La compañía costarricense, Corporación Arrocera de Costa Rica (Cacsa) invirtió más de $3 millones para montar una nueva planta industrial, que la convierte, según sus personeros, en la más moderna de Costa Rica y Centroamérica.
Bajo la gerencia de Gerardo Díaz, esta empresa ubicada en Barrio San José de Alajuela, con una segunda sede en Guanacaste, quiso celebrar sus 45 años de existencia modernizando sus procesos de producción. De hecho, con esta invesión, aumentó en un 30% su producción de arroz, lo cual equivale a 60.000 quintales del grano al mes.
Pese a estar en un mercado competido, donde participan muchas marcas y empresas, Cacsa asegura tener alrededor del 20,3% de participación del mercado del arroz. Su negocio está integrado porque produce el grano, lo industrializa, comercializa con sus propias marcas, las maquila y atiende al mismo tiempo la distribución. Sus marcas son: Imperio, Llanero y Tío Felipe, pero además maquila para marcas privadas.
Compite con Grupo Pelón de la Bajura, Arrocera Miramar, Liborio, Granos de Guanacaste, Arrocera La Julieta y Montes de Oro, entre otros.
Según datos de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), la actividad cuenta con 1.356 productores para un total de 261.644 toneladas métricas de arroz en granza; además hay 15 compañías agroindustriales que procesan 225.169 TM de arroz pilado distribuidos en cinco regiones de producción: Huétar Norte, Huétar Atlántica, Pacífico Central, Brunca, Chorotega.
A escala internacional, China e India –en ese orden– son los principales productores de arroz con 30,7% y 22,44% de la producción mundial respectivamente. Se calcula que la producción global es de 464.867 millones de toneladas.
Conarroz estima que en el país, el consumo del producto (2011-2012) alcanzó las 247.892 toneladas métricas de arroz pilado para un consumo per capita de 53,71 kilogramos y un promedio mensual de 20.658 toneladas. Un consumo que reveló crecimiento en comparación con períodos anteriores.
La mayor parte del arroz que el costarricense consume es producido localmente, alrededor del 69%, el resto es importado. Los datos indican que para el período en cuestión, las siembras llegaron a las 77.240 hectáreas.
De acuerdo con Gerardo Díaz, la nueva planta cuenta con maquinaria y equipo 100% ambiental, con un molino que emite cero polvo, con sistemas de aspiración o succión en todos los equipos. Además, tiene dos ventiladores que permiten que la masa de aire total del molino cambie cada tres minutos. Lo anterior garantiza pureza y, al ser hermética, evita plagas.
La nueva instalación cambió el sistema de transporte por medio de rosca por uno más eficiente de banda, realizando los siguientes pasos: limpieza, descascarado, pulido, clasificado, selección por color y el empaque.
Otra de las ventajas de la compañía, dijo Díaz, es que ha logrado diversificarse. Tiene su propia distribuidora (Dicacsa) por medio de la cual se comercializan 400 productos, entre ellos, el frijol Imperio, salsas, harinas, sal y otros. La distribuidora llega a unos 6.000 clientes en todo el país. Su flotilla la conforman 30 camiones que recorren 27 rutas de ventas y 45.000 puntos de venta por semana.