Las empresas relacionadas al buceo en territorio costarricense disfrutan de una mayor cantidad de clientes, pero enfrentan algunos retos como una competencia más atractiva en otros países y el eventual incremento en precios que producirá la entrada en vigencia del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en julio próximo.
Según el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), Costa Rica tiene al menos 35 puntos en los que se recomienda practicar esa actividad. En la lista destaca la Isla del Coco, considerada como uno de los mejores destinos a nivel mundial para bucear.
Oceans Unlimited Scuba Diving, Deep Blue Diving, Summer Salt Dive Center, Pacific Coast Dive Center y Mundo Acuático, son algunas de las empresas que aprovecharon la riqueza natural del país y que hasta el momento registran buenos resultados.
El aumento en el interés por bucear tendría su origen en programas sobre el mundo submarino –como los que realiza National Geographic y Discovery Channel–, la pérdida del miedo a practicar este deporte y a la búsqueda de actividades que impliquen más aventura.
“Cada año vemos que se apunta más gente (…), antes existía mucho temor y desinformación alrededor del buceo. Además, creemos que la explosión de las redes sociales está ayudando mucho en la divulgación de este deporte”, indicó Mayra Gutiérrez, vocera de Mundo Acuático.
Los resultados económicos de dichas empresas también se benefician al optar por un modelo de negocio integral que incluye la venta o alquiler de equipo para bucear, cursos recreativos, visitas a los principales destinos de buceo y otorgamiento de certificaciones con organizaciones internacionales.
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Esos servicios pueden tener costos que van desde los $50 a más de $1.500.
Los precios más elevados se pueden relacionar a certificaciones como la de la Professional Association of Diving Instructors (PADI), organización de entrenamiento de buceadores con más de 6.400 centros de buceo asociados y 133.000 profesionales individuales a nivel mundial que han expedido más de 25 millones de certificaciones.
A nivel nacional existen 27 puntos en los que se puede conseguir la certificación PADI.
En Summer Salt Dive Center, por ejemplo, una introducción al buceo cuesta $150, mientras que, certificarse como PADI Dive Master –mayor rango de los posibles– tiene un costo de $1.150.
Los ingresos de las compañías también aumentaron con el mayor ingreso de turistas a Costa Rica (las llegadas internacionales crecieron casi un 57% en los últimos 10 años según el ICT), ya que la mayoría de sus clientes son extranjeros –una gran porción proviene de Norteamérica, Europa y Suramérica–.
Quienes no residen en el país representan el 70% de los clientes de Ocean Unlimited, 80% para Deep Blue, 95% para Summer Salt, 90% para Pacific Coast y, como excepción, un 20% para Mundo Acuático.
“El negocio está aumentando todos los años y se debe, en gran parte, a la llegada de más turistas”, destacó Franziska Blömeke, dueña de Deep Blue Diving.
En el país hay casi 40 puntos para realizar este deporte.
Retos actuales
El fortalecimiento de otros países como destino turístico para bucear, los precios en el mercado costarricense y las nuevas reglas fiscales del país, son algunos de los temas que preocupan a las empresas relacionadas a la práctica del buceo en Costa Rica.
El país debe fortalecer su imagen ante destinos competidores cercanos que ganan más popularidad como Yucatán en México, Bay Islands en Honduras y Barrier – Reef en Belice.
A la lista en América Latina se suman otros como Puerto Madryn en Argentina, Fernando de Noronha en Brasil, Isla de Pascua en Chile, Islas Galápagos en Ecuador, San Andrés en Colombia y la Riviera Maya en México.
Patrick Odermatt, dueño de Summer Salt Dive Center, mencionó que el interés por Costa Rica como destino para practicar buceo podría ser mayor si los costos no fuera tan altos (sobre todo en zonas costeras) en comparación a otros países de Centroamérica.
Entre los costos que consideran las empresas que encarecen más los precios finales de cara al consumidor están los impuestos por las embarcaciones, el pago de combustible (por ejemplo, a inicios de mayo entró en vigencia un alza de entre ¢26 y ¢73) y la importación de equipo profesional que no se puede adquirir en Costa Rica.
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Con Odermatt coincide Elia Machado, vocera de Pacific Coast Dive Center, quien agregó que las nuevas reglas fiscales están empujando al turismo que realiza buceo hacia lugares de menor precio y regulación, como los mencionados México y Honduras.
“La presión de las nuevas leyes fiscales están elevando demasiado el precio de este tipo de actividades, y esto hace que, aunque Costa Rica cuente con buceos excepcionales, no ‘merezca la pena’ pagar por la actividad”, agregó Machado.
Con la puesta en marcha del IVA, las empresas que ofrecen el servicio de buceo –así como otras actividades económicas– deberán pagar un 13% de este tributo.
Actualmente las compañías de buceo analizan cómo enfrentar esa situación. Por ahora, barajan la posibilidad de no aumentar los precios por lo que resta del 2019; es decir, asumir la totalidad del incremento o responsabilizarse solamente de una parte del porcentaje (Pacific Coast, por ejemplo, analiza si asume por este año un 6%).
“En este momento subir el precio realmente no va ser una solución", destacó la vocera de Mundo Acuático.
Las empresas y las personas que brindan servicios turísticos pueden inscribirse ante el ICT para obtener el beneficio de una tarifa escalonada en el IVA. Quienes no lo hagan, deberán aplicar el 13% en la fecha prevista.
Las compañías que se inscriban estarán exentas del cobro a partir del 1° de julio del 2019 y hasta el 30 de junio del 2020. Mientras que, durante el segundo año se aplicará una tarifa reducida del 4%.
Finalmente, desde el 1° de julio del 2021 y hasta el 30 de junio de 2022, la tarifa será del 8% y, de julio del 2022 en adelante, el pago del IVA será del 13% para todos los servicios turísticos.
A estas condiciones se suma la ya conocida competencia a nivel local en la que las compañías tratan de diferenciarse a través del servicio al cliente, al ofrecer horarios flexibles, grupos pequeños y al cambiar constantemente sus equipos por los más modernos.