Una leyenda relata que el emperador Shen-Nung de China estaba sentado bajo un arbusto de té y una de sus hojas cayó en su recipiente de agua hirviendo. La infusión adquirió entonces un aroma agradable, que despertó la curiosidad del monarca por probar tal mezcla. La bebida, deliciosamente refrescante y reconstituyente, lo cautivó.
La cultura hindú por su parte, atribuyó el descubrimiento del té al monje Bodhidharma, quien lo usaba como tónico medicinal y reconfortante durante sus viajes. En la actualidad, China es el mayor productor mundial de té, seguido por India.
El té fue llevado de Oriente a Occidente por una empresa holandesa de las Indias Orientales. En 1610 Orange Nassau comercializó esta bebida en Europa, y comenzó el monopolio inglés sobre el producto, que se extendió hasta 1833.
Para 1650 el té llega a Nueva Amsterdam, hoy Nueva York donde se hizo popular la Tea Party , y de aquí pasó al resto de América.
Aunque en la actualidad se prepara con base en gran variedad de frutos y plantas, originalmente era una infusión de la planta cuyo nombre científico es Camellia sinensis o Thea sinensis . Se le considera el segundo producto más consumido en el mundo, después del agua.
La especie se originó en los bosques montañosos de las fronteras entre China, India y Birmania. Su producción actual se da con semillas o clones, para garantizar su homogeneidad. Son plantas de follaje perenne, flores blancas y fruto capsular con tres semillas.
Entre las variedades más representativas se pueden mencionar el té blanco, verde, negro, oolong , matcha (el cual se emplea en la ceremonia japonesa del té) y alguno con denominación de origen como el Darjeeling , cultivado, producido y procesado en jardines de té de las áreas montañosas de la India, subdivisión de Sadar, reconocidos como los mejores del mundo.
Cada casa tiene su especialidad, diversidad y estilo, de consumo masivo; antes era una bebida solamente para emperadores y la clase alta.