Casa Blanca continúa en un proceso de ajustes para buscar la estabilidad financiera, mejorar sus ventas y renegociar el pago de sus deudas con acreedores. La cadena de almacenes cambiará de gerente general a partir de este lunes 2 de julio.
Diego Artiñano, quien asumió la gerencia general de Casa Blanca en abril del 2017, dejará el cargo para regresar a la junta directiva de la compañía y su lugar lo tomará Carlos Murillo, quien laboró como director financiero para Cuestamoras en su división de salud donde operan las cadenas de farmacias Fischel, La Bomba y Cefa.
Murillo también trabajó como director global senior de Walmart, coordinador corporativo de riesgo en Mexichem (antigua Amanco miembro del Grupo Nueva) y analista financiero en Intel Costa Rica.
La llegada de Murillo a la gerencia general de Casa Blanca se da justo cuando la compañía atraviesa un proceso de restructuración financiera y comercial que inició Artiñano con el objetivo de mejorar la situación de la cadena de almacenes.
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Los problemas de liquidez que enfrentaba la empresa obligaron a Casa Blanca a acudir al Juzgado Concursal del I Circuito Judicial de San José, en enero del 2017, para solicitar un convenio preventivo de acreedores con el fin de renegociar deudas con sus acreedores y evitar la quiebra.
La llegada de Artiñano a la gerencia general de Casa Blanca en abril del 2017 -cuatro meses después de la crisis financiera- obligó a la compañía a hacer cambios.
El enfoque de Artiñano fue levantar las finanzas de la compañía debido al alto nivel de endeudamiento y cuidar la estrategia comercial con ajustes en el tamaño de la empresa y con nuevas iniciativas para impulsar el crecimiento de las ventas.
En entrevista con EF el 8 de diciembre del 2017, Artiñano comentó que las deudas de la empresa habían pasado de $61,5 millones -reportados ante el Juzgado al momento de solicitar el convenio- a $40 millones, debido a los acuerdos logrados con algunas financieras y proveedores.
A nivel comercial, la cadena de almacenes redujo el número de tiendas de 104 a 51 entre 2016 y 2017 y despidió a 100 empleados en ese mismo periodo.
Bajo el mando de Artiñano, Casa Blanca lanzó una nueva línea de productos llamada Casa Blanca Turismo para ofrecer paquetes de viajes dentro y fuera del país, también abrió la alianza con Kuiki Credit para ofrecer un sistema de financiamiento llamado Credi-Flash e incluyó en su oferta de productos herramientas que normalmente se podrían comprar en ferreterías.
¿Por qué cambian de gerente?
Casa Blanca busca refrescar la visión gerencial con un enfoque hacia la administración de temas financieros complejos.
Consultada por EF, la empresa indicó que Carlos Murillo cuenta con experiencia en el manejo de situaciones financieras, además de una visión comercial innovadora y vocación para potenciar los negocios basados en ventas al detalle.
Eduardo Chavarría, presidente de Casa Blanca, destacó que la empresa está enfocada en fortalecer la marca, afianzar la lealtad a de los clientes e innovar en la oferta de productos y servicios.
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"Nos alegra mucho contar con una visión fresca, con experiencia y el compromiso del señor Murillo. En Casa Blanca nos encontramos en una etapa de optimismo en la que buscaremos vender más, crecer en ventas y alcanzar el equilibrio financiero de la compañía", aseguró.
Land Business S.A., compañía propietaria de almacenes Casa Blanca, reportó deudas por $61,5 millones con 202 acreedores al 6 de enero del 2017.
EF tuvo acceso a la lista previa y el resumen de acreedores que presentó la empresa ante el Juzgado Concursal para solicitar el convenio preventivo.
Durante la gestión de Artiñano la cadena de tiendas logró renegociar deudas con instituciones financieras y proveedores.
A diciembre del 2017, 83 acreedores habían legalizado sus deudas ante el Juzgado Concursal para formar parte del convenio preventivo.
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Sobre la situación actual de la compañía, el presidente Eduardo Chavarría, aseguró que cuentan con el apoyo de los colaboradores, las buenas negociaciones con los proveedores y relaciones abiertas y transparentes con los acreedores.
La empresa reconoció que Artiñano logró ordenar la estructura financiera, operativa y comercial, además, complementó la oferta de crédito, fortaleció las políticas de colocación y mejoró las relaciones con el sector financiero, los proveedores y el personal de la compañía.
Convenio a paso lento
Tras un largo proceso de convenio preventivo, ahora Casa Blanca y los acreedores que legalizaron las deudas ante el Juzgado Concursal, están a la espera de que el juez convoque la junta para poner en marcha el acuerdo con el cual la cadena de tienda pretende renegociar y pagar sus deudas.
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La lista de acreedores de Casa Blanca, presentada en enero del 2017 ante el Juzgado Concursal, incluye a bancos públicos, privados, financieras, proveedores y amigos del dueño de la compañía.
El 48% de la deuda total de Casa Blanca estaba en bancos públicos y privados, para un total de $29,5 millones.
Land Business sumaba entonces una deuda total de $16,1 millones con cuatro bancos públicos, cifra que representa el 26% del monto total que adeuda la empresa a todos sus acreedores.
La obligación reportada a bancos privados es de $13,4 millones, lo que corresponde al 22% de la estructura de sus pasivos reportados al 6 de enero del 2017.
Los otros rubros de la deuda se distribuyen en un 22% a financistas ($13,3 millones), 12% a proveedores ($7,5 millones), 15% a otros -incluye amigos y empresas ligadas al dueño de Casa Blanca- ($9,3 millones), y 3% a financieras ($1,7 millones).
El monto total de la deuda bajó a $40 millones a diciembre del 2017.
"Lo primero es que, entre enero y diciembre, una cuenta muy importante por el orden de $9,3 millones (en referencia a acreedores amigos y empresas ligadas al dueño de Casa Blanca) fue capitalizada, entonces ya no está como pasivo, sino que está como parte del patrimonio", aseguró Artiñano en entrevista con EF el pasado 8 de diciembre.
La empresa también logró un acuerdo con dos entidades financieras para entregar dos garantías como pago y eso redujo la deuda en $2 millones más.
Casa Blanca también hizo daciones de pago con dos proveedores -quienes tenían garantía real como propiedades inmuebles- lo que permitió reducir la deuda total en $850.000.
Dentro de la lista inicial de 202 acreedores se encontraban algunos pasivos recurrentes como alquileres o recibos de luz.