La aerolínea Latam Airlines obtuvo el pasado viernes 18 de setiembre el visto bueno por parte del Tribunal del Distrito Sur de Nueva York a la propuesta modificada de financiamiento DIP (Debtor in Possession, por sus siglas en inglés), que involucra recursos por $ 2.450 millones.
“Estoy preparado para aprobar el financiamiento”, afirmó el juez James L. Garrity Jr., en una audiencia. A la vez, aseguró que están todas las condiciones para “seguir adelante con el proceso”.
La nueva propuesta, fue resultado de una maratónica ronda de negociaciones surgidas luego de que la semana pasada, el juez James Garrity la rechazara en una primera instancia. ¿Su argumento? Consideraba que la posibilidad de convertir en acciones los recursos comprometidos por los accionistas mayoritarios, Qatar Airways y las familias Cueto y Amaro, les daban una ventaja inapropiada a estos propietarios por sobre el plan de reorganización de la firma.
En este complejo escenario, los asesores legales de Latam −el equipo de abogados Cleary Gottlieb− se volcaron a formular una nueva propuesta lo antes posible −considerando la falta de liquidez de la empresa− que restringiera al máximo cualquier posibilidad de oposición del juez al crédito y así lograr el visto bueno.
Por ello, el plan consistió en sumar a quienes habían sido los principales detractores de la propuesta inicial: Knighthead, Jefferies y al comité de acreedores no garantizados. Una estrategia que dio en el clavo.
La mencionada propuesta reformulada, quedó estructurada de la siguiente forma: de los $2.450 millones, $1.125 millones serán aportados por Oaktree y $175 millones por Knighthead, Jefferies y otras entidades que formen parte del sindicato de acreedores organizado por Jefferies en el Tramo A del DIP.
Mientras que el Tramo C será de hasta $1.150 millones, donde $750 millones serán inyectados por Qatar Airways y las familias Cueto y Eblen; otros $250 millones por Knighthead o Jefferies y $150 millones por accionistas o acreedores de Latam o nuevos inversionistas de la misma, en caso de cumplirse ciertas condiciones.
En caso de no obtenerse compromisos por esos $150 millones, el diferencial será proporcionado a prorrata por los acreedores del Tramo C indicados.
La compañía especificó que la propuesta revisada no contempla la opción de que los acreedores del Tramo C suscriban acciones como pago del crédito.
En un comunicado de prensa difundido tras la aprobación del juez, el CEO de Latam Airlines Group, Roberto Alvo, afirmó que “la aprobación del DIP es un paso muy significativo para la sostenibilidad del grupo y agradecemos el amplio interés y la confianza en lo que Latam ha construido y en nuestro proyecto de largo plazo”.
¿Qué viene ahora en el proceso?
Según entendidos, tras obtener el financiamiento, la empresa deberá formular su plan de reorganización en el que se determinará cómo se pagará la deuda y su estrategia de reflote.
En cuanto a la fecha de presentación, las mismas fuentes precisaron que si bien el plazo original era de 180 días desde que se acogió la empresa al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos (el 26 de mayo), este se extendió hasta marzo de 2021.
En esta instancia, deberá buscar la validación del comité de acreedores.
Acuerdo con Delta en Brasil
Las aerolíneas Delta y Latam anunciaron mediante un comunicado que recibieron aprobación para implementar un acuerdo comercial −denominado trans-American Joint Venture Agreement (JVA)− por parte de la autoridad regulatoria de Brasil, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE).
LEA MÁS: Aerolínea Latam reabre rutas internacionales y aumenta flujo de vuelos locales
“La propuesta del JVA entre Delta y Latam, que se presentó al CADE el 14 de julio de este año, fue aprobada sin condiciones, luego de una evaluación de las consideraciones de libre competencia y tomando en cuenta el impacto sin precedentes del COVID-19 en la industria aérea. Esta es la primera aprobación del acuerdo entre Delta y Latam desde que este fuera firmado en mayo de 2020”, expusieron las empresas.
El JVA, añadieron, busca potenciar las redes de conectividad que son “altamente complementarias de ambos”, y brindar así a sus clientes “una experiencia de viaje fluida entre América del Norte y del Sur, una vez que se hayan obtenido todas las aprobaciones regulatorias”.