El organismo británico que regula las auditorías anunció el martes 1 de octubre la apertura de una investigación sobre las cuentas del turoperador Thomas Cook, una semana después de su quiebra, ocurrida tras muchos meses de graves dificultades financieras.
El Financial Reporting Council (FRC) informó en un breve comunicado que su investigación se centrará en la auditoría realizada por el gabinete EY sobre las diferentes publicaciones financieras del grupo publicadas durante el ejercicio 2017-2018.
Al término de estas pesquisas, el FRC podría imponer una sanción o llevar el caso ante la justicia.
La quiebra de Thomas Cook ya es objeto de dos investigaciones, una por parte del liquidador público a petición del ministro de Empresas y la otra lanzada por la comisión parlamentaria sobre asuntos económicos que interrogará a los exdirectivos y auditores.
La repentina quiebra de Thomas Cook el 23 de setiembre de madrugada desató numerosos interrogantes sobre su gestión en los últimos años, en que el grupo multiplicó las advertencias sobre resultados y vio desplomarse sus acciones en la bolsa.
En el momento de su quiebra, la tesorería de Thomas Cook presentaba un importante agujero, lo que llevó a sus acreedores a pedir un financiamiento adicional de $250 millones, para garantizar su supervivencia, y la aplicación de un plan de reestructuración por el grupo chino Fosun.
Dos tercios de los turistas británicos que se encontraban en el extranjero hace una semana con viajes de Thomas Cook habían sido repatriados el lunes, mientras el consejero delegado del turoperador defendía su gestión en los medios.
Unos 106.000 viajeros residentes en el Reino Unido, de los 150.000 que habían sido sorprendidos por la noticia, fueron repatriados en el marco de una masiva operación lanzada por la Agencia de la Aviación Civil británica (CAA), anunció la CAA.
La mayor operación de repatriación organizada en tiempos de paz por las autoridades británicas, con más de 1.000 vuelos previstos, debe durar hasta el 6 de octubre.
Mientras tanto, el consejero delegado del grupo, Peter Fankhauser, defendió en la prensa británica el domingo su acción a las riendas de la empresa y las elevadas remuneraciones que él y otros de los principales directivos cobraron en los últimos años.
“Hice todo lo que pude para salvar la compañía”, afirmó en el Daily Mail.
Desde la quiebra, se multiplicaron las críticas, especialmente procedentes del mundo político, contra los $24,6 millones recibidos en los últimos años por los dirigentes de Thomas Cook, entre ellos Fankhauser.
Sobre los $10,2 millones que él cobró personalmente, Fankhauser aseguró al Daily Mail que la mitad eran acciones que no utilizó y que ya no valen nada. Y subrayó que estos niveles de remuneración no son “escandalosos” en comparación con los de los otros directivos de las 250 empresas del FTSE, en índice selectivo de la bolsa de Londres.
Efectos en España
Cientos de hoteles se enfrentan a un cierre inmediato en España tras la quiebra, advirtió el 30 de setiembre el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).
“Hay 500 hoteles que van a cerrar de forma inmediata por la quiebra de Thomas Cook, y la situación puede empeorar si el Ejecutivo no toma medidas de forma inmediata”, declaró Juan Molas, presidente de la confederación, en una entrevista con el diario económico Cinco Días.
El total de impagos que deja la quiebra de Thomas Cook en España supera además la estimación inicial de $218,7 millones, puntualizó Molas, cuya confederación aglutina a unas 15.000 empresas.
“Será mucho más. Sólo la suma de ocho cadenas roza los 100 millones de euros ($109,4 millones). Creo que superará con creces esa cifra”, declaró el directivo.
De entre los hoteles que se arriesgan a un cierre inmediato, 100 dependían exclusivamente de Thomas Cook, precisó Molas. El resto recibían del touroperador británico entre el 30 y el 70% de sus clientes.
Un hotel, por ejemplo, en Fuerteventura, en las islas Canarias, efectuó recientemente una reforma de $21,9 millones. Ahora se encuentra con que “tiene 700 habitaciones abiertas que van a estar vacías el 7 de octubre, y va a tener que despedir a sus 200 trabajadores porque no tiene margen para buscar alternativas”, añadió Molas.
Los destinos más castigados en España son las islas Canarias y Baleares, con un 40% de los hoteles afectados.