diciembre próximo al habilitar los viajes a Liberia y Golfito.
EF consultó a Skyway sobre sus planes con los vuelos itinerados, pero no brindó respuestas.
El crecimiento en la oferta no hace que Sansa actúe de manera conservadora, sino más bien, tienen proyectos de expansión y crecimiento, de los cuales aún prefieren no brindar detalles.
“Como operador local nos interesa más enfocarnos en hacer bien nuestro trabajo, tratar de que nuestros clientes tengan un buen viaje; con modernas aeronaves, tripulaciones capacitadas y los mejores servicios disponibles”, explicó el gerente de la compañía, Mario Zamora.
Sansa tiene vuelos domésticos desde el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría hacia Coto 47, Golfito, Puerto Jiménez, Bahía Drake, San Isidro de Pérez Zeledón, Quepos, Tambor, Nosara, Tamarindo, Liberia, Limón y Tortuguero.
La compañía de origen costarricense reporta que han venido experimentando un crecimiento sostenido en las ventas en los últimos años.
Servicios especiales
Mientras que algunas empresas apuestan por los vuelos itinerados, otras prefieren no correr el riesgo y mantenerse con servicios especiales.
La infraestructura es una de las razones por las que es complicado pensar que en el mercado operen muchas compañías con vuelos regulares. Al menos ese es un argumento que mencionan.
“Ya existe una saturación en zonas de abordaje y desabordaje de los aeropuertos, lo cual hace que sea complicado cumplir con una operación regular siempre a tiempo”, explicó Francisco Araya, gerente general de Prestige Wings.
Los costos operativos son otra limitante.
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En el caso de Helijet, reportan que el ingreso bruto de ventas ha aumentado, pero los costos también lo han hecho, por lo que la ganancia percibida se estancó.
Juan Carlos Arguedas, vocero de esa compañía, mencionó que el mercado costarricense es lo suficientemente grande para trabajar con vuelos regulares, pero que implica una operación más complicada y un riesgo mayor.
“Cuando es itinerario hay que hacer el vuelo haya o no pasajeros”, destacó Arguedas.
Quienes deseen operar con horarios deben estar certificados y autorizados por la DGAC, así como, tener itinerarios de vuelos, tarifas, procedimientos, personal, contratos de servicios con proveedores (combustible y servicios de asistencia en tierra).
Sobre Nature Air, no hay nuevas noticias. EF intentó contactar a algún representante de la compañía para conocer su estado actual, pero no fue posible.
La operación de la firma fue suspendida por primera vez en enero pasado debido a que incumplían con la estructura administrativa necesaria para seguir operando (no tenían un director de operaciones, jefe de adiestramiento, ni jefe de seguridad y vuelos).
Un mes después la DGAC levantó la medida cautelar.
Sin embargo, en mayo pasado, la entidad decidió suspender indefinidamente el permiso de operación de la firma porque no retomó sus actividades.
Al darse la orden, Nature Air responsabilizó a la DGAC por las dificultades que enfrentaba para refinanciar sus operaciones y atraer nuevos inversionistas.
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En ese entonces la compañía estimaba que la imposibilidad de retomar sus vuelos le provocó pérdidas económicas por hasta $1,6 millones en el 2018, así como, el despido de la mayoría de sus colaboradores (pasó de 105 a 12 trabajadores).
Bajo estas condiciones, si Nature Air vuelve a volar, deberá considerar cómo competirle no solo a un viejo conocido como Sansa, si no también, a dos empresas que ven un buen negocio en ofrecer vuelos itinerados a nivel local.