El 2020 cerró con unas 5.500 nuevas veterinarias en comparación con 2019, según datos de la Dirección General de Tributación. Durante la pandemia, el negocio de servicios médicos para animales se posicionó como esencial.
Con la tenencia de mascotas como práctica generalizada en el país, es comprensible el carácter de “servicio esencial” que se le otorgó a las veterinarias en el marco del confinamiento, y que les permitió seguir operando durante los meses de restricciones sanitarias.
Datos de la firma Kantar publicados en 2019 habían calculado en 62% el porcentaje de hogares con una mascota o más en Costa Rica, es decir, al menos 6 de cada 10 familias conviven con animales de compañía. Y la proyección es que un 3% más de hogares se sumará a este grupo cada año.
El doctor Marco Mora Castro, gerente médico de MediPet Hospital Veterinaria Hotel, explicó que a partir de marzo la pandemia provocó una disminución en la demanda de servicios como hotelería, guardería y estética, como consecuencia del confinamiento.
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“En cambio, los servicios médicos han tenido estabilidad y en algunos momentos un aumento, debido a que las personas han pasado más tiempo con sus mascotas y han podido ver cosas que antes duraban más en determinar”, puntualizó el especialista.
La demanda se concentró en consulta, cirugía, medicina interna y especialidades médicas como la oftalmología.
De acuerdo con el Colegio de Médicos Veterinarios, el reconocimiento como servicio esencial se deriva de los esfuerzos del sector durante el 2020, para rebajar el cobro del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) por servicios médicos veterinarios de un 13% a un 4%.
Silvia Coto Mora, presidenta del Colegio, enfatizó en que las veterinarias son centros de salud privados y están bajo la supervisión del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), los consumidores pueden ir a las veterinarias para consultas de sus animales e incluso se creó una boleta electrónica que el médico llena con los datos del propietario para facilitarle la visita en caso de emergencia, incluso si tiene restricción vehicular, aunque su validación depende de los oficiales de tránsito.
“Cada vez el mercado y la sociedad costarricense se hace más consciente del rol de los médicos veterinarios en la salud pública y todos los demás campos de acción, al igual que apoya más prácticas de bienestar animal, tenencia responsable y compromiso con nuestra biodiversidad”, aseguró Coto.
La especialista llamó la atención sobre los roles que cumplen los veterinarios de especies mayores y con campos de trabajo específicos, quienes también están en la categoría de esenciales.
“El campo de ejercicio de la medicina veterinaria es mucho más amplio que sólo el mercado de mascotas. Esto incluye la inocuidad alimentaria en plantas, los manejos de salud de hato en los sectores productivos, las asesorías o regencias, la intervención en proyectos de conservación de vida silvestre, epidemiología, investigación, salud pública y muchos más”, enumeró Coto.
Sector en crecimiento
En las estadísticas de la Dirección General de Tributación sobre contribuyentes de la actividad de veterinaria, la categoría se divide en dos:
-Venta al por mayor de productos veterinarios gravados con IVA (comercialización productos veterinarios, que incluye peluquerías, tiendas de mascotas y similares).
-Servicios Médicos Veterinarios (clínicas, hospitales, profesional en el campo, venta de artículos gravados con IVA).
Ambas categorías crecieron entre 2019 y 2020: la de venta de productos pasó de 1.168 a 1.821 negocios, una crecimiento interanual de 56%; mientras los contribuyentes inscritos como servicios médicos pasaron de 13.597 a 19.011, un aumento de 40%. En total, la suma de ambos giros de negocio reunía 20.832 negocios al cierre de 2020, 6.067 más que en 2019.
Otro de los campos que reflejan ese crecimiento es la importación de alimentos especializados.
Datos de CentralAmericaData reflejaron que durante los primeros seis meses de 2020 el principal importador de alimentos para perros y gatos para la venta al por menor en Centroamérica fue Costa Rica, con $26 millones, un 35% más que en el mismo periodo del 2019.
En ese giro de negocio, el país también vive un auge de emprendimientos para la preparación y venta de alimento con ingredientes frescos, por ejemplo, los casos de las marcas nacionales Pet Life y PetGüel, que siguen tendencias globales de bienestar animal.
Datos de la firma de investigación de mercados Kantar, división Worldpanel, afirman que en Costa Rica la categoría de alimento para perros tiene una penetración de 54% en el mercado costarricense, y el tiquete promedio tiende al alza: entre el tercer trimestre de 2019 y el mismo periodo de 2020, Kantar registró un crecimiento de facturación de un 28%.