Disminuir o mantener los costos de distribución resulta una tarea cada vez más difícil para las compañías que operan en Costa Rica debido a la complejidad de circular por las carreteras dentro o fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM). Sin embargo, existen una serie de acciones que podrían ser de ayuda.
Antes de entrar en detalle sobre qué pueden hacer las compañías es importante dimensionar el problema vial del país y cómo este afecta el desempeño del sector empresarial.
El Proyecto Estado de la Nación (PES) del 2018 señala que Costa Rica es uno de los países latinoamericanos con más vehículos por 1.000 habitantes (231 unidades), solo superado por Argentina (315) y México (278). El Pes también hizo mención a este problema en el 2019.
El informe también destaca que los principales corredores viales de la GAM son insuficientes para recibir, en promedio, los 5.000 vehículos pesados que circulan por ellos cada día. Además, la conexión de la zona central con otros lugares del país se hace a través de vías con limitada funcionalidad para el transporte de mercancías: con un solo carril por sentido, pendientes fuertes y prolongadas.
“La infraestructura vial de Costa Rica es escasa y en malas condiciones, esto impide una distribución rápida y rentable (...). Se debe tener claro que uno de los factores que más aumentan los precios de los productos es la distribución”, explicó Guillermo Varela, director ejecutivo de GS1 Costa Rica.
Bajo estas condiciones es importante que las compañías analicen constantemente sus procesos de distribución e implementen iniciativas que mejoren su desempeño económico y de paso ambiental. EF conversó con GS1, Florida Ice & Farm (Fifco), Coca Cola Femsa y Detektor, sobre cuáles son algunas prácticas recomendables.
Para la organización liderada por Varela, es importante que el negocio sepa de la política de aprovisionamiento de sus clientes para así generar rutas constantes (recordando bajar costos y aumentando eficiencia), así como que propicien alianzas estratégicas para manejar un solo camión con diferentes cargas y así aprovechar una misma ruta de distribución y compartir costos.
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Un ejemplo de esa última práctica es la implementada por Fifco y Cemex ya que desde hace cerca de un año los camiones de la cementera, que antes regresaban vacíos desde San José a sus centros de distribución en Nicoya y Puntarenas, ahora llevan productos al centro del grupo dueño de Cervecería y Florida Bebidas.
A octubre, llevaban 62.292 litros de diésel ahorrados y una baja de 165.938 kilogramos de dióxido de carbono.
Otras de las iniciativas que implementa Fifco es el uso de drop yards (predios o patios de maniobra) o cross docks (trasiego de producto de un camión a otro), así como planeación de rutas vespertinas y nocturnas para evitar congestión vial o bien restricciones vehiculares o municipales.
La firma tiene 330 camiones y una flota vehicular de 40 unidades para carga liviana.
El uso de herramientas tecnológicas también debe ser una variable permanente dentro de la fórmula para tener procesos de distribución eficientes. Coca Cola Femsa, por ejemplo, usa una plataforma digital que permite la optimización de recorridos, maximizar la carga, disminuir el consumo de combustible y bajar la cantidad de unidades en servicio.
Dicha iniciativa se complementa con carga compartida con otras categorías para aprovechar al máximo la capacidad del camión y, además, en setiembre de este año iniciaron un plan piloto con dos carros eléctricos para conocer su autonomía real, la adaptabilidad para su operación, los costos reales de mantenimiento y de combustible y así, validar la factibilidad de migrar en el corto plazo a más vehículos de ese tipo.
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Coca Cola Femsa tiene 344 vehículos activos en Costa Rica entre automóviles, camionetas y camiones. Cuenta con más de 31.000 detallistas, 135 rutas de distribución y 150 rutas de preventa en todo el territorio nacional.
En línea con el aprovechamiento de herramientas tecnológicas, Detektor es una de las compañías que ofrece sistemas que permiten reasignar prioridades de entrega en tiempo real y verificar que todos los clientes se visiten. Además, pueden monitorear desde cuánto tardan los camiones en cada punto de entrega hasta los hábitos de conducción de los choferes.
“Una adecuada planificación de las rutas no solo traerá consigo un impacto cuantificable en los costos de operación, sino que ayuda a las empresas a mejorar la satisfacción de los clientes y a garantizar que los productos siempre lleguen a tiempo a sus destinos”, destacó Luis Diego Trejos, gerente general de Detektor.
Es importante que su empresa analice constantemente su proceso de distribución y recuerde considerar variables como cantidad, tipos de clientes, disponibilidad de la flota, carga promedio por cliente y por zona de distribución, condiciones geográficas y socioeconómicas de las zonas de entrega, rutas de acceso, condiciones climáticas y hasta eventos especiales.
Errores al establecer rutas
1. Encargar la logística de distribución a una sola persona: Si este empleado se marcha de la organización, sería necesario volver a montar toda la estructura.
2. Planificación manual: El diseño de las rutas es un proceso que toma mucho tiempo. Con la automatización, en cambio, es posible establecer los planes en cuestión de minutos.
3. Poco o nulo control sobre las flotas: Es común que los choferes se desvíen de las rutas asignadas, generando así mayores tiempos de entrega y gastos de combustible.
4. Dificultad para reasignar prioridades sobre la marcha: Accidentes de tránsito, embotellamientos o daños en las vías podrían provocar contratiempos y que los camiones no lleguen a tiempo a la entrega o recepción de productos.
5. Repetición de zonas: Cuando las rutas se establecen de forma manual, aumenta la probabilidad de que haya más de un camión en una misma región geográfica, generando así costos adicionales.
Fuente: Detektor.