No hay recetas ni fórmulas mágicas para enfrentar una crisis de oferta y demanda provocada por el impacto del coronavirus. Sin embargo, escuchar consejos de empresarios experimentados puede ser una buena ruta para tomar mejores decisiones.
EF conversó Ramón Mendiola, director general de Florida Ice & Farm (Fifco), para ahondar en las claves que le permitieron a esta compañía, con operaciones en Costa Rica, Centroamérica y Estados Unidos, sortear y lidiar con las adversidades que plantea el apagón económico.
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De sus palabras se desprenden una serie de recomendaciones que pueden ser valiosos para quienes buscan mantener a flote la estabilidad financiera de sus familias, de algún emprendimiento o de una empresa de mayor tamaño.
En esta entrevista también se abordan los retos de Fifco, los golpes a los diferentes negocios de la empresa y las urgencias en las que debería trabajar el Gobierno para reactivar la economía y ofrecerle mejores condiciones al sector productivo nacional.
Manejo de la pandemia
¿Qué opina sobre la forma en que Costa Rica ha manejado la pandemia?
Los resultados son muy positivos. Sé que estamos en situación todavía muy frágil, pero me da mucho confort ver cómo ha sido el manejo del Gobierno versus lo que pasa en otros países. Que hayamos aplanado la curva y el tema de la tasa de mortalidad de Costa Rica, en medio de la calamidad que es esto, que sea tan baja; la verdad que son resultados que dan mucha tranquilidad.
¿Cuál ha sido el impacto de las restricciones de movilidad para Fifco?
Entiendo el ritmo en el que nos deben llevar de revisar cada 15 días las restricciones, soltar un poco y probar. Si la curva se mantiene, por lo que uno trata de interpretar por las directrices que nos dan, pues nos vamos a liberar un poco más. A mí me encantaría que nos liberaran completamente, porque la protección de la salud se dio a costa de la economía y de los puestos de trabajo. Todos estamos hipernerviosos en ese sentido, de hasta dónde podemos sostener un confinamiento sin repercusiones económicas más agudas.
¿En qué áreas de negocio reportan mayor afectación?
Nuestro negocio se ha visto afectado al igual que la gran mayoría de las empresas, obviamente según el área de la economía en la que trabajan. Tal vez separo un poco las compañías de alimentos, las de higiene y cuidado personal, las de telecomunicaciones; todos esos segmentos que están muy bien.
Nosotros somos una empresa de bebidas alcohólicas y no alcohólicas y también estamos en el segmento de hotelería y hospitalidad. En este segunda área de negocios nos hemos visto tremendamente afectados porque pasamos de la temporada alta con ocupaciones en nuestros hoteles del 98% y 96%, en Reserva Conchal, y en una semana nos fuimos a cero. Algo impensable.
Golpe a los negocios
¿Cómo impactó la crisis la operación de bebidas?
Este negocio también se ha visto afectado por el tema del confinamiento, muy en particular por el cierre de todos los bares, restaurantes y hoteles que venden nuestras bebidas y donde las personas pueden consumir en el lugar. Nos fuimos prácticamente a cero de la noche a la mañana en ese segmento que para nosotros es muy importante en las ventas.
¿Qué pasó con las ventas en supermercados, tiendas de conveniencia y pulperías?
En ese otro segmento se mantuvieron las ventas, pero jamás se pueden compensar las pérdidas que tuvimos en el canal de restaurantes, bares y hoteles. Entonces, en términos relativos, por supuesto que nos ha afectado en el negocio.
¿Cómo fue el golpe en el segmento de retail, específicamente en la cadena de tiendas y panaderías Musi?
En ese negocio tenemos muchísima concentración en los centros de ciudad versus en comunidades y barrios. Tenemos mucho más peso en ciudades cerca de paradas de buses y zonas de altísimo tráfico, entonces los puntos de venta que tenemos cerca de urbanizaciones no compensan la pérdida de tráfico que hay en el centro de San José, Heredia o Cartago.
¿Cuáles son los números de Fifco USA −el negocio de la compañía en Rochester, New York− en el que también producen y comercializan cerveza?
En Estados Unidos ha sido muy particular, tal vez nosotros en ese mercado tenemos una dependencia mucho menor en el segmento de bares y restaurantes. Como en ese país se dio un efecto de que las personas salieron a comprar a los supermercados entonces eso nos permitió compensar.
El mal manejo de la pandemia en Estados Unidos genera mucha incertidumbre en la economía. ¿Qué proyectan de momento para la operación allá?
Yo tengo muchas reservas con Estados Unidos. ¿Por qué me preocupa muchísimo? No sólo por nuestro negocio, obviamente, pero también porque todo lo que pasa en Estados Unidos nos afecta muchísimo en Costa Rica.
Hablemos del turismo, del comercio, de las exportaciones. Es preocupante que Estados Unidos representa la tercera parte de los casos en el mundo y casi un 30% de las muertes.
¿Nos puede compartir porcentajes o cifras concretas de la afectación en cada área del negocio?
Nosotros publicaremos en unas semanas los resultados, prefiero esperar.
¿Cuál negocio le preocupa más?
