No es casualidad que Grupo Sur haya decidido trasladar en unos tres años su planta de producción desde La Uruca hasta El Coyol, ni que Grupo Condal proyecte, en esta región de Alajuela, la construcción de un parque logístico de 15.000 metros cuadrados, cuya inversión será de unos $14 millones.
Tampoco sorprende que la multinacional Walmart haya inaugurado en mayo pasado el centro de distribución más grande Centroamérica (de 57.776 metros cuadrados –m²–) e invirtiera $70 millones en la zona.
La lista de nuevas y futuras inversiones en El Coyol de Alajuela es larga y responde a lo que ingenieros, corredores de bienes raíces, funcionarios municipales y empresarios inmobiliarios catalogan como el nuevo eje de atracción de inversiones del país.
No se trata de cualquier imán: allí se han ubicado compañías especializadas en procesos de alto contenido tecnológico y manufactura avanzada que demandan, por consiguiente, personal altamente calificado.
Tico Electronics, por ejemplo, situada en zona franca Bes manufactura piezas y componentes para aviones. Se instaló en 1995 en un espacio de 6.000 m² y, actualmente, cuenta con dos naves industriales, y se prepara para una nueva ampliación de su planta.
¿Las razones? Su gerente general, Marko Mileta, lo explica: la compañía está creciendo un 30% en ventas este año respecto del anterior, motivada por líneas de producción nuevas y expansión de las existentes.
“El principal impulsor de la ampliación es el crecimiento en la demanda de dos nuevos modelos de aviones para los cuales Tico Electronics fabrica componentes, el Boeing 787 Dreamliner y el Airbus A350”.
Pese a la explosión industrial y al vertiginoso desarrollo de la zona, las contradicciones saltan a la vista en torno a si esa nueva riqueza viene aparejada de una adecuada cobertura de servicios públicos, infraestructura de calidad y formación efectiva del talento humano.
La respuesta, según el criterio de la mayoría de fuentes consultas, es sencillamente no.
Lo que ha sucedido –fenómeno que ocurrió en otras zonas como Heredia y Cartago– es que al crecer las empresas y, por ende, la demanda por más y mejores servicios públicos, aumenta también la presión por parte de desarrolladores privados.
En El Coyol, la presencia de parques industriales y la operación de otras empresas arrancó sin tener resuelto antes los accesos y salidas a la autopista.
“Es algo que aún se está resolviendo, pero se sigue teniendo caminos de acceso deficientes, al igual que los servicios de transporte público para los empleados”, afirmó Álvaro Valverde, director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Zonas Francas de Costa Rica (Azofras).
Son flaquezas que abarcan otras regiones cercanas como el distritos Ciruelas que conforma, junto con San José, La Guácima, La Garita y San Antonio, el llamado Corredor Industrial de la Zona de Ciruelas: perímetro alrededor del aeropuerto Juan Santamaría en un radio de tres kilómetros.
El desarrollo impacta también el sector oeste de Ciruelas, donde se ubican Dos Pinos, HB Fuller, zona franca Bes y Gas Zeta. Esta área cuenta con 961 hectáreas y solo se han construido 167, y están reportadas 24 empresas.
Al norte de la autopista Bernardo Soto está Montecillos, otro corredor industrial que registra 10 empresas de importancia, entre ellas, la zona franca Zeta. Este sector posee 170 hectáreas de extensión, 68% sin utilizar aún.
Visión estrecha
La tesis de que se trata de una región con altísimo potencial pero carente de planificación permea fuerte entre los actores de este polo de desarrollo.
Los argumentos giran en torno a la inexistente coordinación institucional, a la falta de voluntad política y a la incapacidad de ejecución. Veamos un ejemplo.
Las solicitudes de recurso hídrico por parte de empresas inmobiliarias comerciales, residenciales e industriales ante Acueductos y Alcantarillados (AyA) se han vuelto un dolor de cabeza.
La desconexión institucional imposibilita realizar inversiones como perforar pozos, mejorar el aforo, almacenamiento y conducción de fuentes existentes o explorar nuevas opciones.
De no resolverse este punto, implicaría que muchas de las inversiones y proyectos en camino se detendrían, emigrarían a otro cantón o, en el peor de los casos, a otros países, advirtió Rafael Solís, presidente del proyecto Alajuela 2015, iniciativa privada que promueve el desarrollo social y económico, del cantón Central de Alajuela. .
