Una investigación del Congreso de Estados Unidos responsabilizó a Boeing y a la Administración Federal de la Aviación (FAA) por los accidentes del modelo 737 MAX de la firma aeroespacial, según el informe divulgado este miércoles.
El documento es la culminación de una investigación de 18 meses realizada por el Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes sobre los accidentes de los vuelos de Lion Air y Ethiopian Airlines que se cobraron 346 vidas.
“Los accidentes del MAX no fueron el resultado de una única falla, un error técnico o un hecho mal gestionado”, señala el informe.
“Fueron la horrible culminación de una serie de presunciones técnicas fallidas de los ingenieros de Boeing, una falta de transparencia por parte de la gerencia de Boeing y una muy insuficiente supervisión de la FAA”, agrega el texto.
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En sus 239 páginas, el reporte da cuenta de “reiteradas e importantes fallas” de ambos, incluyendo presiones de Boeing sobre la FAA para aprobar el modelo MAX en el marco de su competencia con Airbus, una “cultura del ocultamiento” de la empresa e influencia indebida sobre los reguladores, que no supervisaron debidamente.
Gran parte del análisis se centra en el sistema de estabilización (MCAS), considerado factor central en ambos accidentes debido a que se activó de manera incorrecta, evitando que los pilotos recuperaran el control de los aviones.
El sistema tiene un “diseño defectuoso” al activarse por un sensor, según el informe, que afirma que Boeing minimizó su importancia al no clasificar al MCAS como un mecanismo “crítico para la seguridad” que habría provocado una supervisión más estricta.
La compañía con sede en Chicago también ocultó información crucial sobre el sistema y ni siquiera alertó a los pilotos sobre su existencia, indica.
“Nuestro informe plantea revelaciones inquietantes sobre cómo Boeing −bajo presión para competir con Airbus y generar ganancias en Wall Street− escapó al escrutinio de la FAA, ocultó información crítica a los pilotos y finalmente puso en servicio aviones que mataron a 346 personas inocentes”, señaló Peter DeFazio, quien preside la comisión parlamentaria.
“Lo que es particularmente irritante es cómo Boeing y la FAA jugaron con la seguridad pública en el período crítico entre los dos accidentes”, agregó el representante demócrata de Oregón.
DeFazio presidió una serie de audiencias sobre el MAX, incluida una en octubre pasado con el entonces presidente ejecutivo de Boeing Dennis Muilenburg, quien fue destituido dos meses después de su comparecencia y reemplazado por David Calhoun.
El 737 MAX aún no despega
El informe se suma a las gestiones emprendidas para resolver los problemas del modelo 737 MAX, en tierra desde marzo de 2019.
“Múltiples comités, expertos y autoridades gubernamentales han examinado cuestiones relacionadas con el MAX, y hemos incorporado muchas de sus recomendaciones, así como los resultados de nuestras propias revisiones internas, en el 737 MAX y en el proceso general de su diseño”, indicó Boeing.
“Una vez que la FAA y otros reguladores hayan determinado que el MAX puede volver al servicio de manera segura, será uno de los aviones más minuciosamente examinados de la historia, y tenemos plena confianza en su seguridad”, agregó la firma.
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La inmovilización del MAX afectó el desempeño financiero de Boeing, que se debilitó aún más por la pandemia de coronavirus y su impacto en las compañías aéreas.
La firma reveló el mes pasado que planeaba una segunda ronda de reducción de empleos tras un recorte de 10% de su personal anunciado a principios de año.
Un portavoz de la FAA informó que la agencia “espera trabajar con el Comité (parlamentario) para implementar las mejoras identificadas en su informe”.
Y agregó que “la FAA sigue un proceso minucioso, no un cronograma preestablecido, para devolver la aeronave al servicio”.
Las autoridades no deberían autorizar al 737 MAX “hasta que la FAA haya recuperado su autoridad sobre Boeing” y la empresa “priorice su principal responsabilidad, que es fabricar aviones seguros”, declaró Paul Njoroge, quien perdió a su esposa, hijos y suegra en el accidente de Ethiopian Airlines y había testificado ante la comisión.