La Encuesta de Capacidades Financieras de Costa Rica 2023, elaborada por la Oficina del Consumidor Financiero (OCF), define al estrés financiero como un reflejo de “la ansiedad y la preocupación que experimentan las personas o familias debido a dificultades financieras o la incapacidad para cubrir sus necesidades básicas con sus recursos actuales”.
De acuerdo con el estudio, la mayoría de los costarricenses muestra síntomas de estrés financiero. 67% de las personas entrevistadas dijo estar preocupada por pagar sus gastos, mientras que el 55% se preocupa por la posibilidad de que su dinero no dure y el 45% siente que sus ingresos son “apenas suficientes para sobrevivir”.
Estos niveles de estrés pueden generar una sensación de agobio y ansiedad tan grande que, en casos extremos, las personas pueden ver afectada su salud física.
“A menudo se tiende a ver a la salud financiera y la salud mental como temas aislados; sin embargo, están profundamente conectados“, aseguró la psicóloga Rosberly Rodríguez.
Para la especialista, “cuando una persona se siente desregulada debido a estrés o ansiedad, puede buscar formas inadecuadas de autorregulación como compras impulsivas, y esto solo incrementa la ansiedad y puede desembocar en crisis emocionales más profundas”.
Por ello, diversas entidades como Davivienda y Coopealianza han lanzado una serie de consejos para que las personas puedan salir de estas crisis. Se los enumeramos a continuación.
Decisiones y consejos
Para salir de una crisis provocada por el estrés financiero, lo primero que la persona debe hacer es tomar decisiones y acciones que le permitan adoptar hábitos económicos más saludables.
Según Davivienda, “las personas que tienen un plan de ahorro y gestionan adecuadamente sus finanzas reportan menores niveles de estrés y mayor satisfacción con su vida en general". Por su parte, y para Coopealianza, si bien las personas no pueden controlar la economía, sí pueden “controlar su respuesta y acciones frente a ella”.
Las dos entidades han elaborado —cada una por su parte— una serie de consejos para quienes lo requieran. Los resumimos aquí:
- Controle sus impulsos emocionales antes de gastar: preguntarse si un gasto es realmente necesario o si el deseo de tener un bien o servicio está siendo impulsado por emociones momentáneas es el primer paso para construir una relación saludable con el dinero.
- Priorice sus gastos: elabore un presupuesto en el que pueda identificar tanto prioridades de gastos como gastos superfluos para, en la medida de lo posible, recortar los segundos y convertirlos en oportunidades de ahorro.
- Establezca un fondo de emergencia: los imprevistos suelen ser los principales detonates de crisis por estrés financiero, por lo que tener un ahorro reservado para ello reduce significativamente el impacto de estos eventos. Además, tener un fondo ayuda a recudir los niveles de ansiedad.
- Trate de pagar más del mínimo: prácticas como la de pagar más del mínimo en la tarjeta de crédito o en los préstamos reduce tanto los intereses a largo plazo, como el estrés que estos generan.
- Consolide deudas: la persona también puede consolidar sus deudas en un solo préstamo para mejorar su liquidez.
- Contacte a sus acreedores a tiempo: si tiene problemas para cumplir con sus pagos es mejor que contacte a sus acreedores pronto y antes de que esto se convierta en un problema mayor. Las entidades financieras tienen opciones para establecer planes de pago.
- Edúquese en finanzas: revise e investigue sobre información o cursos de educación financiera para que, a futuro, pueda tomar decisiones más acertadas.
- Mentalidad positiva: empiece por centrarse en lo que sí puede controlar y vaya avanzando poco a poco. Si enfrenta alguna crisis, practique técnicas de relajación como la meditación o el ejercicio para manejar el estrés y converse con alguien de confianza, compartir las preocupaciones y conseguir apoyo es liberador.
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