En esta iniciativa participan varias empresas y organizaciones como Punto Rojo, Walmart, St. Jude, Boston Scientific, Florida Inmobiliaria, Incae y la Zona Franca Coyol, entre otras.
Sobre este tema, la Municipalidad de Alajuela reconoce que es un problema serio pero admite que se están haciendo esfuerzos para solventarlo.
Las reuniones con el AyA han permitido diseñar un plan de trabajo para los próximos tres años que implica la perforación de dos pozos y la creación de nuevas líneas de distribución que solucionaría el problema para la siguiente década.
Roy Delgado, director de Proceso, Planeamiento y Construcción de Infraestructura de la Municipalidad, admitió que el AyA está negando el agua a todos los sectores e intenta trasladar esos costos (o parte de ellos) al inversionista.
En respuesta, el AyA admite que ha ampliado las líneas de distribución para aumentar la capacidad hidráulica desde Urbanización Bruselas hasta la Zona Franca Coyol, para un total de 3.200 metros de tubería, de los cuales 2.100 fueron financiados por la institución y el resto por la zona franca, detalló Juan Carlos Vindas, director de la Región Central Oeste de AyA
“No existe capacidad hídrica o de infraestructura instalada en la zona, por cuanto el crecimiento ha tenido un comportamiento exponencial desde el año 2010 cuando se habilitó la Ruta 27”, agregó.
Ahora, con recursos no reembolsables del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) se financiará la factibilidad y diseño de las mejoras al abastecimiento de agua potable.
La idea es perforar más pozos y crear una estructura de almacenamiento que pueda atender los desarrollos industriales e inmobiliarios circundantes a la radial de la Ruta 27.
Villalobos dice que la inversión podría rondar los $3 millones y se está considerando un horizonte de crecimiento hasta para el año 2035.
Con el tema eléctrico, las quejas afloran por su costo.
La posición de Alajuela 2015 es que el servicio que brinda el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) resta competitividad a la provincia respecto a zonas donde opera la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) o la Junta Administradora de Servicios Eléctricos de Cartago (Jasec) donde las tarifas son menores.
El ICE no respondió las consultas enviadas por este semanario.
Es un hecho que la camisa le quedó grande al cantón Central alajuelense frente a la avalancha de nuevos parques industriales y de inversión extranjera directa.
El espacio y las condiciones resultaron limitados para ciertos proyectos de gran dimensión, recordó Gabriela Llobet, directora de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).
El crecimiento obligó a obras que no estaban diseñadas inicialmente, entre ellas, la ampliación del puente de El Coyol y sus accesos, la mejora de calles vecinales para facilitar el tránsito vehicular y de transporte, así como para la exportación de productos.
Para nadie es un secreto que Heredia y Alajuela abarcan el 64% de las zonas francas del país y allí nace el 52,4% de las exportaciones por un valor estimado en los $4.470 millones (al tercer trimestre del 2011).
Los datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) revelan que en el país hay 324 empresas activas bajo el régimen de zona franca. De estas, en El Coyol se ubican unas 100.
Lo anterior sin contar grandes empresas que operan allí sin estar cubiertos por los beneficios de zona franca: Dos Pinos, Walmart, Lanco, Laica, Servica, Gollo, Pollo Rey y Florida.
Cuatro veces más carros
La respuesta lógica a este vendaval de empresas y fábricas instaladas en El Coyol es el aumento en el flujo vehicular.
A partir de datos suministrados por la Dirección de Planificación Sectorial del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) se puede inferir que el volumen de vehículos –medido como tránsito promedio diario (TPD)– en la ruta 1 se ha más que cuadriplicado en 26 años.
Mientras en 1987 el TPD era de 6.905, para el 2007 ya era de 31.559 y en el 2010 ya sumaban 32.355, con la consideración de que en el 2011 entró en operación la Ruta 27 y alivianó la carga de la Ruta 1.
La vía a Caldera registró en el 2011 (último año consignado) flujos diarios de hasta 91.000 carros.
Ya existe una propuesta de ordenamiento vial y conversaciones avanzadas entre la Municipalidad y el MOPT para estudios complementarios.
