La parálisis aérea no tiene alivio en el horizonte cercano. Mientras algunas aerolíneas empiezan a hacer amagos de reinicio de actividades, lo cierto es que las restricciones de los gobiernos parecen mantenerse, al menos, hasta mayo.
Centroamérica no es la excepción. El impacto en las principales aerolíneas de la región es considerable. Compañías como Avianca, Copa y Volaris no solo vieron sus vuelos reducidos sino que se enfrentan a un mercado de fronteras cerradas.
El golpe es global. El gobierno de Estados Unidos está ofreciendo a las aerolíneas un paquete de ayuda económica de $25.000 millones, pero se prevé que el daño al sector sea a largo plazo. Los analistas creen que podría tomar cinco años antes que la industria se recupere por completo, según recopiló la agencia AP.
¿Para cuándo?
“Debido a la crisis por el coronavirus que atraviesa la región, nuestras operaciones están suspendidas hasta el 1.º de junio”, anuncia en su página web la Compañía Panameña de Aviación (Copa Airlines). Es una fecha que ya han tenido que mover hacia el futuro.
Copa había tenido un 2019 positivo. Las ganancias de la compañía el año anterior superaron los $247 millones, en comparación a los $81 millones del 2018, pero el 2020 trajo el COVID-19.
La aerolínea tiene viajes a 80 destinos distintos en 33 países. De momento, todos pausados. “Hemos suspendido nuestras operaciones de manera temporal, lo cual implica que hemos cancelado todos los vuelos durante ese período”, detalla la compañía en su página.
Después de una serie de rumores, la compañía tuvo que desmentir que hubieran solicitado $700 millones al Gobierno de Panamá para enfrentar la crisis por el coronavirus. “La aerolínea está tomando medidas que le permitan sobrellevar la situación por sus propios medios”, explicaron a través de un comunicado de prensa.
Copa aporta el 14% del Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá y genera cerca de 240.000 empleos, según datos de la misma empresa. La aerolínea dejó de volar a Costa Rica el domingo 22 de marzo.
En el caso de la colombiana Avianca, con centro de conexión en El Salvador, el escenario no es mucho mejor, porque además, la compañía llegó parcialmente golpeada a enfrentarse al coronavirus. Desde el primer trimestre del 2019 la empresa tuvo resultados negativos en comparación con un año atrás, achacados a la disminución de pasajeros y la baja en las tarifas tanto de carga como de personas.
Para el segundo trimestre del 2019, la compañía tomó la decisión unilateral de suspender su pago de arrendamiento operativo de aeronaves y los pagos de amortización de deuda mientras conseguían aplazamientos de los acreedores. “El monto total de dichos aplazamientos alcanza aproximadamente los $270 millones”, según detalla el informe financiero de la aerolínea.
En los últimos seis meses previos al COVID-19, la empresa finalizó su “reperfilamiento financiero”, lo que mejoró un poco sus estados para el cierre del año. Sin embargo, el 14 de marzo hicieron su primer recorte de vuelos en un 40%, consecuencia de la pandemia.
Después anunciaron el cese de operaciones internacionales y la continuidad de los trayectos a lo interno de Colombia. Sin embargo, comunicaron posteriormente que el servicio doméstico también se paralizaría a partir del 25 de marzo.
El incremento de los controles y el cierre de varias de las fronteras también obligó a la aerolínea a implementar una política de cambio de vuelos. Todos los tiquetes internacionales entre el 4 de marzo y 30 de junio del 2020 se podrán cambiar, sin penalidad, independientemente del destino.
Para el 2019 la compañía mantenía 22.000 empleados a nivel global, siendo Bogotá y San Salvador, los principales puntos. En Costa Rica la empresa tenía más de 1.000 personas contratadas a abril del año anterior, después de que realizaran despidos en el país. Esto representaba un 5% del total de la planilla.
Las tripulaciones costarricenses están conformadas por 350 miembros, entre pilotos y tripulantes de cabina. Los vuelos de Avianca hacia y desde Costa Rica están paralizados desde el 19 de marzo.
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La historia se repite con Volaris. La empresa tiene suspendidos sus vuelos desde y hacia Costa Rica, hasta el 30 de abril del 2020, según detallan en su página web. Sin embargo, el Gobierno nacional amplió el cierre de fronteras hasta el 15 de mayo.
A finales del año anterior, la compañía de capital mexicano pero que opera también en Centroamérica, había congelado el crecimiento de la empresa en Costa Rica.
La aerolínea había mantenido hasta la llegada del COVID-19 un crecimiento sostenido en México. En entrevista con CNN en Español, Enrique Beltranena, presidente de Volaris, explicó que la situación a la que los arrastra el coronavirus se vuelve cada vez más comprometida.
“Creo que desde el punto de vista de la aviación, estamos entrando al tunel. No podemos estar movilizando vuelos sin pasajeros, es crítico administrar la capacidad”, detalló Beltranena.
Centroamérica cerrada
Otros países de América manejan el cierre de fronteras de forma parcial como por ejemplo Estados Unidos o México, en América Central las condiciones son más complejas. Con la excepción de Nicaragua, el resto de la región se encuentra en cuarentena por coronavirus.
En Costa Rica todas las rutas hacia y desde el país están suspendidas hasta el 15 de mayo del 2020.
En Guatemala el presidente Alejandro Giammattei había extendido el cierre de fronteras al 12 de abril pero algunas aerolíneas solo reiniciarían operaciones hasta el 30 del mismo mes.
El Salvador también tiene cierre de aeropuertos hasta el 28 de abril del 2020.
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Panamá extendió la prohibición de vuelos internacionales hasta el 23 de mayo del 2020.
Honduras habilitó temporalmente sus aeropuertos, a partir del 29 de marzo para permitir el regreso de hondureños, pero mantienen la prohibición de entrada para extranjeros.
Replica global
La aerolínea Virgin Australia fue la primer gran empresa aérea en ser víctima del COVID-19. La compañía se declaró voluntariamente en suspensión de pagos, después de que sus operaciones colapsaran.
En Estados Unidos las aerolíneas redujeron sus itinerarios para los próximos meses. Por ejemplo, durante las primeras dos semanas de abril, menos de 200.000 pasajeros reservaron un vuelo con United, seis millones menos que en el mismo período del 2019.
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“Esperamos que menos personas vuelen en todo el mes de mayo del 2020 que las que lo hicieron en un solo día en mayo de 2019”, lamentó el director general de la compañía, Óscar Munoz.
En American Airlines, 32.000 trabajadores han tramitado de manera voluntaria la jubilación adelantada o una licencia con salario reducido.
En Asia el golpe parece ser mayor. El tráfico de pasajeros del Cathay Pacific Group, de Hong Kong, bajó 90% en marzo en comparación con el 2019. La compañía informó que su programación de vuelos hasta mayo sería "esencial”, en tan solo una capacidad de 3%.