Sidney. Pocos días antes de Navidad, el gigante estadounidense del internet, Amazon, desembarcó este martes 5 de diciembre en Australia haciendo temblar al comercio minorista local que lucha por reducir costes y aumentar su oferta en línea.
La llegada a este país-continente del mastodonte (antiguo vendedor de libros en línea convertido en una de las mayores empresas del mundo) amenaza a un apático mercado local, debido a la prudencia de los consumidores y el escaso crecimiento de los salarios.
Amazon propone a los consumidores “millones” de productos de marcas australianas populares. Algunas pequeñas y medianas empresas australianas ya están presentes en Amazon Marketplace, que permite a otros distribuidores vender en el sitio del gigante estadounidense.
La venta en línea solamente representa entre 8% y 13% de las ventas totales en Australia, lo que significa un potencial de crecimiento estimado en unos 300.000 millones de dólares australianos anuales ( 192.000 millones de euros, $226.000 millones).
“Creemos que la llegada de Amazon a Australia será seguramente un éxito”, declararon los analistas de UBS. Australia “es un mercado atractivo, donde la venta en línea está sub-representada”.
Según Kim Do, analista de IBISWorld, es probable que el gigante estadounidense sea capaz de absorber sus pérdidas iniciales e incremente su cuota de mercado, en detrimento de sus competidores locales.
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Varias empresas australianas de primer plano ya han sucumbido a las ofensivas de gigantes extranjeros como el japonés Uniqlo o el francés Sephora, mientras otros han tenido que reducir su red de tiendas físicas.
Pese a todo, la Asociación australiana de venta al por menor saludó estos cambios a través de su director general, Russel Zimmerman, quien destaca que Amazon ofrece una nueva plataforma para vender sus productos.
“Con más de 300 usuarios activos presentes ya en Marketplace, la mayoría de los minoristas australianos lo ven como un canal suplementario para vender sus productos” asegura.
Pero no todo será color rosa para Amazon, advierten algunos analistas, que aluden al complicado acceso a la banda ancha en el país y al tamaño mismo de Australia.
“Uno de los factores que explica que Australia esté retrasado respecto a otros países (para desarrollar el comercio electrónico) es la debilidad del acceso a la banda ancha”, según el gabinete BMI Research.
Los abonos a la banda ancha representan en Australia 57,3% de las personas, llegando a 60% en 2021, cuando en Singapur en esa fecha será del 75,3%, según BMI.
“Los plazos mayores de entrega debido a la talla del país, y en consecuencia los costes de entrega más altos, no son de buen augurio para el éxito de una empresa de e-comercio”, agrega.
Amazon, nacido en Seattle en 1995, no ha parado de diversificarse. Está presente en múltiples categorías de la venta en línea, pero también en supermercados bio, altavoces conectados, películas en streaming, o en el “cloud” (almacén de servicios web desmaterializados).
Es una de las empresas más rentables del planeta, junto a otros gigantes estadounidenses de la tecnología, como Apple, Facebook y Alphabet, matriz de Google, con un beneficio de $256 millones en el tercer trimestre de este año.