Durante el último mes, se anunciaron en Costa Rica tres nuevas uniones de bufetes para crear una nueva firma o una alianza estratégica en el sector.
Se trata de la creación de las nuevas firmas Batalla Salto Luna, Pragma Legal y la alianza de Facio & Cañas y Ciber Regulación, que generó una división conjunta para asesoría en telecomunicaciones y energía.
Sin embargo, ¿a qué responde este comportamiento dentro de los servicios legales en el país?
Aunque cada empresa afirma que responde a intereses particulares, estas sinergias no se escapan de una tendencia que se viene presentando con mayor fuerza en los últimos dos años en Costa Rica y Latinoamérica, destacó Mariano Batalla, socio director de Batalla Salto Luna.
Ante un mercado altamente competitivo, es valioso reforzar áreas especializadas que pueden ampliar o fortalecer el portafolio de servicios, incrementar la cartera de clientes y lograr un mayor posicionamiento como corporaciones para abrir puertas ante clientes nuevos o de gran tamaño.
Precisamente para David Gutiérrez, socio de Business Law Partners (BLP) –una de las firmas de abogados más consolidadas en el mercado–, las fusiones se han vuelto más comunes como parte de una tendencia global de la industria de los servicios legales, en busca de plataformas mucho más grandes que les permite competir con mayor fuerza.
Precisamente, hace cuatro meses, BLP también se fusionó con la compañía Weinstok para reforzar las áreas de derecho de competencia y de consumidor.
Esta empresa cuenta con 100 abogados en el Istmo, tiene una sede en Nicaragua y en 2014 también inauguró sus oficinas en El Salvador.
Mes dinámico
El 20 de setiembre anterior, las firmas Batalla Abogados y AFC Tax & Legal dieron a conocer su integración y empezarán a operar como una sola empresa el 1 de enero del 2016, con el nombre de Batalla Salto Luna.
En su caso, la compañía pretende competir con mayor fuerza en Costa Rica y la región con la oferta de servicios como derecho empresarial, resolución de disputas como arbitrajes civiles, legales y de inversión, derecho tributario, derecho público y una serie de prácticas multidisciplinarias de comercio internacional.
Asimismo, los socios invirtieron $2 millones en una nueva sede en La Sabana , y se conformará con un total de 75 colaboradores.
Por su parte, hace un mes, los bufetes Rucavado y Rucavado; Pacheco, Odio y Alfaro, y una parte de FH Legal, se convirtieron en Pragma Legal.
Esta firma se ubicará en Forum 2 de Santa Ana, se conforma de 44 personas, y el fin es consolidar las operaciones que maneja cada una en América Latina y el Caribe, sin perder de vista el servicio tipo boutique o personalizado.
“En nuestro caso, no se trató de una respuesta a la tendencia de uniones, que sí se viene presentando, sino a un convencimiento de que encontramos socios idóneos, que compartían valores y la misma visión”, comentó el vocero Federico Rucavado.
Esta iniciativa afianzó los servicios de hospitality (hotelería), bienes raíces, fusiones y adquisiciones, propiedad intelectual, derecho público y administrativo, arbitraje, litigio y competencia y derechos del consumidor.
Por otra parte, los bufetes Facio & Cañas y Ciber Regulación Consultores anunciaron el 29 de setiembre una alianza para la creación de la división de asesoría estratégica de servicios en telecomunicaciones y energía.
Esta división se encargará, entre otros, de tecnologías, medios y telecomunicaciones (TMT), derecho de la competencia, desregulación del sector de energía e inteligencia de mercados.
Para Mariano Batalla, lo valioso de una unión o alianza no es solo conformar una compañía de mayor tamaño, sino brindar la misma o mejor cantidad de servicios, pero con gran calidad, en diversos ámbitos.
No obstante, se debe tomar en cuenta que una fusión de este tipo conlleva un reto para los involucrados, ya que implica mayor complejidad en el control y gestión de equipos, se requiere unificación acertada en cultura organizacional y en la ideología que se comparte entre los socios.