La baja en la calificación de la Administración Federal de Aviación (FAA), del Departamento de Transporte de los Estados Unidos, a la seguridad aérea costarricense es una señal negativa que proviene del que aún es el principal mercado emisor de turistas para el país.
Durante los últimos años el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) ejecutó diversas estrategias (como la atracción de aerolíneas europeas) para disminuir la dependencia del turismo del país norteamericano, pero han sido insuficientes.
El peso de las visitas de estadounidenses en el total de las llegadas internacionales incluso viene en aumento. Por ejemplo, en el 2008 un 38,64% de los arribos fueron de ciudadanos de Estados Unidos, mientras que, en el 2018 representaron un 41,94%.
Que ese porcentaje siga en aumento parece no preocupar a María Amalia Revelo, ministra de Turismo, quien al inicio de su gestión dejó claro que no se podía descuidar dicho mercado.
“No nos podemos olvidar del mercado de Estados Unidos, que sigue siendo nuestro principal mercado emisor. Es importante pensar en más vuelos desde algunas ciudades como Chicago, Washington y estamos tratando de atraer vuelos directos desde San Francisco, donde hay un mercado enorme”, explicó Revelo a EF en mayo del 2018.
En el transcurso del último año, al menos cuatro de los 10 anuncios de nuevas frecuencias o rutas involucraron servicios desde y hacia territorio estadounidense. El resto comprendían vuelos en su mayoría a otros países de Norteamérica.
Uno de los anuncios más recientes fue el de American Airlines, que aumentará las frecuencias de sus vuelos desde Dallas, en Estados Unidos, hacia los aeropuertos Juan Santamaría y Daniel Oduber. Esto será a partir del 18 de diciembre del 2019.
Anteriormente, United Airlines y Alaska Airlines, anunciaron el aumento en las frecuencias de sus vuelos que conectan a Los Ángeles y Chicago, en Estados Unidos, con Costa Rica.
Mauricio Ventura, exministro de Turismo y consultor de Sinergia Consulting Group, explicó que la decisión de la FAA genera “mala bulla” para el país en temas de aeropuertos y aviación, la cual eventualmente podría tener consecuencias en la atracción de líneas aéreas adicionales o en el aumento de frecuencias.
“Hay que ponerle mucha atención a este tema (...) Eso claramente ratifica la importancia de no depender de un solo mercado”, agregó Ventura.
EF intentó conocer el criterio de algún representante del ICT, aerolíneas aéreas y de los operadores de los principales aeropuertos de Costa Rica –Aeris y Coriport–, pero al momento de publicación de esta nota no habían respondido.
Aerolíneas con banderas ticas
Que Costa Rica tenga una calificación de categoría dos significa que nuestro país carece de las leyes o regulaciones necesarias para supervisar a las compañías aéreas, de acuerdo con las normas internacionales mínimas o su autoridad de aviación es deficiente en una o más aéreas.
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Siendo así, los operadores con bandera de Costa Rica (en este caso Avianca Costa Rica y Volaris Costa Rica) pueden brindar los servicios existentes a Estados Unidos, pero no se les permitirá establecer nuevas rutas o frecuencias a ese país.
Quien se vería más perjudicado es Volaris Costa Rica, pues en el pasado dio a conocer su intención de ampliar su cobertura a territorio estadounidense.