Hospitalidad, como dice la ministra de Turismo (María Amalia Revelo), estamos en temporada cero. Creo que tal vez hasta el tercer o cuarto trimestre empecemos a ver algo muy pequeño de recuperación. Quizás lleguemos a ocupaciones del 20% mientras se reabren los vuelos, se ajustan los protocolos y vemos cuántas aerolíneas van a sobrevivir.
¿Qué esperan para el segmento de bebidas?
Tendremos que ver cómo avanzamos en la liberación de las medidas que nos han mantenido en confinamiento. Ver qué sucede con los restaurantes, con la restricción vehicular y con otras restricciones como la capacidad de los comercios.
Decisiones clave
¿Cuáles fueron las decisiones clave para enfrentar el shock económico?
Tomamos tres decisiones. La prioridad número uno fue cuidar la salud de los 6.500 colaboradores y de sus familias, el segundo tema fue proteger todos los puestos de trabajo de la compañía y, finalmente, proteger el flujo de caja de la compañía.
¿Qué hicieron para mantener los empleos?
Eso fue de lo más estresante. La Junta Directiva nos dio el apoyo para no despedir a ningún colaborador a pesar de la caída en las ventas y a pesar de que algunos negocios se fueron a cero. Apegados a la legislación aplicamos una reducción de las jornadas laborales, la decisión fue para todos, por eso decidimos que los 3.200 trabajadores en Costa Rica iban a trabajar un día menos a la semana.
¿Cómo aplicaron esto a la reducción de salarios?
Para bebidas aplicamos esa reducción de la jornada, mientras que en los hoteles si tuvimos que enviarlos a la casa porque no hay nada que hacer. La reducción de la jornada implicó una reducción de los salarios, pero lo hicimos de forma solidaria, con eso protegimos a la gran masa de la población con recortes de un dígito para afectar lo menos posible.
¿Qué acciones tomaron para proteger el flujo de caja?
Esto es lo más importante frente a una crisis, como debemos hacerlo todos en nuestras casas y en las empresas. A parte de implementar todas las decisiones para cuidar el capital de trabajo de la compañía, porque también teníamos muchos atrasos en pagos de los clientes. Hicimos una revisión exhaustiva en inversiones de capital, todo lo que tiene que ver con ampliaciones de equipos de producción, capacidad, renovación de flotillas, etcétera. Todo eso lo pusimos al mínimo.
¿Y por el lado del gasto?
Además de lo que se aplicó en salarios, tuvimos que ir muy profundo a una hiperrevisión de los gastos de la compañía. Tomamos medidas extraordinarias en rubros como, por ejemplo, suspensión de viajes, mantenimientos y vacaciones. Le entramos a cada una de las áreas. Con las inversiones en mercadeo fuimos muy inteligentes en qué y cómo invertir esos recursos.
¿Cómo trabajaron con los clientes (bares, restaurantes y hoteles) que tenían problemas o atrasos de pago por el cierre de sus operaciones?
Al principio les recogimos el inventario porque el producto se vence, sobre todo la cerveza en barril. Con el equipo trabajamos en muchas cosas, pero concretamos con la Caja Solidaria de Imperial, nosotros identificamos 4.000 bares, restaurantes, sodas y hoteles que tuvieron que cerrar y les pedimos por teléfono, uno por uno, que nos dijeran la cantidad de dependientes que tenían, se contabilizaron 12.000 familias y 36.000 personas.
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La Caja Solidaria se pensó para llevar comida por tres meses a estas personas y fue posible gracias a la alianza entre Fifco y otras empresas que decidieron sumarse con solo atender un llamado que se les hizo por medio de una carta.
Reactivación económica
¿Cuáles son algunas medidas que debería impulsar el Gobierno para reactivar la economía?
Todo el encuadre laboral es absolutamente fundamental, en cómo podemos ser inteligentes para pasar de la informalidad a la formalidad una población relevante que se requiere, en el aseguramiento por horas ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y en las jornadas flexibles. Hay que modernizar las leyes que nos impiden que las personas se formalicen.
¿Qué piensa sobre los costos de la energía?
Hay que trabajar muchísimo en esta coyuntura con el tema de los costos de la energía y los combustibles. La energía es un tema clave para las empresas, los industriales y los exportadores, yo creo que en esa área el Gobierno debe diseñar algo específico.
¿Las acciones presentadas por el Gobierno alcanzan?
Deberían tomar tres o cuatro iniciativas muy concretas, que además inspiren confianza en el empresariado y en los inversionistas, y trabajarlas. Se debe fomentar la producción con las pymes y cuidar el turismo.
Algunas propuestas de los empresarios apuntan a reducir tributos como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de manera temporal. ¿Cuál es su posición sobre ese tema?
Este Congreso ha sido de los mejores que yo he visto, por lo menos en mis años, en la forma responsable que administraron la discusión de la reforma fiscal, al final se construyó el consenso y los servicios había que tasarlos en algún momento. Ahora, que tal vez haya que echar para atrás algunas cosas temporalmente mientras volvemos a reactivar, yo creo que sí.
¿En cuáles sectores?
Hay que ayudar al sector turismo. El IVA, por ejemplo, no es este año, vendrá el próximo. Hay ciertos segmentos como bares y restaurantes donde creo que también tienen que exonerarlos del IVA este año porque están en cero. Para las empresas que colapsaron se deberían hacer medidas específicas y concretas. Creo que habría buen ambiente para ponerlas en marcha en 2020 y 2021.