
A pesar de manejar segmentos diferentes del mercado y otras características que podrían volverlos más eficientes y rentables, lo cierto es que los pequeños alojamientos tipo bed & breakfast (B&B) la están pasando mal.
Los bajonazos sentidos en sus ganancias no solo son producto de la crisis mundial, que afecta a toda la industria turística desde hace cuatro años, sino del estancamiento del país.
Se estima que solo en San José han cerrado al menos 10 establecimientos de este tipo.

A este elemento se suma otra preocupación: un proyecto de ley que crea un nuevo canon a los hoteles.
Sin embargo, no hay una idea clara de cuán grande es esta industria.
Pareciera que en esta categoría todo se reduce a estimaciones, empezando porque el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) no tiene una base de datos ni un listado para esta categoría. Tampoco fue posible conocer la opinión de algún funcionario sobre el estado de situación de estos negocios.
Es a partir del conocimiento que tienen autoridades privadas del sector, entre ellas, la Red Nacional de Pequeños Hoteles de Costa Rica (Renaph) y de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH), con el que se puede inferir que han sido muy afectados por la coyuntura económica.
“En los últimos años no han logrado sobrevivir porque los hoteles han bajado demasiado sus tarifas, hasta no medir su punto de equilibrio. Es entonces que los turistas prefieren llegar a hoteles con más comodidad que un bed & breakfast ”, admitió Jane Lemarie, presidenta de la Rednaph.
Esta red está conformada por 400 hoteles desde 5 hasta las 50 habitaciones.
Dos escenarios
Silvia Jirón, administradora del complejo Tres Gatos Vegetarian, ubicado en La Fortuna de San Carlos, admite que la situación no es buena. Hay pocos clientes, detalla, y debido a la competencia excesiva, muchos hoteles han bajado precios y les quitan clientela. Sabe de alojamientos cuyos precios llegan a $8.
Hace siete años, cuando comenzamos, dijo Jirón, la situación era mucho mejor porque había menos competidores y todas las categorías podían operan con públicos respectivos.
Ahora poco pueden hacer. Tres Gatos Vegetarian opta por colocar rótulos y hacer una publicidad modesta en los alrededores. Sus precios van desde los ¢10.000 o ¢15.000 ($20-$30) por persona por noche en el caso de nacionales y unos $10 más para extranjeros.
Jirón reconoció que en La Fortuna algunos negocios similares han cerrado o han cambiado de dueños.
El problema para Casa 69, un pequeño hotel situado en Barrio La California, en San José, no son los precios, ni la competencia ni los hoteles instalados en las cercanías.
Su dueño, Dana Janina lo resume en calles sucias alrededor, basura por todos lados, bares cercanos y una policía que no acude cuando se les llama.
El hotel opera desde hace nueve años y cuenta con 10 habitaciones. Sus tarifas oscilan entre los $40 y $50 la noche.
“La demanda no es mala, tampoco diremos que es buena; tenemos un nombre y una marca de muchos años”, contó Janina.
Una búsqueda en Internet revela que, en general, los precios de los B&B van desde los $39 hasta los $100 la noche en el caso de negocios muy pequeños y hasta $200 cuando son medianos y están en zonas de alta demanda y de precios mayores, como Tamarindo o Jacó.
Algunos de ellos están en venta y aparecen en sitios web de bienes raíces. Por ejemplo B&B Dominical, construido en el 2007, con 10 habitaciones y a 150 metros de playa Dominical se ofrece en $699.000.
B&B Palo Seco, situado en la isla del mismo nombre, fundado en 1995 y con 10 habitaciones se cotiza en $1.350.000. El Escazú Hotel B&B también está en venta: tiene cinco habitaciones, está en una propiedad de 874 metros cuadrados y el valor es de $500.000.
Así hay otros por el estilo –la mayoría hoteles pequeños– en el Valle Central, Guanacaste, Puntarenas y Limón.
A criterio de Flora Ayub, directora ejecutiva de la Cámara de Hoteles, no todo es culpa de la crisis.
Ella cree que muchos de estos pequeños alojamientos enfrentan dificultades porque están administrados por familias con poca o nula experiencia en turismo y no tienen capital para promocionarse a escala internacional o nacional.
A lo anterior, se suma la ausencia de los estándares de calidad requeridos.
Ayub descarta que estén siendo desplazados por lo hoteles que se han ido ubicando en los centros de ciudad porque los B&B están enfocados en un mercado específico y no compite con hoteles medianos o grandes de ciudad.
Con ella coincide Lemarie quien agregó que están localizados en todas las ciudades a bajos costos, donde existe afluencia del mercado de aventura, de manejo de idiomas y donde hay más concentración de jóvenes.
Hasta el momento, el único alojamiento tipo B&B que está afiliados a la Cámara de Hoteles es Kaps Hotel B&B ubicado en Barrio Aranjuez, cerca de la iglesia Santa Teresita; anteriormente también fue miembro La Sabana B&B.
Oposición a proyecto de ley
Ahora se suma una nueva preocupación: la eventual aprobación del proyecto de ley 18.251 que pretende garantizar la consolidación, mantenimiento y financiamiento de los parques nacionales a partir del cobro de un canon a los hoteles.
La idea, según su promotor, el diputado José María Villalta, es distribuir el impuesto de $15 que ya se cobra a los hoteles y que va al ICT para la promoción entre esta entidad y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinac).
Se propone tomar la mitad de lo recaudado al pago de expropiaciones adeudadas y proteger así áreas silvestres, dedicarlo a obras de infraestructura y mejorar los servicios de parques nacionales.
La posición de Rednaph, del programa de asistencia a pequeños hoteles de Centroamérica y del ICT es que toda la promoción turística a escala internacional la realiza el ICT y debido a que el turismo se ha visto tan afectado por la crisis, una reforma de este tipo, significará la ruina segura.
Lemaire aseguró que un cambio de esta naturaleza en el presupuesto del ICT para promoción, implicaría la imposibilidad de muchos pequeños hoteles de seguir adelante.
Lo anterior se uniría al despido de personal y a la desestabilización de 170.000 puestos de trabajo en la industria turística.
La Rednaph propone, en su lugar, un aumento de $1 en el impuesto de salida del país y la transferencia del 1% de parte de algunas instituciones públicas. El proyecto de ley aún está en estudio.