La tienda de telas, Almacén La Ópera, abrió una nueva tienda en Avenida 10 en San José.
La historia de esta icónica marca que tiene 84 años de vida en el país se remonta a 1938, cuando León Rubinstein y su esposa Lola, llegaron a Costa Rica con el objetivo de huir de la guerra en Polonia, e iniciaron su negocio Almacén La Ópera, en Calle 4, Avenida 3 y 5 en San José.
La empresa inició con la venta de telas, y luego se convirtió en fábrica de pijamas y camisas.
Hoy, esta compañía se dedica a la importación y comercialización de telas y accesorios para la confección de prendas de vestir.
Entre sus objetivos se encuentra apoyar al emprendedor nacional al facilitarles la materia prima.
“Nos ilusiona tener esta nueva apertura de tienda y seguir sirviendo de manera integral y profesional a nuestros clientes de muchos años, en un espacio más amplio que, además, contará con la oportunidad de ofrecerle a modistas y sastres que son pyme, nuestras instalaciones para que atiendan a sus clientes de la mejor manera y puedan trabajar los diseños que tengan en camino. Este mercado fue muy golpeado por la pandemia y muchos debieron cerrar sus talleres, por eso aquí en La Ópera podrán encontrar ese servicio para ser aliados de sus negocios”, afirmó Gil Porat Rubinstein, presidente de la compañía.
Para La Ópera, la clave para mantenerse vigente luego de más de ocho décadas de existencia, es lograr un equilibrio entre el pasado y las nuevas tendencias, así como consolidar el conocimiento adquirido en la industria y responder a las nuevas necesidades de las pymes y diseñadores nacionales.
“En estas décadas siempre hemos caminado de la mano con la tecnología, bajo la clara visión de ofrecer materia prima de primera calidad y las soluciones para su mejor aplicación. Contamos con impresión de telas personalizadas para diseños especiales bajo estándares ecológicos e innovadores (...). Como un servicio simbólico para los diseñadores visitantes que usan nuestros servicios, ofrecemos la máquina fusionadora textil, capaz de unir piezas cortadas de tela y de fusión en caliente, para acabados de alta gama”, agrega Porat.
Cambios en la industria textil
El negocio textil sufrió en los últimos años por la voraz competencia que existe con la llegada de nuevas tiendas y marcas a bajos precios que facilitan la compra de prendas, en lugar de pagar por su fabricación.
Otro jugador en este segmento es La Gloria, tienda que desde el 2004 frenó la venta de telas conducido por la reducción del sector costurero; de esta manera la tienda se desprendió de una parte de su historia. Sin embargo, los ajustes en su portafolio no dejaron fuera los uniformes escolares que también alimentaron el músculo de la compañía que desde sus orígenes se cataloga como tienda departamental.
“A principios del 2000 (arranque del nuevo siglo) pasamos una situación complicada financiera a lo interno de la empresa y nos agarró en una época que la situación mundial no estaba tan caótica y gracias a Dios pudimos salir adelante; entramos en un convenio preventivo de acreedores en ese momento”, relató a EF Juan Carlos Crespo, gerente de La Gloria, en una entrevista realizada en julio de este año.
La Gloria no es la única tienda centenaria departamental que dejó de ofrecer uno de sus productos distinguidos; Yamuni, con 121 años, se sumó a la eliminación de su sección de telas. Bajo esta modalidad de tienda hay casos que mantienen la oferta de telas dentro de su catálogo como Pague Menos, pero el departamento representa menos de la mitad del área comercial.