Brindar la opción de elegir el color, talla, material y estilo, es parte del valor agregado que marca un sello propio para el fabricante y para quien lleva un calzado hecho a la medida.
Esas características han favorecido que los negocios de zapatos personalizados perduren ante la fuerte competencia que ofrece actualmente el mercado al por mayor y al detalle.
Puede tratarse de un producto más caro con respecto a los que están en las vitrinas de diversas tiendas, sin ofertas ni promociones, pero la calidad, durabilidad y satisfacción que genera la exclusividad son las mejores garantías que resaltan los comerciantes que se dedican a este negocio.
Precisamente, con esos factores en mente y para extenderlos hacia una mejor experiencia de compra, Daniel del Barco establecerá en noviembre la primera tienda exclusiva de su marca.
“La idea es brindar la opción personalizada, como siempre lo he hecho, pero en una tienda de mi marca adonde el cliente pueda llegar a comprar o encargar sus zapatos, sin perder el norte de mi estilo y diseño”, destacó el diseñador, que lleva más de 30 años dedicado a esta actividad.
Agregó que el primer punto de venta –de cinco que proyecta tener en dos años– estará ubicado en San Rafael de Escazú , y estima que invertirá al menos $50.000.
A parte de Del Barco, hay otras empresas como Calzado Quincho y Talabartería Americana, que también tienen larga trayectoria en el país y planes de crecimiento.
William Fondevila, gerente general de Best Brands, comentó que estos negocios forman parte de una segmentación del mercado, que no es una competencia directa de las grandes cadenas.
Agregó que su mercado es más masivo, y con precios accesibles, pero que eso no sacrifica la calidad de sus productos. Eso sí, no descarta la posibilidad de alianzas comerciales como una forma de complementar ambas ofertas.
Precisamente, Del Barco maneja alianzas con cadenas donde posiciona su marca en espacios específicos de las tiendas, y mantiene sus parámetros de calidad y diseño.
Valiosa herencia
Calzado Quincho, ubicado en Cartago y con más de 40 años de experiencia en diseñar y fabricar zapatos de forma individualizada, abrirá también su primera tienda en San José.
Luis Diego Leiva, administrador del negocio, informó que este proyecto se planea para febrero de 2016, con el fin de tener producto terminado en mostrador, y de ampliar la cobertura y accesibilidad de recepción de pedidos de su marca QK.
“Queremos incorporar productos como bolsos y fajas que también pueden ser encargados”, comentó Leiva.
Este negocio es de herencia familiar y desde que inició solo trabaja cuero de manera artesanal.
Hace nueve años, comenzó a elaborar zapatos de seguridad para trabajadores de varias empresas que requieren características muy específicas, así como una mayor gama de estilos finos tanto formales como informales para hombres, mujeres y niños.
“La gente aprecia, por ejemplo, que pueden pedir un tacón o un color específico, que se adapte a las características de su pie, que no les lastime, y de una altísima calidad”, resaltó Leiva.
Este tipo de negocio tiene una base de clientes bastante fieles de diversas partes del país.
Es algo que también maneja de frontera a frontera y hasta en el extranjero la Talabartería Americana, que tiene más de 60 años de hacer zapatos por encargo.
Los productos de esta empresa, ubicada en Cartago centro, llevan el sello de su fundador, Eduardo Quesada. Ahora el negocio está en manos de su hijo Ricardo, quien asegura que el “boca en boca” ha sido su mejor aliado.
Su especialidad son las botas y botines de diversos estilos, especialmente el tipo Turrialba (que es una adaptación de una bota militar francesa). También trabaja calzado clásico para mujer y hombre, formales, casuales, tipo mocasines y Oxford, entre otros.
Quesada aseguró que su estrategia para proseguir vigente y llegar a públicos más jóvenes ha sido mediante las redes sociales, y planea establecer a corto plazo una página web.
¿Y los precios?
Un factor característico de estos negocios es el precio de sus zapatos, respecto a los que ofrece el mercado masivo.
Por ejemplo, Daniel del Barco maneja precios entre los ¢40.000 hasta los ¢150.000, aunque pueden variar dependiendo de las características de cada diseño.
En Calzado Quincho, el precio más cómodo es de ¢30.000 hasta los ¢70.000 o más; y en la Talabartería Americana los precios van de los ¢150.000 en adelante.
Leiva y Quesada coinciden en que hace unos cuatro años la importación y cantidad de oferta de zapatos al detalle impactó más fuertemente sus negocios.
Según datos de Euromonitor Internacional, la venta de ropa y calzado por canal retail crecieron un 91,6% del 2009 al 2014 en Costa Rica, y los puntos de venta pasaron de 2.100 a 2.411 en ese periodo.
Leiva dijo que Calzado Quincho se viene recuperando desde el 2013 con un 20% promedio de crecimiento anual en las ventas.
Para Quesada, más que la competencia masiva, el estado de la economía general del país es la que ha impactado en una menor demanda, que apenas, le ha permitido mantenerse vigente.