Julio de la O es un comerciante que necesitaba mejorar sus ingresos económicos y decidió asociarse a Uber hace menos de una semana.
El negociante aseguró que en cuatro días laborados con la compañía logró ganarse ¢155.000, sin contar los incentivos que pueda alcanzar por el buen servicio que se ha dedicado a brindar.
Está encantado con el modelo –dice– porque es flexible con horarios: aprovecha su carro modelo 2014 (ya que debe ser un vehículo mínimo modelo 2008), no intercambia efectivo y, además, puede conocer el perfil de la persona a quien le va a brindar el servicio.
Empero, ¿cuánto perdurarán esos resultados para su bolsillo? El chofer sabe que corre el riesgo, como parte del negocio, de que en algún momento bajen los ingresos, ya sea porque suba la oferta o baje la demanda.
“Voy a seguir a ver cómo me va, de momento yo veo que es muy, muy, bueno este modelo”, afirmó De la O.
Precisamente, el tema de ventajas y riesgos son aspectos que deben asumir con claridad quienes piensen en el modelo de economía colaborativa como un emprendimiento.
“Un factor importante de la economía colaborativa (y de forma general de la economía digital) es el rompimiento de los paradigmas tradicionales de lanzamiento de un negocio. Los servicios colaborativos ofrecen al instante una alternativa más eficiente y a menudo menos onerosa que los servicios tradicionales”, externó Gilles Maury, gerente de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones de Deloitte.
El experto agregó que provocan una disrupción que modifica las cadenas de valor actuales.
Puede no resultar
Una experiencia contraria a la del chofer de Uber ha tenido Eunice Báez con otro modelo de economía colaborativa: Airbnb.
“No ha sido una plaforma funcional para mí hasta el momento”, contó Báez, quien colocó un espacio para hospedaje en la capital en el 2013 y aún no ha recibido un solo cliente por esa vía.
Agregó que la plataforma le parece muy amigable y lo comprobó cuando fue usuaria en un viaje que hizo a Estados Unidos.
No descarta que en otras zonas, especialmente turísticas, sea mucho más funcional y rentable para personas que vienen a Costa Rica, no así en San José de acuerdo con su experiencia.
Precisamente, en la página web de Airbnb se registran más de 300 opciones de alquileres vacacionales en diferentes zonas del país, con opciones que van desde toda una propiedad a una habitación independiente o compartida.
Promesa y riesgo
El tema de ventajas es parte de la promesa del servicio colaborativo: para el proveedor, se trata de generar valor de un recurso no empleado (vehículo que no está en uso, casa no habitada o tiempo disponible), de forma libre y ágil, explicó Maury.
Para el usuario, permite tener acceso a una mayor oferta y con una información precisa, por ejemplo, gracias a la opinión de otros usuarios.
En cuanto a los riesgos, tienen que ver con temas legales que corresponden a cada servicio y cada legislación local.
El experto dijo que, aunque la transparencia en la información sobre los proveedores y usuarios, las condiciones contractuales del servicio y los requerimientos fungen como garantía de una cierta calidad de servicio, siempre es necesario que se establezca una regulación adaptada.
Según la postura del Gobierno de Costa Rica, Uber debe ajustarse a dos normativas, la Ley 7.969 de taxis y la 8.955 del servicio especial estable de taxi (antes porteadores).
Aun así, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) ha dicho que no pueden comenzar a regular este servicio hasta que el Consejo Nacional de Transporte Público (CTP) no lo declare como público.
Rocío Paniagua, gerente de comunicación para Centroamérica de Uber, dio a conocer que cientos de costarricenses ya se han unido a su comunidad como socios colaboradores, tras el lanzamiento oficial el pasado 21 de agosto.
“Uber es una plataforma de tecnología que abre oportunidades de emprendimiento a hombres y mujeres que estén buscando un ingreso extra o, incluso, una oportunidad de emprendimiento de tiempo completo. Solo se necesita pasar las certificaciones de seguridad y poseer un auto que cumpla con las condiciones y esté en excelente estado”, dijo.
Ya tienen choferes en San José y sus alrededores, y en el centro de las ciudades de Alajuela, Heredia y Cartago.
Desde el momento que la afiliación de un socio colaborador está completa, y este se encuentra activado, el 80% de la compensación de cada viaje es para él. El 20% restante se utiliza para darle mantenimiento a la plataforma tecnológica, hacer marketing y asegurar que cuando un socio colaborador se conecte, encuentre a un socio miembro en busca de un viaje, detalló Paniagua, vocera de Uber.