Ocho meses después de que la marca Burger King (BK) cerrara sus operaciones en Costa Rica, inversionistas salvadoreños confirmaron este martes 14 de junio el regreso de la franquicia a territorio nacional.
El relanzamiento de la marca se realizó en el local ubicado en el Parque de La Paz, en San José, el cual empezará a operar a partir de este 15 junio, a las 10 am.
La empresa abrirá dos locales más en cuestión de 15 días. El segundo operará en el centro comercial Novacentro, en Guadalupe y el tercero el complejo donde se ubica EPA, en Tibás.
La marca estará en manos ahora de la firma Corporación JV de Centroamérica, mismos socios que trajeron la cadena de cafeterías Juan Valdez al país y que también manejan BK en El Salvador.
Mario Jiménez, gerente general de BK Costa Rica, confirmó esta noche que el plan de la compañía es abrir un total de 10 establecimientos en los próximos 12 meses y dijo que el nuevo dueño adquirió la franquicia en diciembre del 2015. No obstante, aun no hay datos de dónde se ubicarán los otros establecimientos.
El ejecutivo reveló que ya tienen 85 empleados trabajando, pero la idea es llegar a más de 100 en lo que resta del año. Un 70% de los empleados eran parte de la planilla que trabajó con BK hasta su salida del país y el 30% restante es nuevo.
Los interesados en aplicar por un puesto pueden enviar su hoja de vida al correo electrónico: job@outlook.es.
Antes del cierre de la marca, el 5 de octubre anterior, la franquicia tenía 29 restaurantes y 462 colaboradores.
Jiménez adelantó que el restaurante ofrecerá nuevos productos dentro del menú, pero siempre enfocado en el valor agregado a la parrilla, incluido su famoso Whopper.
La compañía que retomó la operación en Costa Rica de BK, no solo tienen la responsabilidad de relanzar el producto en un mercado gastronómico sumamente competido, sino poner en orden el conflicto financiero que acarrearía la cadena en suelo nacional.
BK concluyó sus operaciones en Costa Rica a raíz de una serie de problemas, entre ellos, falta de liquidez, grandes deudas acumuladas de anteriores dueños, malos cálculos, la falta de pago de costos del uso de la marca por la parte costarricense y el hecho de que Burger King Corporation (BKC) fuera, al mismo tiempo, inversionista en el joint venture y dueño de la franquicia.
Además, cuando la marca cerró aún tenía pendiente el pago de más de ¢302 millones en deudas de impuestos y seguridad social.
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* Esta noticia fue ampliada después de su publicación.