
El país está logrando atraer empleos en medio de la pandemia y a pesar de la tasa de desempleo en números históricos, 24% de acuerdo con la última Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), este podría ser un momento para conseguir trabajo.
Sin embargo, no basta con aplicar. En el mar de currículos que reciben las empresas reclutadoras y las oficinas de recursos humanos, solo algunos logran pasar el primer filtro. Lograr destacar lo suficiente es lo que hará que una persona pueda continuar en un proceso de contratación. Para esto hay estrategias que van dejando atrás los títulos universitarios y se centran más en las competencias.
Hoy gran parte de las empresas no contratan a una persona por ser graduado de una carrera en específico, de acuerdo con Vanessa Gibson, directora de Clima de Inversión de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde). Aunque es siempre un punto importante en un currículo, las personas deberán empezar a replantearse y ser innovadoras en el mismo proceso de colocación en el mercado laboral.
Mientras los puestos más buscados siguen llamándose igual, lo que ha cambiado es el fondo. Lo que pide cada uno sí ha evolucionado y cada vez se desligan más del conocimiento tradicional.
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Por ejemplo, un puesto de ejecutivo de cuentas por pagar sigue llamándose igual. La diferencia está en que es un ejecutivo que hoy debe saber utilizar una herramienta de robótica que hace el proceso transaccional. Lo que le corresponde no es hacer las sumas, sino supervisar ese proceso, validarlo, resolver los problemas que surjan.
Es decir, mientras el robot procesa las cuentas, la persona es la que debe tener el criterio de si lo que se aplicó en la transacción corresponde o no a lo que se debería hacer. Cambia la aplicación del conocimiento.
¿Qué priorizar?
Si se tiene que mirar hacia las competencias, el escenario de posibilidades es amplio, tal vez demasiado. Sin embargo, hay algunas que son transversales en cualquier trabajo.
“Estamos en un mundo de decir qué es lo que se hacer, cómo y ojalá tener una certificación que lo demuestre”, lo resume Gibson.
Estas son algunas de las competencias más solicitadas y cómo demostrar que se tienen.
Conocimiento digital: Es una de las competencias más importantes, de acuerdo con Gibson. Es el manejo de más de una tecnología. Se puede evidenciar a través de certificaciones que van desde leguajes de programación hasta el manejo de Redes Sociales.
Segundo idioma: Es un requisito fundamental en cualquier búsqueda de trabajo. Aunque lo primero que se viene a la mente cuando se habla de un segundo idioma es el inglés, no es el único.
El portugués surgió en los últimos años como una opción cada vez más fuerte. Tiene la ventaja de que es más fácil de aprender para una persona cuya lengua materna es el español.
De acuerdo con Isaura Rodríguez, encargada de desarrollo de negocios de DO Gestión de Talento, aprender portugués para garantizar el segundo idioma, aunque aún no se maneje correctamente el inglés, es una estrategia que igualmente abre puertas.
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Las pruebas de idioma BELT, son una opción para indicar el nivel específico de conocimiento del idioma en las distintas áreas.
Resolución de problemas: No importa que tan básico sea el nivel del empleo, las empresas están buscando capacidad de plantear y resolver problemas. Saber hacerlo puede marcar la diferencia entre un aspirante a un puesto y otro. Una opción para demostrar este conocimiento es una certificación de problem solving.
Resiliencia: De acuerdo con Gibson, las empresas buscan personas que se adapten a los cambios y ajusten las condiciones necesarias.
Trabajo en equipo: Trasciende el llevarse bien con los compañeros. Las empresas buscan que la persona sea capaz de trabajar con otros profesionales de distintas áreas y de distintos países. De acuerdo con Rodríguez, los trabajadores que más rotan en las organizaciones son los que no mantienen buenas relaciones. Son los que más fácilmente aparecen en la lista de personas prescindibles.
Las certificaciones técnicas son otro plus generalizado, por ejemplo, áreas como agile, design thinking o gestión de proyectos son sumamente atractivas en el mercado laboral, todas con cursos y certificaciones disponibles en Internet.
Por sector

Tecnología: Es el área en el que más énfasis están poniendo las empresas y no solo en las compañías de tecnología. La pandemia aceleró los procesos de digitalización e hizo que los conocimientos en esto sean aún más deseados.
