Toulouse, Francia. Para los pasajeros, el A380 se siente diferente de inmediato: espacioso, suave y extrañamente elegante para un avión tan colosal. Sin embargo, para Airbus es una carga tan gigantesca que dejará de producirlo: simplemente este superjumbo es demasiado grande para venderse.
El director general de Airbus, Tom Enders, reconoció que la aeronave, creada para cubrir una demanda de 800 pasajeros que nunca se materializó, es un producto equivocado en el momento equivocado.
A menos de 14 años de su primer vuelo, el A380 se quedará aparcado y solo se completarán 17 más (a finalizar en 2021).
La aerolínea Emirates –el cliente más leal de la compañía francesa– dijo que ante la salida del A380 comenzará a usar aviones menos grandes como el A350 y A330, para lo que llegó a un acuerdo con Airbus valorado en $21.400 millones.
Uno de los primeros pilotos del superjumbo, Claude Lelaie, dijo que el avión será recordado por romper las barreras de la aviación como lo hizo en su momento el supersónico Concorde.
“Ambos hicieron historia y permitieron el progreso, el progreso tecnológico (…). Estos son negocios, uno tiene que asegurar el éxito de la compañía”, añadió Lelaie.
La decisión ya tuvo un costo de €463 millones (alrededor de $523 millones) en pérdidas en 2018, apuntó Airbus.
El fabricante, que es una de las empresas más importantes de Europa, se prepara para afrontar una grave interrupción en su producción intracontinental ante una salida posiblemente caótica de Gran Bretaña de la Unión Europea el próximo mes.
El final del joven, aunque icónico avión, es un alivio para su rival Boeing y un simbólico tropiezo para Airbus. “Esta es una decisión dolorosa para nosotros, hemos invertido mucho esfuerzo, muchos recursos, mucho sudor, pero tenemos que ser realistas”, indicó Enders.
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Pese a esto, Airbus anunció también este jueves un incremento del 29% en su utilidad total el año pasado y los analistas consideraron que la demanda global es suficiente para superar la pérdida del superjumbo.
Richard Aboulafia, analista en el Teal Group de Washington y uno de los primeros detractores del A380, apuntó que la desaparición del modelo era inevitable.
“Gracias a la fortaleza del mercado en este momento y a la fortaleza de los otros productos de Airbus, el daño no tendrá un gran impacto en la industria. Boeing lleva mucho tiempo sin preocuparse por el A380 como un factor competitivo”, explicó Aboulafia.
Airbus reportó una ganancia neta de €3.100 millones el año pasado, frente a los €2.400 millones de 2017. Además de las pérdidas del A380, reveló una carga de €436 millones del A400M, usado por varios ejércitos europeos.
La empresa prevé beneficios similares para 2019, en línea con el crecimiento de la economía mundial y del tránsito aéreo.
Sindicatos en Gran Bretaña, España y Francia temen por los 3.500 puestos de trabajo que podrían verse afectados con el cese de fabricación del A380.