El hecho de que Costa Rica se haya posicionado como un destino para que las empresas internacionales opten por establecer segundas o terceras plantas de producción, es motivo suficiente para priorizar obras viales.
Solo en El Coyol había un puente principal con 35 años de antigüedad y medía solo cuatro metros de ancho. Por allí transitan 5.000 vehículos diarios. El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) instaló primero un puente bailey que luego transformó en uno de dos carriles.
Ahora, contó Rafael Solís, los estudios señalan que para el 2015 será necesario ampliarlo a cuatro carriles. “O sea, está naciendo obsoleto y es falta de planificación de largo plazo”, dijo.
El plan quinquenal municipal en la parte vial contempla la reparación y habilitación de la red cantonal, por ejemplo, la que transita por Indu Park, a través de Siquiares. La idea es que haya tres accesos a la zona.
Plan regulador: nueva visión
Los análisis de demanda industrial les dicen a las autoridades municipales que El Coyol será la zona más dinámica a futuro.
Es una realidad que los ha puesto a correr desde hace tres años para modernizar su plan regulador y que está por terminarse.
El ordenamiento cantonal debe subsanar las deficiencias del anterior ya que se pasó de golpe, de una zona agrícola a una industrial en pocos años y el actual plan tiene limitaciones para extender el área industrial.
La propuesta, explicó Roy Delgado, es crecer hacia el oeste y dar paso a industrias con menor impacto y con tecnologías y procesos más limpios.
Lo anterior pasa por la protección de tres nacientes acuíferas a través de planes de reforestación y la prohibición de construcciones en un radio de 200 metros.
Se han identificado cinco zonas: industrial pesada; industrial con limitaciones (más hacia centros de oficinas y empresas pequeñas o de servicios); de servicios logísticos, oficina y bodegas –alrededor del aeropuerto–, y zona comercial (con bodegas y oficinas). Esta última se encuentra alrededor del aeropuerto en el noroeste del Hotel Hampton Inn y hacia Río Segundo.
Finalmente, está la zona de comercio y servicios para zona industrial.
Se está creando un lugar para fomentar la creación de emprendedores y negocios pequeños como talleres y manufactura menor sin que tengan que pagar tanto por la tierra.
Es un plan regulador pensado para soportar las nuevas inversiones en agenda.
Algunas de ellas son ampliaciones de operaciones existentes, otras son nuevas.
Entre las primeras destacan, además de Tico Electronics, Sterigenics (de esterilización de dispositivos médicos), que inició funciones en el 2010 y ya anunció que ampliará planta para incorporar tecnología en rayo de iones.
Al Coyol Free Zone le interesa también ampliarse.
En el segundo grupo destaca el centro de tecnologías limpias que pretende levantar General Microcircuits por una inversión de $3 millones y una contratación estimada de 150 personas.
Fuentes confidenciales comentaron que también se está tramitando un nuevo parque industrial.
Otro grupo de firmas trasladarán sus operaciones allá. EF supo que Químicos Holanda (fundada en 1978) y cuya sede principal está en Heredia gestiona su traspaso allá. Lo mismo podría suceder con Punto Rojo y Pastas Roma.
Empresas ávidas de talento humano
Carencias: El Proyecto Alajuela 2015 considera estratégico el tema de educación y formación de capital humano. Advierte que se está llegando a un punto en que empresas no consiguen el personal requerido, es decir, hay escasez de capital humano calificado. Para la organización, la demanda de mano de obra, la oferta educativa y el sistema educativo, en general, no están alineados a las necesidades del sector productivo.
INA: El Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) tiene una sede en El Coyol y gracias a esfuerzos interintitucionales está impartiendo especialidades de plástico, metalmecánica y mecánica de precisión, que son áreas de alta demanda por las industrias a de la zona.
TEC: El Instituto Tecnológico de Costa Rica de Alajuela es la única universidad que imparte el nuevo programa técnico en metrología, formación que es demandada por las empresas de manufactura tecnológica.
Universidad: La Universidad Técnica Nacional ha tomado un papel de liderazgo en la formación técnica y profesional. Tiene más de 4.000 estudiantes y 95% de ellos de zonas cercanas.
Fuente Consultas de EF.