La ventaja es que no es necesario ningún máster. Por ejemplo, puestos como el de técnico medio en desarrollo web o técnico medio en desarrollo de software, son accesibles después de una inversión de tiempo y estudios corta.
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El servicio al cliente especializado en resolución de problemas tecnológicos es una forma de insertarse en el esquema laboral y de ahí ir creciendo en un área muy competitiva, con muchas opciones laborales y ofertas salariales atractivas, de acuerdo con Rodríguez.
Las certificaciones son el respaldo en esta área. Aprender lenguajes de programación y la ciberseguridad dan muchas opciones de trabajo.
Una de las habilidades más deseadas es el segundo idioma que no solo abre las puertas a más trabajo, sino que incrementa el salario.
Sin embargo, ya el perfil del área tecnológica no es el mismo. Ahora aspectos como la comunicación asertiva, saber seguir procesos y un nivel de organización bueno son fundamentales. Son puestos que requieren llevar controles y reportes.
Aprender lenguajes de programación abre las puertas. No es una carrera donde necesariamente se pida el título universitario.
Servicio al cliente: es otra área amplia con nuevos puestos abriendo de manera constante. La experiencia en ventas es sumamente valiosa para este perfil. Por ejemplo, en el área de los shared services, o servicios compartidos, se mezclan las habilidades técnicas con las profesionales, permitiendo que la persona tenga una escalera laboral amplia, una vez que logra entrar a una empresa.
Certificaciones contables o en finanzas abren la posibilidad de crecer en este tipo de empleos. “La persona puede ir aprendiendo en el camino, estudiando mientras trabaja y el mismo empleo le ofrecerá los puestos posteriores, sobre todo cuando son empresas multinacionales grandes”, explicó Rodríguez.
La inteligencia emocional es una competencia diferenciadora en esta área y es algo que se puede certificar. También hay cursos y certificaciones rápidas de servicio al cliente. Incluso desde algunos colegios técnicos es posible especializarse en esta área.
Otra posibilidad para diferenciarse es certificar, por ejemplo, el manejo de Office. También existen opciones más específicas que pueden sumar mucho a un perfil como SAP o los distintos sistemas de Oracle, sin embargo, son certificaciones más caras.

Producción: Particularmente la industria médica ha visto crecer sus puestos de trabajo de producción en medio de la pandemia. El camino dentro de esta área también permite escalar, desde operarios hasta procesos más específicos como seguridad, gestión e ingenierías.
Hay cursos de línea de calidad e inocuidad en líneas de producción que hacen destacar los perfiles laborales. Estos mismos cursos no solo ayudan en el afán de conseguir un empleo, sino que funcionan para escalar a puestos más altos, por ejemplo, supervisores de calidad.
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Ventas: En esta área es fundamental conocimientos y habilidades de servicio al cliente, pero también es importante saber de números. Ambas son áreas certificables con cursos en línea.
Certificaciones en neuroventas o en inteligencia emocional son importantes para hacer destacar el currículo sobre la competencia. Además, cursos básicos contables, con los que se aprendan aspectos como calcular un margen, presupuestos o dar proyecciones, dan valor agregado al vendedor. Excel es otra herramienta fundamental con múltiples opciones para certificarlo.
Una opción para crecer en esta área podrían ser cursos de liderazgo o manejo de personal. También marketing o ventas en redes sociales amplía el perfil y lo hace más deseable.
Currículo
Después de lograr colocar competencias y certificaciones buscadas por las empresas, un currículo tiene que decir, qué sabe hacer la persona y cómo lo hace. Ya no es un relato cronológico ni mucho menos una historia de vida.
Hay algunas áreas específicas que son necesarias dentro de esta carta de presentación. Primero la información personal. No debe ser tan amplia. Con el nombre y la información de contacto es suficiente, de acuerdo con Rodríguez.
Después se debe incluir un contexto académico. Ahí se detallan los estudios alcanzados y las certificaciones. La experiencia laboral es importante, pero si no existe, igual se puede rellenar con trabajos universitarios, de colegio y experiencias personales que ejemplifiquen qué sabe hacer la persona. En esta parte es imperativo explicar de forma resumida los roles desempeñados en cada experiencia y las funciones realizadas.
Finalmente se especifican otros conocimientos, como los idiomas o cursos extra con los que se cuenten.