A raíz de que el costarricense es un “mal conductor, que se transforma en carretera y pone en peligro su vida y la de los demás”, algunos representantes de escuelas de manejo mostraron su preocupación por el retraso en el reglamento de la ley 8709 (de escuelas de manejo).
Esta fue una de las inquietudes que plantearon durante el Desayuno Financiero, realizado el pasado 11 de junio por EF, en el cual se analizaron los resultados del “Estudio del perfil del conductor costarricense”, hecho por Unimer para la Fundación Mapfre.
Precisamente, el perfil del conductor tico salió como resultado de dicho estudio, el cual fue publicado por EF en su edición anterior.
Luis Céspedes, director de la escuela de manejo Conversa, dijo que “hay una ley que no han echado a andar por falta de un reglamento; decían que estaría en junio y ahora dicen que estará en julio”.
Hugo Jiménez, director de Educación Vial del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), afirmó que aún no hay fecha para que el proceso de revisión y aprobación concluya.
La propuesta de reglamento estaba en la oficina del ministro Pedro Castro desde los primeros días de mayo y, de acuerdo con Nubia Víquez, periodista de ese despacho, “el análisis del reglamento para la Ley de escuelas de manejo efectivamente está en agenda y los asesores legales de don Pedro lo han revisado con el objetivo de que esté listo para enviar a leyes y decretos. Don Pedro lo revisará una vez que se le hagan todas las correcciones de fondo”.
Víquez señaló que el 12 de junio se devolvió el documento a Jiménez, para la aplicación de las correcciones.
Las escuelas de manejo esperan que este reglamento aclare las dudas sobre la certificación de instructores, la cantidad mínima de horas de clases que debe tomar un aspirante a conductor y los costos de referencia para las lecciones.
Agrupación en ciernes
Otro representante de los instructores de manejo, Enrique Flores, propuso la creación de una organización que agrupe a las escuelas formales, para convertirla en un brazo estratégico, con peso político, frente al Consejo de Seguridad Vial (Cosevi).
“Falta unión, tal vez una asociación de escuelas de manejo, para tener un poquito más de fuerza a la hora de opinar ante Cosevi”, comentó Flores.
Los aportes que quieren hacer los instructores van desde la cantidad de horas mínima para aprender a manejar hasta ciertos contenidos adicionales a los requisitos técnicos de manejo.
Los instructores mencionaron la dificultad para lidiar con el temperamento de las personas y también el poco tiempo y preparación con que cuentan para hacer entender a un alumno que le tomará más tiempo conducir, porque su ritmo de aprendizaje es más lento.
“Hacen falta clases de cortesía en carretera, de manejo de la frustración y sobre cómo enfrentar la ansiedad”, sugirió a los asistentes Mauricio Fallas, director de Unimer Digital, quien participó en la actividad.
Cabe resaltar que la recolección de datos del estudio se desarrolló mediante la herramienta What’son, con el cual se crea una comunidad en Facebook donde se recogen opiniones o insights para conocer valoraciones sobre temas específicos. Esta herramienta es cualitativa, no tiene margen de error y no se puede extrapolar a la población total.
En total participaron más de 3.000 personas con cuentas de Facebook activas en Costa Rica, y sus aportes llevaron a la construcción de un perfil del tico como conductor.
De las reflexiones compartidas también se deduce que la solución para el problema de inseguridad vial pasa por la educación y formación de los nuevos conductores, y el refrescamiento en los conocimientos de quienes ya están en las calles.
Además de la presentación del estudio y sus resultados por parte de Fallas, Aitor Llodio, director ejecutivo de Aliarse, también aportó un resumen ejecutivo de los resultados de la iniciativa
Ante la consulta sobre el impacto que podrían haber tenido esas iniciativas en la conducta de los conductores, Llodio señaló que aunque se percibe un impacto leve, el cambio en la conducta de una sociedad es gradual y se comenzará a notar con más fuerza cuando los niños y jóvenes expuestos a estas campañas lleguen a las carreteras.
Del estudio de Unimer y de la discusión en el foro, surgió la posibilidad de crear nuevas estrategias de Responsabilidad Social para incorporar la preparación de adultos y su sensibilización, mediante el contacto de empresas con escuelas de manejo.